Enlaces accesibilidad

El 'boom' de las viviendas eficientes tras la pandemia empuja a España a modernizar un parque con 45 años de media

  • La pandemia ha disparado las viviendas sostenibles un 30 %, en aras de reducir el consumo y mejorar la sostenibilidad
  • Los expertos consideran que se puede ahorrar hasta un 20 % de consumo energético si se lleva a cabo una buena rehabilitación

Por
Tener una vivienda eficiente puede ahorrar hasta un 20 % de consumo energético
Tener una vivienda eficiente puede ahorrar hasta un 20 % de consumo energético

La llegada de los fondos europeos supondrá una oportunidad para fomentar la eficiencia energética del envejecido parque inmobiliario de España, donde más de la mitad de los inmuebles se construyeron antes de 1980 y un 17 % en los años 60, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La pandemia ha disparado la construcción de este tipo de viviendas, en aras de reducir el consumo y mejorar la sostenibilidad, pero la rehabilitación energética de las viviendas aún sigue siendo un reto pendiente para nuestro país, que cuenta con un parque inmobiliario enrocado en una cultura alejada de las reformas.

Actualmente, y según los datos del Censo de Población y Viviendas de 2011, el parque de viviendas de España tiene unos 45 años de media, y la mayoría de edificios se remonta a cuando aún no había entrado en vigor la normativa que obligaba a los constructores a cumplir unos mínimos de eficiencia. Esto implica que la calificación energética más común entre las viviendas españolas es la E, una de las más contaminantes en una escala de la A a la G, siendo A la más sostenible y G la que menos. De hecho, el 84 % de las viviendas en España están en los tres últimos puestos, es decir que reciben una calificación E, F o G, según informa el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

No es de extrañar, por tanto, que cuatro de cada cinco edificios en España sean ineficientes energéticamente. De hecho, la vivienda es la tercera causa de emisiones de CO2, tan solo por detrás del transporte y la industria: en el año 2017 las emisiones directas generadas por la combustión de combustibles fósiles en el sector residencial, comercial e institucional supusieron un 8 % del total de las emisiones del inventario de gases de efecto invernadero de España y el 14 % de las emisiones totales, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica. Un consumo que ahora la Unión Europea (UE) tiene la intención de eliminar con la ayuda de los fondos europeos. Los expertos consultados consideran que se puede ahorrar hasta un 20 % de consumo energético si se lleva a cabo una buena rehabilitación de una vivienda.

Y es que España, gracias a la inyección de 5.800 millones de euros, España deberá rehabilitar medio millón de viviendas de aquí a 2023. Esto supone que deberán realizarse al año unas 160.000 rehabilitaciones si se quieren recibir las ayudas, muy lejos de las 25.000 que se han hecho de media en España en los últimos años. Para nuestro país, que tiene un parque envejecido, esto se convierte en un reto complicado pero que el sector está dispuesto a afrontar pues la eficiencia energética es “un elemento clave para mejorar la calidad de vida de las personas y las ciudades, así como tener un planeta más sostenible”, asegura el director general de Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), Roberto Colomer.

Los requisitos para acceder a estos fondos aún no se han concretado, pero sí se conocen algunas de las líneas maestras. Un total de 3.420 millones de euros están destinados a la rehabilitación en entornos residenciales, otros 1.000 millones se dedicarán a la construcción de 20.000 viviendas de alquiler social en edificios energéticamente eficientes, 1.080 millones de euros servirán para restaurar edificios públicos, y 1.000 millones de euros más irán destinados a impulsar las actuaciones de mejora de inmuebles en municipios de menos de 5.000 habitantes, que se encuentran, principalmente, en las zonas más despobladas del país.

Pero, ¿será suficiente?

La mayoría de estas inversiones, subrayan desde la UCI, estarán destinadas “a la rehabilitación de la envolvente del edificio -como fachadas y cubiertas- para potenciar el confort térmico y el acústico”, además se fomentará el uso de energías renovables en las instalaciones de calefacción, refrigeración, ventilación y agua caliente, y la implantación de tecnologías de generación de energía eléctrica mediante fuentes sostenibles en el inmueble.

Precisamente es la envolvente del edificio uno de los factores vitales a la hora de conseguir una buena eficiencia energética, si bien “no están presentes en la amplia mayoría de las viviendas”. Sin ir más lejos, según una reciente encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), únicamente el 19 % de las viviendas tienen sus fachadas aisladas térmicamente, apenas dos de cada diez edificios tienen un buen aislamiento térmico y solo un 31 % cuentan con todas sus ventanas protegidas con persianas o toldos, lo que repercute negativamente en la conservación del planeta.

Gente despierta - La hoja salmón - Cómo pedir las ayudas para la rehabilitación de viviendas - Escuchar ahora

A todo ello hay que sumar que tener una vivienda sostenible también nos ayuda a reducir costes en nuestras facturas de la luz, gas, calefacción o agua. “Es una tendencia que ahora está demandando el cliente, sobre todo a raíz de la subida de los costes energéticos. En una vivienda eficiente el cliente verá rebajada notablemente su factura de la luz o del gas a final de mes”, explica a RTVE.es la directora de Marketing en Altamira Asset Management, Maribel González.

La vivienda eficiente se dispara un 30 % por la pandemia

Según un estudio realizado por el Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de España, se ha detectado un incremento del 30 % en la demanda de viviendas con buena eficiencia energética desde el inicio de la pandemia. “Se está registrando un repunte sobre todo en obra nueva, pero el gran desconocimiento es que la segunda mano también se puede trabajar para mejorar esa eficiencia energética”, añade González.

