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Coronavirus

"Mi consulta es más segura que mi propia casa": los dentistas se preparan para la posible reapertura

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Los dentistas, trabajadores esenciales, muestran su preocupación por el riesgo de su actividad

En España hay cerca de 40.000 dentistas ejerciendo su actividad, la mayoría en clínicas privadas. A la espera de la confirmación oficial, se preparan para su posible reapertura con cita previa a partir del lunes- podían atender urgencias durante el estado de alarma- y esperan el BOE para ver los detalles. El Consejo General de Dentistas ha elaborado un completo protocolo de actuación para el personal de las clínicas e incluso ha dado formación específica a distancia para afrontar el momento: es una de las profesiones con un contacto más estrecho con sus pacientes y están muy expuestos al coronavirus.

"Queremos transmitir un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos: garantizamos la máxima seguridad en las clínicas", afirma el doctor Óscar Castro Reino, presidente del Consejo. "Si había alguien adiestrado para atender enfermedades infectocontagiosas éramos los dentistas. Ya usábamos guantes, gafas, mascarillas, pantallas. El VIH y la hepatitis C marcaron un punto de inflexión en las consultas, también en el uso de material deseschable", dice.

Según una encuesta del Consejo General de Dentistas, sólo un 2% de estos profesionales se habrían contagiado durante esta pandemia, debido a los "altos estándares de seguridad que maneja el sector", explica el doctor Castro.

Precisamente el acceso a EPIS por parte de los profesionales es la mayor preocupación de cara a la reapertura: las clínicas cedieron su material al principio del estado de alarma para los centros médicos que intentaban frenar la pandemia. Ahora el stock es muy limitado y los proveedores de confianza no dan abasto. "También hay problemas con especuladores y si antes te costaba una caja de mascarillas quirúrgicas 30 euros ahora te piden 90, e incluso hay material falso", afirma Castro.

De cara al futuro, preocupa la vertiente económica de esta crisis sanitaria: una de cada cuatro clínicas dentales ha cesado completamente la actividad durante estas semanas. El Consejo calcula que el 20% de las clínicas tendrán serios problemas económicos que podrían llevarles al cierre en los próximos meses.

14 horas - El lunes comienza la fase 0: abrirán gestorías, dentistas, peluquerías, restaurantes con comida para llevar - Escuchar ahora

Urgencias durante el estado de alarma

Como centros sanitarios, las clínicas dentales podían permanecer abiertas durante el estado de alarma, pero solo para atender urgencias: infecciones y roturas de piezas, entre otras.

A José Antonio se le rompió una muela el 30 de marzo y se quedó astillada. "Me molestaba mucho", cuenta a RTVE.es. No sabía si los dentistas pasaban consulta, así que llamó y después de una primera valoración telefónica, le citaron al día siguiente para extraerle la pieza. "No había nadie en la consulta, estaba yo solo, y lo que más me extrañó es que me tomaron la temperatura al entrar. Estaba todo muy limpio y el dentista me hizo enjuagarme con algo que no era agua antes de empezar", asegura.

No había nadie en la consulta y me tomaron la temperatura al entrar

Estas medidas forman parte de los protocolos que se han puesto ya en marcha en la atención odontológica y que se quedarán en los próximos meses. "Primero hay un triaje telefónico", confirma el doctor Rafael Flores, tesorero del Colegio Oficial de Dentistas de Sevilla.

"Se explica al paciente que, si es posible, venga solo y a la hora exacta de la cita para evitar que coincidir con otros. Se le advierte de que deberá guardar la distancia de seguridad, llevar mascarilla y no tocar nada. Cuando viene hay un protocolo de entrada y salida: el personal de recepcion también lleva mascarilla y guantes. Se facilita gel hidroalcohólico para que el paciente se lave las manos. Hemos cambiado la solución de nuestro enjuague habitual, ahora se recomienda uno con povidona yodada", explica.

Como especialista en Cirugía Oral ha atendido pocas urgencias, pero asegura que "llaman muchos pacientes preguntando cuándo podrán retormar sus tratamientos porque cerramos la consulta casi de un día para otro y quedaron muchos pendientes. Es importante para ellos".

José Antonio dejó pendiente el implante que reemplazará su muela rota. "Me dijeron que ya más adelante, que ahora no se podía".

En plena pandemia se ha limitado la actividad a lo imprescindible por la transmisión aérea y la superviviencia en superficies. "Se intenta no usar aerosoles, eso se ha acotado bastante", explica el doctor Castro.

La "nueva normalidad": mamparas en la recepción

Cuando las clínicas vuelvan a funcionar con normalidad los profesionales extremarán unas precauciones que ya eran elevadas: el doctor Flores insiste en que por su gran exposición los dentistas ya cumplían con "protocolos muy rigurosos. El material desechable, las superficies descontaminadas... Ahora tomaremos alguna medida más, pero desde siempre mi clínica es más segura que mi casa", afirma.

Mi clínica es más segura que mi casa

Los pacientes sí notarán los cambios ya en la sala de espera, donde debe cumplirse el distanciamiento social de dos metros. Además el presidente del Consejo General de Dentistas explica que están ampliando el uso de mamparas en la recepción y se acabaron las revistas en la sala de espera. "Pedimos a la gente que venga sin acompañantes", dice. Las consultas deberán extremar la higiene entre un paciente y otro, incluso ventilando unos minutos cada gabinete.

Los dentistas llevarán mascarillas FPP2 durante todos los tratamientos, pantalla y bata impermeable.

Medidas que son fáciles de respetar y que en el futuro Castro cree que se podrán ir relajando: "Volveremos a la normalidad y este virus nos va a volver más limpios y menos cariñosos".

Este virus nos va a volver más limpios y menos cariñosos

La actividad volverá paulatinamente a las clínicas dentales, cuya mayor preocupación es hacerse con EPIS para su personal. Según la encuesta del Consejo General de Dentistas el 80% de los profesionales no ha podido conseguir aún el material para todos sus trabajadores, después de haber cedido a los hospitales todas sus reservas al principio del estado de alarma.

"Muchos no podrán afrontar los gastos"

Después de la crisis sanitaria nos espera otra cuyos efectos se prevén muy profundos: la factura económica. Aunque han podido acogerse a ERTES "por causas de fuerza mayor", el presidente del Consejo, Óscar Castro, pinta una situación delicada: "Algunos son muy precarios, no han podido aplazar sus gastos normales: los créditos para pagar la aparatología o el alquiler del local. Muchos se verán abocados al cierre por no poder afrontar los gastos".

Además el aumento del paro anuncia una bajada de pacientes: "La gente tendrá que preocuparse por qué comer y no podrán preocuparse de con qué comer, van a dejar de venir a las consultas". Las medidas de seguridad también harán bajar el número de pacientes diario y harán subir la factura de materiales.

Un perjuicio económico que de momento es imposible cuantificar. "Se ha anunciado la exención del IVA en material de protección, pero aún no sabemos si los dentistas podemos beneficiarnos. Cada proveedor lo interpreta a su manera", denuncia Castro, que se queja de que no haya habido medidas específicas para este sector y pide ayudas para el futuro.

"Nosotros hemos estado con nuestros pacientes y pueden estar tranquilos de que, cuando abramos, garantizamos la máxima seguridad", concluye, deseando recuperar la normalidad.