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El PSOE se rearma tras el 'tsunami' en el Gobierno: superar las heridas del pasado con la vista puesta en 2023

  • Ábalos dejará previsiblemente de ser secretario de Organización y Sánchez se acerca al PSOE de Rubalcaba con Óscar López
  • El fin del "tridente" Redondo-Calvo-Ábalos en el Gobierno y el perfil más político del nuevo Ejecutivo abren una nueva etapa

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Reunión del Comité Federal del PSOE el pasado 3 de julio
Reunión del Comité Federal del PSOE el pasado 3 de julio

Las olas del ‘tsunami’ que ha provocado Pedro Sánchez en el Gobierno se dirigen ya hacia un PSOE que tiene aún el reto de curarse de las heridas del pasado y de rearmarse de cara a las elecciones generales de 2023, con un PP que le va recortando en todas las encuestas. El nuevo Ejecutivo, con un perfil más político que el anterior y con más peso del PSOE territorial, puede dar algunas pistas de la configuración de la nueva organización socialista. Mientras, la incorporación al gabinete de personas fuertes del ‘viejo PSOE’ y la salida de Iván Redondo otorgan más presencia al Partido Socialista en La Moncloa y prevén apaciguar algunas voces críticas dentro del mismo.

El primer efecto que se espera de la remodelación es la salida de José Luis Ábalos como secretario de Organización del PSOE. Fuentes de su entorno confirman a RTVE que el ya exministro de Transportes tiene previsto dimitir la próxima semana, aunque el 40 Congreso del PSOE no se espera hasta dentro de tres meses, del 15 al 17 de octubre en Valencia.

Calvo, Ábalos y Redondo eran el tridente que coordinaba el Gobierno, la Presidencia y el partido

Ábalos era una de las personas más fuertes en el Gobierno. Él, la vicepresidenta primera saliente, Carmen Calvo, y el hasta el sábado jefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, eran, recuerda el politólogo Pablo Simón, “el tridente que coordinaba respectivamente el partido, el Gobierno y la Presidencia”.

Se van dos pesos pesados del PSOE: Ábalos y Calvo

Los tres han sido claves en los éxitos de Sánchez. Redondo es considerado el ‘ideólogo’ de la moción de censura que le erigió presidente hace tres años. Y Calvo y Ábalos han sido las personas de máxima confianza de Sánchez. Ambos coordinaron su candidatura en las famosas primarias de 2017, en las que se impuso a Susana Díaz, y tuvieron gran peso junto con Adriana Lastra en las negociaciones para el gobierno de coalición y con los partidos independentistas, especialmente ERC, de cara a su investidura.

Pero ambos han sufrido un gran desgaste en el Ejecutivo. La labor de coordinación de Calvo como ministra de Presidencia ha quedado en entredicho en múltiples ocasiones dadas las diversas salidas de tono y enfrentamientos de los ministros, siendo ella en ocasiones la que ha protagonizado dichos encontronazos. El politólogo recuerda que “el tema trans y el feminismo son banderas importantes para el PSOE y le han pasado factura” tras sus continuos choques con la ministra de Igualdad, Irene Montero. Ábalos, por su parte, también ha tenido varios desencuentros con Unidas Podemos, especialmente en materia de la ley de vivienda, y casos como el conocido ‘delcygate’ han hecho mella.

“El primer elemento que se deriva de su salida es que va a haber un cambio en quienes han tenido influencia dentro del PSOE, se va a retomar el contacto con el sector del Partido Socialista más tradicional". Mientras, el nuevo Gobierno tiene “más siglas socialistas” porque se hace un “repliegue hacia el partido” con más afiliados prosigue Simón.

El resurgir de López ante Redondo: el ‘viejo PSOE’ se impone al ‘marketing’

Ábalos y Calvo eran dos pesos muy pesados dentro del partido, no así Redondo, que era visto por los socialistas como un “cuerpo extraño” ajeno al partido, la persona de máxima confianza de Pedro Sánchez que ha ido configurando las estrategias electorales del PSOE y que había acumulado gran poder en La Moncloa. Aparte de director de Gabinete de la Presidencia, era secretario del Consejo de Seguridad Nacional y, en enero de 2020, amplió aún más sus funciones dentro del Ejecutivo.

Redondo insiste este domingo en que su marcha del Ejecutivo es "voluntaria" y niega que se deba a tensiones con Sánchez. En cualquier caso, no generaba confianza en buena parte del PSOE. Antes de asesorar a Sánchez, había trabajado durante varios años para el PP. Fue director de gabinete de la Presidencia de la Junta de Extremadura con José Antonio Monago, asesoró a Antonio Basagoiti en el País Vasco y aupó a Xavier García Albiol a la alcaldía de Badalona.

A Redondo se le percibía como alguien que no conocía la cultura del partido, estaba apegado al marketing

“Se le percibía como alguien que no conocía la cultura del partido, estaba muy apegado a las estrategias de marketing y es indudable que le gusta el protagonismo, apropiarse de los aciertos y exonerarse de los errores”, explica Simón.

