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Israel

Naftali Bennett: de la derecha más extrema al pragmatismo para derrocar a Netanyahu

  • Ha conseguido ser primer ministro gracias a un engranaje de ingeniería política donde participan 8 partidos de ideologías diversas
  • Dejará atrás su defensa a ultranza de los derechos de los colonos judíos para centrarse en otro tipo de reformas internas

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Naftali Bennett durante su proclamación como primer ministro de Israel
Naftali Bennett durante su proclamación como primer ministro de Israel

Naftali Bennett ha sido proclamado este domingo como nuevo primer ministro de Israel tras recibir 60 votos a favor, 59 en contra y una abstención. Lo ha conseguido gracias a un engranaje de ingeniería política en el que participan ocho partidos de ideologías que en algunos casos llegan a ser antagonistas.

Es el caso del propio partido que lidera Bennett, el ultranacionalista Yamina, y de la Lista Árabe Unida, dos proyectos muy distintos que han decidido aparcar sus pretensiones más extremas para sacar del Gobierno a Benjamín Netanyahu tras doce años consecutivos al mando.

Según lo pactado, el nuevo primer ministro liderará "la coalición del cambio" durante dos años antes de cederle el cargo al gran artífice del acuerdo, el centrista Yair Lapid, quien desempeñará la labor de ministro de Exteriores hasta 2023. De esta forma, Bennett dejará atrás por un tiempo su defensa a ultranza de los derechos de los colonos judíos para centrarse en otro tipo de reformas internas, orientadas a la educación, la sanidad o la economía.

Un hecho que toma un tinte más relevante si se tiene en cuenta que Yamina solo obtuvo siete de los 120 diputados de la Cámara en las últimas elecciones y, además, uno de ellos se ha desmarcado al negarse a apoyar el acuerdo. Una colorida alianza que Bennett ha defendido así: "Había dos caminos, o volver a convocar elecciones, o poner fin de una vez por todas a esta locura (dos años de bloqueo político)".

Multimillonario, de origen estadounidense y con carrera militar

El flamante primer ministro israelí nació en 1972 en la ciudad portuaria de Haifa, al norte del país. Sus padres son estadounidenses judíos, emigrados de California, lo que le ha permitido perfeccionar su manejo del inglés y formarse en Estados Unidos.

Bennett ha desarrollado su carrera profesional en el sector de la tecnología, llegando a levantar con solo 25 años una compañía de software dedicada al antifraude -Cyota- cuya venta a la empresa de seguridad RSA por 145 millones de dólares le facilitó su implicación en la política a partir de 2005.

Antes, en 1990, inició el servicio obligatorio como soldado y ascendió hasta comandante en una de las fuerzas de combate más prestigiosas del país, la unidad de élite Sayeret Matkal.

Apoyo a Netanyahu, viraje a la derecha y búsqueda de consenso

La carrera política de Naftali Bennett comenzó en el partido Likud de Netanyahu, de quien fue asesor y estrecho colaborador durante 16 meses, hasta 2008. En ese tiempo ocupó carteras como Defensa o Educación y llegó a ser el jefe de gabinete, antes de que comenzaran los desencuentros entre ambos y una larga enemistad.

Bennettt se volcó entonces en impulsar su propia agenda: entre 2010 y 2012 fue director general de Yesha, órgano que agrupa a los líderes colonos de Cisjordania, y fundó el colectivo ultranacionalista Israel Shelí (Mi Israel) con Ayelet Shaked, otra emblemática líder derechista que ha sido hasta ahora su número dos.

Desde ese punto, el ultranacionalismo religioso, un discurso de mano dura contra los palestinos, la defensa de la anexión israelí de Cisjordania ocupada o el neoliberalismo económico marcan la carrera de Naftali Bennett. Su ideología se posiciona en una derecha más extremista que la de Netanyahu, con ideas como el rotundo rechazo a la creación de un Estado palestino, la expansión de colonias o la anexión de dos tercios de Cisjordania ocupada.

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Sin embargo, Bennett estará obligado a moderar su discurso para afrontar los enormes desafíos en materia de exteriores, seguridad y finanzas que tendrá por delante: Irán, un frágil alto el fuego con los militantes palestinos en Gaza, una acusación de crímenes de guerra de la Corte Penal Internacional y la recuperación económica tras la pandemia.

Bennett ha enumerado como prioridades las reformas en educación, sanidad, la reducción de la burocracia para el crecimiento de las empresas y la reducción de los costes de la vivienda. Los líderes de la coalición han dicho que aprobarán un presupuesto de dos años para ayudar a estabilizar las finanzas del país.

¿Cuánto durará la concordia?

"Para que el Ejecutivo tenga éxito, necesitamos que todos los socios actúen con contención", aseguró Bennett ya hace semanas, en un tono conciliador que ha mantenido en su discurso en el Parlamento, donde ha llamado a la unidad tras años de polarización con Netanyahu.

Aun así, como remarcó semanas atrás, su Ejecutivo -también formado por fuerzas de centro e izquierda favorables a un proceso de paz con los palestinos- "no entregará territorios", en referencia a la ocupación sobre Cisjordania y Jerusalén Este, ni dudará en lanzar una operación militar "si es necesario", como la última ofensiva de mayo del Ejército israelí contra las milicias palestinas de Gaza.

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"Espero que el alto el fuego" vigente con el movimiento islamista Hamás en la Franja "se mantenga", pero si este último "elige usar la violencia" contra Israel, "chocará con un muro de acero", alertó.

Un representante del partido de izquierda árabe-israelí Meretz, declaró a la Radio del Ejército de Israel que "este será un gobierno de 'statu quo'", y aunque no espera que "se cree un estado palestino y todos nos pongamos a bailar en las calles, tampoco nos volveremos locos con los asentamientos", afirmó.