Lo cierto es que todavía es bastante corriente la opinión de que las viviendas de estas tipologías son más caras que las otras, algo con lo que difieren desde el sector, que se muestran convencidos de que a la larga la inversión es rentable. “Una vivienda eficiente no es más cara en absoluto, algo que es fácilmente constatable en el importe de las facturas energéticas que se generan y que evidencian no solo la amortización del gasto inicial adicional, sino el ahorro continuado en el consumo de energía del inmueble”, apunta la secretaria del Consejo, Lola Alcover.

Además, destaca que una vivienda sostenible añade a los beneficios de la anterior el hecho de que con ella “sembramos futuro”. “Se trata de una inversión que, aunque no vaya a repercutir totalmente en nosotros, sí lo hará en las generaciones venideras, al dejarles un entorno más amable y agradecido, que también será traducido con certeza en un retorno económico”, subraya la experta en el sector inmobiliario.

Auge de las hipotecas ‘verdes’

Ante este contexto, el ámbito financiero también ha adaptado sus productos a este tipo de vivienda a través de las conocidas como hipotecas ‘verdes’. Su objetivo es ligar el tipo de interés de la hipoteca con la eficiencia energética de la vivienda, aplicando normalmente una rebaja de 0,1 puntos y eliminando o reduciendo la comisión de apertura y el porcentaje en hipoteca del valor del inmueble (el conocido loan to value), por encima del 80 %.

Teniendo en cuenta la llegada de los fondos y el envejecido parque inmobiliario español, desde el sector ya se frotan las manos. La Agencia Negociadora de Productos Bancarios prevé este año un 'boom' de las hipotecas verdes, ligadas a premiar la eficiencia energética de una vivienda o bien a incentivar la mejora de aquellas que, por su edad, presenten las calificaciones energéticas menos favorables.

La entidad ha señalado que las hipotecas verdes crecerán a un ritmo de doble dígito en 2022, empujadas por los fondos europeos para la mejora de la eficiencia energética, la mayor oferta de los bancos y la mejora de las condiciones de contratación. Esta explosión se enmarcará en un mercado hipotecario "muy dinámico", teniendo en cuenta que, según el último dato disponible, del mes de noviembre, las hipotecas sobre viviendas crecieron a un ritmo interanual del 24 % con 36.220 préstamos, su mayor cifra en este mes desde 2010, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En esta línea, el Banco Central Europa (BCE) también estudia alternativas, entre ellas, la posibilidad de ahorrar hasta un 25 % en el consumo de capital cuando las inversiones sean menos intensivas en carbono. Esto significa que cuántos más productos verdes tenga en cartera una entidad, menos tendrá que provisionar dicho banco y por lo tanto tendrá mucho más margen. Además, el pasado año presentó un plan de actuación para incluir consideraciones climáticas en su estrategia de política monetaria.

Cómo mejorar la eficiencia energética de los edificios

También los españoles se han mostrado a favor de promover la eficiencia energética de sus viviendas en el caso de que reciban beneficios fiscales. Según el último análisis de Fotocasa Research, el 75,9 % de los encuestados defiende que la desgravación del IRPF en la declaración de la renta sería una medida efectiva para la compra de vivienda sostenible. “Cada vez más los españoles están más concienciados con la eficiencia energética y el consumo realizado en los hogares y poco a poco se va viendo cómo es posible reducir la factura de los suministros gracias a energías alternativas como puede ser la energía solar”, explica la directora de Estudios y Portavoz de Fotocasa, María Matos.

Pero, ¿cómo podemos mejorar la eficiencia energética de los edificios? El responsable del departamento Técnico de Caledonian, Juan Benjumea, explica que la sostenibilidad “como siempre se basa en la regla de las tres ‘r’: reducir, reutilizar y reciclar”. A su juicio, “la prioridad debería de ser en este orden debido al impacto que tienen en el medio ambiente”. Para ello, el especialista subraya que se debe tener en cuenta no sólo los productos consumidos, sino la energía utilizada para darle un nuevo uso y para producirlos de manera más eficiente. “Es el clásico ‘no es más limpio quien más limpia sino quien menos ensucia’, enfatiza Benjumea.

Viviendas colaborativas: un modelo poco extendido en España que quiere fomentar el Gobierno

Por ejemplo, reduciendo la electricidad o el gas para calentar la casa usando de forma inteligente los electrodomésticos de la vivienda o bajando un grado la temperatura deseada. Cambiando las luces a LED o limpiando los filtros de la campana o aire acondicionado de forma habitual. “No solo evitaremos un consumo innecesario, sino que alargaremos la vida útil de los aparatos reduciendo la necesidad de cambiarlos”, aconseja el experto.

Por otro lado, cada vez que haya que renovar algo en la vivienda Benjumea recomienda utilizar materiales nobles, que sean muy longevos, ya que no generan residuos innecesarios, costes de demolición y de rehacer, suelen ser fácilmente reciclables o reutilizables, no requieren grandes cantidades de energía ni son contaminantes; además, contribuyen a reducir la huella de carbono. “Y si se quiere acometer una obra de mayor tamaño, la opción más sostenible es reutilizar el propio edificio existente, recuperando la estructura y conservando todos los elementos útiles como fachadas, reciclando los materiales que no sean compatibles con la solución final”, concluye.