Pero hubo un gran error que no pasó desapercibido y por el que Redondo fue muy señalado: la debacle electoral del PSOE en las autonómicas del 4M en Madrid, donde el PSOE se hundió hasta ser tercera fuerza política tras el ‘sorpasso’ de Más Madrid. Aquellas elecciones tuvieron una clara lectura en clave nacional y el líder de la oposición, Pablo Casado (PP), las situó como la primera vuelta de las próximas generales. Desde entonces, Casado ha salido aupado en las encuestas, donde el PP acorta cada vez más la distancia con el PSOE.

En su lugar, Sánchez sitúa a Óscar López, un hombre de partido y con buena reputación en el mismo, como jefe de gabinete. López fue secretario de Organización del PSOE cuando lo lideraba Alfredo Pérez Rubalcaba. Ha sido una de las personas más cercanas a Sánchez. Ambos, junto con Antonio Hernando, trabajaron con el exministro Pepe Blanco cuando éste era secretario de Organización. Y cuando Sánchez se convirtió en secretario general en 2014, se apoyó en López, que pasó a ser el portavoz de los socialistas en el Senado. Sin embargo, López acabó siendo relegado tras la grave crisis del partido en 2016, que llevó a Sánchez a dimitir, y en las primarias de 2017 optó por apoyar la candidatura de Patxi López.

Ahora su nombramiento, así como algunos otros, mandan un mensaje apaciguador al PSOE, herido desde aquellas primarias en las que Sánchez, el candidato de la militancia, se impuso de nuevo como secretario general frente a la candidata del aparato, Susana Díaz. Tras su victoria, el 'susanismo' fue relegado a un plano inferior, lo que ha mantenido la herida abierta hasta ahora.

Susana Díaz está ya fuera de juego político después de su derrota en las primarias andaluzas y Sánchez está haciendo gestos para reunificar y reforzar al PSOE con la incorporación en su Ejecutivo de Pilar Alegría (Educación), que fue portavoz de la candidatura de Díaz en las primarias de 2017; y de Isabel Rodríguez, la nueva portavoz de la coalición que también apoyó a la andaluza entonces y que, además, fue la número dos de Antonio Hernando en el Grupo Parlamentario Socialista.

Más peso al PSOE territorial y más perfil político de cara a unas generales

Entre los cambios más relevantes, está el de Félix Bolaños como nuevo ministro de la Presidencia y Relaciones con las Cortes. Bolaños, militante socialista, ha sido el punto de conexión entre el PSOE y La Moncloa -entre quienes ha habido múltiples choques- y cada vez había ido ganando más presencia en los actos socialistas, incluso en las elecciones madrileñas del 4M en los que ha participado con la vicesecretaria general del PSOE y portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra.

Precisamente, Lastra sí se mantendrá previsiblemente como peso fuerte en el PSOE y en el grupo parlamentario, pese a la marcha de Ábalos.

Por otra parte, la sustitución de ministros que tenían un carácter más técnico, como Arantxa González Laya (Exteriores) o Pedro Duque (Ciencia) por otros con carnet de afiliados, como en estos casos José Manuel Albares y Diana Morant permiten a dotar al Ejecutivo de más perfil político de cara al futuro.

La remodelación pone en el centro al propio partido con un carácter más ideológico

“La remodelación pone en el centro al propio partido, se prescinden de perfiles más tecnócratas por otros completamente políticos, con cierto peso orgánico en sus territorios, donde eran referentes”, señala el politólogo Edu Bayón, quien subraya que de lo que se trata es de “impulsar la acción política del propio partido y del Gobierno con un carácter más ideológico” para los dos años de legislatura que quedan.

Sánchez da también más fuerza al PSOE territorial. Isabel Rodríguez y Pilar Alegría, mencionadas anteriormente, eran hasta ahora la alcaldesa de Puertollano y la delegada del Gobierno en Aragón, respectivamente. Precisamente, Rodríguez da un importante paso en su carrera poco antes de que se celebre el Congreso del PSOE de Castilla-La Mancha en octubre. La nueva ministra de Transportes, Raquel Sánchez Jiménez, era por su parte alcaldesa de Gavá (Barcelona) y Morant era alcaldesa de Gandía (Valencia).

Bayón señala que la clave en la reconfiguración del nuevo PSOE puede ser “la importancia que pueda jugar el Partido Socialista del País Vasco y Ximo Puig”, presidente valenciano, que hasta ahora había estado “muy enfrentado con Ábalos”. En cambio, el PSC pierde fuerza tras el paso de Miquel Iceta de Política Territorial a Cultura.

Para Bayón, el peso del PSOE valenciano también se demuestra con la elección de Valencia como el próximo Congreso, donde prevé que habrá una “remodelación parcial” del partido con cambios que se harán, principalmente, “en la propia dirección” del mismo y con cierto carácter reconciliador de todo lo ocurrido en 2017.

Los cambios, tanto en el Gobierno como en el PSOE, llegan después de momentos clave en la política española. No solo tras el 4M (a raíz de la fallida moción de censura en Murcia), sino también tras la aprobación de los indultos y las primarias andaluzas. “Supone cierta ruptura con esta primera parte de la legislatura más marcada por la pandemia y encamina el Ejecutivo a una nueva etapa con la vista puesta en las elecciones generales de 2023”, sentencia.