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Coronavirus

El paro alcanza su máximo en la pandemia con 762.000 desempleados más en el último año

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Dos hombres trabajan en una calle del centro de Madrid
Dos hombres trabajan en una calle del centro de Madrid

El número de parados registrados en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) continúa creciendo por quinto mes consecutivo y alcanzó en febrero su pico máximo desde la expansión de la pandemia: 4.008.789 desempleados, 762.000 más que el mismo mes del pasado año. Se trata de un dato que el mercado de trabajo español no superaba desde abril de 2016, cuando se situó en 4.011.171 personas.

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Ni en los meses de parón de la actividad como consecuencia de las medidas de confinamiento la tasa de paro alcanzó niveles como los registrados en el segundo mes del año. Entonces, las medidas puestas en marcha para contrarrestar los efectos de la pandemia como los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) consiguieron contener en mayor medida el empleo, alcanzando un máximo de 3.862.883 parados en el mes de junio.

Desde el Gobierno reconocen que los datos de febrero son “malos” y lo achacan al "fuerte impacto" de la tercera ola de la pandemia y a las "severas restricciones" que se han impuesto para frenarla. “Esta crisis tiene un final previsible que ya se ve y es el momento de que las medidas continúen”, ha destacado este martes el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey. La oposición, por su parte, califica de "catástrofe social" los cuatro millones de parados y pide un plan de choque urgente al Gobierno.

El coronavirus destrozó todos los registros históricos

Para entender las cifras es necesario retroceder al 14 de marzo de 2020, cuando el presidente del Gobierno decretaba el estado de alarma en España para hacer frente a la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 y la enfermedad que este provoca, la COVID-19. Durante más de tres meses, la economía española prácticamente se paralizó. Esto supuso el cierre de millones de negocios, sobre todo los relacionados con el sector servicios y, en concreto, con el turismo, la hostelería o el ocio, actividades que sostienen una gran parte del Producto Interior Bruto (PIB) español y que generan millones de puestos de trabajo.

En apenas un año, la actividad ligada al turismo se ha desplomado un 70 %, hasta los 46.431 millones de euros a cierre de 2020, lo que supone perder 106.000 millones y regresar a los niveles registrados en 1995. Es decir, un retroceso de 25 años. La hostelería, por su parte, ha visto reducida a la mitad su facturación -cerca de 67.000 millones de euros-, ya han desaparecido 85.000 establecimientos y hay 680.000 puestos de trabajo pendientes de un hilo.

Lo cierto es que desde la expansión de la pandemia del coronavirus se han destrozado todos los registros históricos. Solo en el mes de marzo de 2020 la lista de personas inscritas en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) aumentó en 302.265 personas respecto al mes de febrero, el dato más negativo desde que hay registros y que superó al de enero de 2009, con 198.838 desempleados más. Así, el paro registrado se disparó hasta las 3.548.312 personas y experimentó una subida mensual del 9,3 %.

La cifra continuó subiendo en abril. Entonces, el paro alcanzó las 3.831.203 personas tras sumar 282.891 desempleados. Fue el dato más alto registrado nunca en este mes dentro de la serie histórica, superando en más de 243.000 personas el que hasta ahora era el mayor repunte: el de abril de 2009, en plena crisis económica. En este caso, y a pesar del parón de la actividad, la destrucción de empleo consiguió frenarse gracias a los 3,4 millones de trabajadores incluidos en un ERTE. A estos datos hay que añadir, además, otro millón de trabajadores autónomos, que también se quedaron sin actividad total o casi y que seguían en alta en la Seguridad Social porque cobraban la prestación extraordinaria por cese de actividad.

Con el relajamiento de las restricciones en algunos puntos del territorio nacional, las cifras de empleo comenzaron a mejorar, si bien el número de parados siguió aumentando hasta junio, cuando tocó máximos desde el inicio de la pandemia con 3.862.883 desempleados. Junio de hecho es un mes en el que el desempleo se comporta habitualmente de forma favorable y, desde el inicio de la serie histórica, el paro ha descendido en más de 20 ocasiones y solo ha subido en junio de 2008, cuando aumentó en 36.849 personas, y el pasado 2020.

Pequeño respiro con la desescalada

En julio la totalidad del país ya se encontraba en la denominada “nueva normalidad”: las restricciones decayeron y muchos de los negocios pudieron recuperar parte de lo perdido durante los meses de confinamiento. Así, las contrataciones subieron, se creó empleo y el paro bajó por primera vez desde la llegada de la pandemia hasta los 3.773.034 desempleados.

