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Nueva Zelanda prohíbe las terapias de conversión sexual a personas de la comunidad LGTBIQ

  • La norma contempla hasta cinco años de cárcel si causan un daño grave
  • El Parlamento ha aprobado la ley con 112 votos a favor y ocho en contra

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Banderas de la comunidad LGTBIQ en una imagen de archivo
Banderas de la comunidad LGTBIQ en una imagen de archivo

El Parlamento de Nueva Zelanda ha aprobado este martes una ley que prohíbe las terapias de conversión, unas prácticas que pretenden cambiar a la fuerza la orientación, expresión o identidad sexual de los miembros de la comunidad LGTBIQ. "Este es un gran día para las comunidades arco iris de Nueva Zelanda", ha manifestado al respecto el ministro de Justicia, Kris Faafoi.

El proyecto de ley, que fue una de las promesas electorales de la primera ministra Jacinda Ardern, ha sido aprobado este martes por 112 votos a favor y ocho en contra. Con ello, se ha puesto a "un error hiriente, insidioso y destructivo", según dijo antes de la tercera votación el viceprimer ministro, Grant Roberston, en declaraciones recogidas por Radio New Zealand.

La nueva norma contempla penas de hasta cinco años de cárcel, en el caso de que cause un daño grave a la persona, cualquiera que sea su edad. Asimismo, dispone penas de hasta tres años si se aplica este tipo de terapias a un menor de edad o a una persona incapacitada para tomar decisiones.

El gobierno ha dicho haber recibido casi 107.000 propuestas públicas sobre el proyecto de ley, el mayor número de presentaciones jamás recibidas sobre ninguna legislación.

"Un mensaje de apoyo y afirmación del amor"

El político laborista, quien ha declarado públicamente su homosexualidad, ha considerado que la aprobación de la ley "envía un mensaje: un mensaje de apoyo y afirmación del amor a todas las comunidades del arco iris".

La legislación también abre una vía para que las víctimas puedan reclamar en los tribunales civiles una indemnización por haber sido sometidas a una terapia de conversión.

Según un estudio realizado por la Universidad de Waitako en Nueva Zelanda en 2018, una de cada seis personas transexuales o no binarias manifestaron que un psicólogo o consejero intentó cambiarles su identidad sexual.

Mientras tanto, en el vecino país de Australia crecen las peticiones para que las terapias de conversión sexual - que la ONU considera como una forma de tortura contra la comunidad LGTBIQ -, sean prohibidas en todo el país, después de que el estado de Queensland, el Territorio de la Capital Australiana y Victoria las ilegalizaran a partir de 2020.

Las leyes contra las terapias de conversión han ido ganando terreno en todo el mundo. El Parlamento canadiense votó por unanimidad el año pasado la prohibición de las mismas y Francia lo hizo el pasado enero. En Estados Unidos, California, Colorado, Nueva York, Washington y Utah, prohíben también la práctica en cierto grado.