Goirigolzarri asegura que no se esperaba que el Gobierno pidiera un rescate bancario a Bruselas

• El presidente de Bankia sostiene que le sorprendió el ERE para 4.500 empleados y el cierre de un tercio de las oficinas

Goirigolzarri entra en la Audiencia Nacional como testigo.

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha asegurado que no se esperaba el rescate que pidió el Gobierno a Bruselas para recapitalizar el sistema financiero español, encabezado por Bankia, y que provocó una reducción de plantilla de 4.500 empleados. Así lo ha afirmado como testigo en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia, que se celebra en la Audiencia Nacional.

"Si a mí me llegan a decir el 7 de mayo de 2012 que íbamos a tener un plan de reestructuración aprobado por Europa en noviembre que nos obligaba a un ERE de 4.500 personas, a cerrar 1.000 de las 3.000 oficinas y que los preferentistas se verían obligados a un gran descuento para participar en la capitalización de Bankia, me hubiera sorprendido, la verdad, no hubiera esperado nada de eso, pero a eso nos tuvimos que enfrentar", ha señalado en referencia a rescate financiero de 100.000 millones de euros que el Gobierno de Rajoy solicitó a Bruselas, de los que se usaron unos 42.000 millones -la mitad para Bankia-

Sobre la situación de Bankia al ser nombrado el 9 de mayo de 2012, Goirigolzarri ha explicado que "sabía y conocía los problemas del sistema bancario español, conocía los problemas de Bankia desde fuera, el famoso informe del FMI, conocía que se habían presentado unas cuentas a la CNMV que no estaban auditadas y conocía los rumores que había en el mercado, pero información directa no tenía".

Cuentas auditadas

Nada más llegar a Bankia se ocupó de reformular dichas cuentas, así como de introducir cambios en el equipo directivo y gestor. Su principal objetivo, ha aclarado, eran en realidad dos, "concretos y urgentes": tener unas cuentas auditadas, porque había que convocar una junta general, y presentar al Banco de España un plan de capitalización.

En línea con lo sostenido por el socio auditor de Deloitte, Francisco Celma, ha detallado que "el auditor no tenía toda la información que necesitaba para elaborar su informe de auditoría, nos explicó lo que le faltaba y se lo facilitamos".

Goirigolzarri ha destacado su "preocupación tremenda por los accionistas, era una situación muy dura, ya que si miraba por la ventana de la sede de Bankia veía la calle llena de manifestantes" y ha defendido su independencia: "No he tenido ninguna injerencia por parte de ninguno de los sucesivos titulares del Ministerio de Economía, algo que no hubiera admitido".

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Sobre los relevos del director general, Ildefonso Sánchez Barcoj, y del director de auditoría, Miguel Ángel Soria, ha explicado que "entendíamos que eran puestos de gran confianza, y creíamos, y creí yo en lo personal, que tenían conflictos de intereses, en el sentido de haber vivido una historia con la cual en la nueva etapa yo no quería tener influencias del pasado" y su objetivo era un consejo profesional.

"No estaba buscando a gente de confianza, buscaba un consejo profesional y de gran independencia, que es el que tenemos ahora", ha recalcado Goiriglozarri.