No obstante, la economía española aún se situaba lejos de los niveles previos a la crisis, cuando el número de desempleados alcanzaba las 3.246.047 personas. Según datos del Ministerio de Trabajo, en los meses de marzo, abril, mayo y junio el número de parados se incrementó en 616.836 personas, mientras que el número de personas incluidas en un ERTE al cierre del séptimo mes del año era de 1,18 millones, lo que supuso una reducción de 712.000 y representaba una salida media diaria de casi 23.000 trabajadores.

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Cuando el tejido productivo comenzó a coger aire, las expectativas volvieron a derrumbarse por la segunda ola de la pandemia. El número de desempleados registrados en las oficinas del SEPE aumentó en 29.780 personas en el mes de agosto hasta los 3.802.814 parados, lastrado por el impacto de los brotes en la campaña turística. El desempleo subió, sobre todo, en el sector Servicios, con 20.216 parados más debido al desplome del turismo extranjero y el fin de las contrataciones ligadas a la campaña de verano. No obstante, la subida mensual del paro en agosto fue inferior a la registrada el mismo mes del año pasado (54.371) y también a la de los tres años precedentes.

A pesar de que el coronavirus dio una pequeña tregua en septiembre y el paro volvió a descender en 26.329 personas en un mes en el que habitualmente aumentan los demandantes de empleo por el final de la temporada turística, en octubre el número de desempleados inició una tendencia ascendente que ha llegado a su pico máximo en febrero.

Tendencia ascendente desde octubre

Desde el verano los casos de contagios en España han ido en aumento y en la misma línea se ha posicionado el empleo. La cifra de parados no ha dejado de crecer desde entonces, pasando de 3.826.043 en octubre hasta los 4.008.789 de febrero. Además, hay casi 900.000 trabajadores bajo un ERTE en estos momentos y un total de 510.000 autónomos que están cobrando la prestación por cese de actividad -200.000 más que en enero-.

La tercera ola de la pandemia conllevó, de nuevo, el cierre de negocios y de establecimientos, y mandó al traste la campaña de Navidad por las limitaciones impuestas en prácticamente todas las comunidades autónomas. Tras nueve meses de confinamientos, restricciones de aforos y de horarios, la campaña navideña fue planificada por las empresas con gran prudencia en la contratación, que fue un 26 % inferior a la de un año antes. Quizá por este motivo, enero fue un mes más positivo que lo que cabía esperar en los registros del SEPE. En consecuencia, en el primer mes del año el número de desempleados registrados creció en 76.216 personas hasta los 3.964.353. Fue el cuarto mes de enero con menor incremento del paro desde 2008.

Los últimos coletazos de la tercera ola se han sentido en febrero. El número de desempleados registrados en las oficinas del SEPE superó por primera vez en cinco años los cuatro millones tras aumentar en 44.436 personas. De esta manera, prácticamente un año después del estallido de la pandemia, y frente a los datos de febrero del año pasado, España tiene 762.742 desempleados más, lo que supone un aumento del 23,5 %. El secretario de Estado de la Seguridad Social y Pensiones, Israel Arroyo, ha explicado cómo el impacto de la tercera ola ha estado muy enfocado en el sector servicios y en hostelería, ya que solo en este último sector se han destruido 289.055 empleos en el último mes.

No obstante, los datos son positivos respecto a las personas en ERTE: en comparación con el máximo que se alcanzó en abril, los trabajadores acogidos a este mecanismo se han reducido en 2,7 millones de personas, lo que significa un descenso del 75 %.

El paro supera en febrero los 4 millones por primera vez desde 2016 y los ERTE rozan los 900.000

Ante este contexto, Pérez Rey ha anunciado que el Ministerio de Trabajo y Economía Social ha convocado a los agentes sociales, el Banco de España y el Consejo Económico y Social (CES) para hacer un diagnóstico compartido de la situación del mercado laboral y buscar soluciones posibles. Según el secretario de Estado, aunque los instrumentos puestos en marcha para hacer frente a la pandemia "están funcionando", el Ministerio quiere trabajar conjuntamente con el resto de instituciones para ver si estos se pueden mejorar, intensificar o para ver si deben verse acompañados de nuevas medidas desde el punto de vista económico y productivo.

Por su parte, Arroyo ha explicado que el comportamiento del empleo ha sido mejor en los últimos días del mes que al principio de febrero y ha pedido que no se piense por los datos registrados que se va a truncar la tendencia positiva del mercado de trabajo que se venía observando desde mayo.