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Sánchez propondrá a Dolores Delgado como nueva Fiscal General del Estado

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Críticas a la propuesta de Pedro Sánchez de Dolores Delgado como fiscal general del Estado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, propondrá el nombramiento de la hasta ahora ministra de Justicia, Dolores Delgado, como nueva Fiscal General del Estado en sustitución de María José Segarra. Según fuentes de Moncloa, la propuesta será aprobada este martes en el primer Consejo de Ministro del nuevo Ejecutivo.

El jefe del Gobierno informó el pasado viernes a Delgado que no continuaría al frente de la cartera de Justicia que había asumido en junio de 2018. Su sustituto es Juan Carlos Campo, que ha tomado posesión del cargo este lunes junto a otros 21 ministros del nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez.

En el traspaso de la cartera de Justicia a su sucesor, Delgado ha expresado su agradecimiento "a todos los organismos implicados" en el ámbito judicial, entre ellos el Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía y la Abogacía del Estado, por su "magnífica colaboración para mirar al frente y seguir avanzando".

Dolores Delgado traspasa a Juan Carlos Campo la cartera de Justicia

La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha asegurado en una conversación informal con los periodistas tras el acto de toma de posesión de su cargo, que el Ejecutivo no pretende "en ningún momento" controlar la Fiscalía y que el nombramiento de Delgado no tiene "nada que ver" con el hecho de que haya sido antes ministra de Justicia. Además, ha señalado que Delgado es una fiscal que ha demostrado su prestigio y su solvencia en la Audiencia Nacional.

Una fiscal de dilatada carrera, reprobada como ministra

Delgado nació en Madrid en 1962 y hasta su entrada en el Ejecutivo la pasada legislatura ejercía de fiscal coordinadora contra el terrorismo yihadista en la Audiencia Nacional, donde ingresó en 1993. Desde entonces, su labor se centró en la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado y el terrorismo.

El salto de Delgado a la Fiscalía General del Estado se produce 19 meses después de llegar al ministerio de Justicia tras una acreditada y respetada carrera como fiscal en la Audiencia Nacional.

De su labor en el Ministerio se siente especialmente orgullosa de haber instruido el expediente para la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, en la que ejerció como notaria mayor del Reino, pero no estuvo exenta de polémicas.

El PP pidió la dimisión de Delgado en 2018 por sus relaciones con el excomisario José Manuel Villarejo y la criticó también cuando la Abogacía del Estado pidió que se condenara a los acusados del procés por sedición en lugar de por rebelión, como pidió precisamente la Fiscalía.

El Congreso y el Senado la reprobaron después de que se publicaran los audios de las conversaciones con Villarejo grabados durante un almuerzo, en 2009.

Los pasos de la Fiscalía ante el 'procés'

Delgado también fue duramente criticada por la oposición parlamentaria por la actuación de su departamento en el juicio del 'procés', después de que la Abogacía del Estado acusara de sedición a los procesados, mientras la Fiscalía mantenía contra ellos el delito de rebelión. El alto tribunal acabó dando la razón a la Abogacía, condenando por sedición a los principales líderes políticos acusados.

Su reto será desligarse del Gobierno, responsable de proponer su nombramiento, para actuar con "plena objetividad e independencia" en defensa de la legalidad, los derechos de los ciudadanos y el interés público, como marca el Estatuto Orgánica del Ministerio Fiscal. Por eso, los pasos que dé la Fiscalía bajo la dirección de Delgado ante el 'procés' serán examinados con lupa.

La acusaron primero de no defender correctamente al juez Pablo Llarena ante la demanda que interpuso contra él en Bélgica el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y luego por la posición de la Abogacía del Estado en el juicio en el Supremo, donde acusó a los procesados de sedición y no de rebelión, como defendió la Fiscalía liderada por María José Segarra, amiga de Delgado y a la que sucederá en el cargo.

Por el momento, las primeras reacciones ante la propuesta de Delgado han provocado división de opinión entre las asociaciones de fiscales y críticas entre los principales partidos de la oposición. La Asociación de Fiscales ha mostrado "desagrado", mientras que la Unión Progresista de Fiscales confía enque hará "un buen papel". Mientras, en el ámbito político, los principales partidos en la oposición han mostrado su rechazo y ven un intento de "controlar" y "politizar" la justicia.

El nombramiento de Delgado como Fiscal General del Estado es insólito por ser la primera vez que el Gobierno designa a un exministro de Justicia para dirigir la Fiscalía General del Estado, aunque no es el primer integrante de un ejecutivo que llega a este cargo. En 1986, Javier Moscoso fue nombrado fiscal general del Estado, cuatro años después de entrar en el primer gobierno socialista de Felipe González como ministro de la Presidencia.