Bruselas acusa a Apple de abuso de posición dominante con su servicio Apple Pay
- La Comisión Europea le acusa de restringir el acceso a sus competidores a tecnología clave para ofrecer servicios de pago
- El Ejecutivo comunitario defiende que es una práctica "ilegal" contraria a las reglas europeas
La Comisión Europea ha acusado este lunes a la multinacional estadounidense Apple de abuso de posición dominante a través de Apple Pay al restringir el acceso de sus competidores a tecnología clave para ofrecer servicios de pago en dispositivos como iPhone o iPad.
El Ejecutivo comunitario ha enviado a la tecnológica un pliego de cargos en el que acusa al gigante tecnológico por limitar a la tecnología inalámbrica NFC las posibilidades para el pago sin contacto 'Tap to pay'. La conclusión preliminar de los servicios de Competencia de la Comisión Europea apunta que Apple no permite a sus competidores usar dicha tecnología en los teléfonos de su marca, de forma que todos los pagos se tienen que procesar a través de Apple Pay.
La Comisión defiende que se trata de una práctica "ilegal", contraria a las reglas europeas de competencia, y que tiene por objetivo favorecer a su propia solución de pagos 'contactless', Apple Pay.
"Es importante para la integración de los mercados europeos de pagos que los consumidores se puedan beneficiar de un entorno competitivo e innovador. Tenemos pruebas de que Apple restringió el acceso de terceras partes a tecnología clave necesaria para desarrollar soluciones de monedero electrónico en dispositivos de Apple", ha explicado en una rueda de prensa la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea responsable de Competencia, Margrethe Vestager.
El sistema de pago 'Tap to Pay' permite el uso de un iPhone como terminal de pago en negocios para que los clientes puedan utilizar su iPhone para pagar únicamente acercando el dispositivo móvil.
Apple defiende la necesidad de aplicar restricciones por razones de seguridad respecto al acceso de datos de los usuarios. Vestager, sin embargo, ha advertido de que la Comisión Europea "se toma la seguridad muy en serio" pero en su investigación preliminar no ha encontrado "ninguna prueba que apunte tal riesgo".