Enlaces accesibilidad

La UE y Japón abren una de las mayores áreas de libre comercio del mundo en plena era Trump

  • El acuerdo, que entra en vigor este viernes, liberaliza el 90% de los intercambios con Japón
  • La UE estima que aumenten un 13% las inversiones europeas en el país nipón

Por
Un cartel anuncia este viernes precios más bajos en vinos importados en un gran supermercado en Chiba, cerca de Tokio (Japón).
Un cartel anuncia este viernes precios más bajos en vinos importados en un gran supermercado en Chiba, cerca de Tokio (Japón).

La Unión Europea y Japón abren este viernes una de las mayores áreas de libre comercio del mundo en plena era de Donald Trump, que ha supuesto un retorno a los postulados proteccionistas. El acuerdo que la regula, conocido como JEFTA por las siglas en inglés, Japan-EU Free Trade Agreement (Tratado de Libre Comercio Japón - Unión Europea) supondrá un impulso significativo para los intercambios comerciales de ambas partes y se espera que afecte a varios de los sectores principales de la economía española, como el agroalimentario, el automóvil y el textil.

Además, el JEFTA crea un modelo en la aprobación de acuerdos de “nueva generación”, como el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés, Transatlantic Trade and Investment Partnership) o el Acuerdo Económico con Canadá (CETA por sus siglas en inglés, Comprehensive Economic Trade Agreement), que además de la reducción de impuestos tradicionales al comercio incluyen las inversiones, los derechos de propiedad intelectual y el acceso a los procesos de contratación pública. Estas son las claves del acuerdo:

Modelo para los tratados de "nueva generación"

El JEFTA es un acuerdo de asociación económica que comenzó a negociarse en 2013 y que se ratificó en el Parlamento Europeo en diciembre de 2018. Según el investigador en asuntos asiáticos del Real Instituto Elcano, Mario Esteban, al igual que el TTIP o el CETA por sus siglas en inglés, el tratado con Japón forma parte de los denominados 'tratados de nueva generación'.

"Estos acuerdos se caracterizan por ir más allá de la reducción de aranceles o impuestos al comercio ya que también hacen referencia a las inversiones y a cuestiones de carácter normativo como los derechos de propiedad intelectual o el acceso a los procesos de contratación pública", explica.

A diferencia de otros tratados de libre comercio, el JEFTA ha escapado al debate público ya que no ha tenido que ser ratificado por los parlamentos nacionales. Según la diputada de Podemos en el Parlamento Europeo, Lola Sánchez Caldentey, dentro del TTIP y CETA estaban incluidos los mecanismos de arbitraje para la solución de controversias entre empresas y estados, conocidos como ISDS

"Es un mecanismo tremendamente peligroso que permite a las empresas demandar a los Estados cuando consideren que una regulación va a perjudicar sus beneficios presentes o futuros", explica, antes de señalar que su ausencia es lo que ha permitido soslayar la ratificación nacional de este acuerdo. "Si se introduce este capítulo, tiene que ser aprobado por parlamentos nacionales de los estados miembros, por lo que con Japón se ha retirado este capítulo y se negociará en los próximos meses o años lejos del foco de atención pública", añade Lola Sánchez.

De esta forma, según la parlamentaria, este tratado "sienta un precedente" en las negociaciones de otros tratados de libre comercio como el de Singapur y Australia.

El primer ministro japonés, Shinzo Abe (c), estrecha la mano del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Junker (d)

El primer ministro japonés, Shinzo Abe (c), estrecha la mano del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Junker (d) EFE/ Martin Bureau / Pool

Otro de los aspectos controvertidos del JEFTA es la cooperación reguladora, mecanismo por el cual los reguladores parlamentarios deben informar a las compañías extranjeras del proceso legislativo. "Las empresas japonesas, a partir de hoy, tienen que ser informadas desde las fases tempranas del desarrollo legislativo de la Unión Europea", afirma Lola Sánchez. "Por lo tanto, se abre la puerta a que las empresas, especialmente multinacionales, sean 'legisladores en la sombra' que intenten influir en las leyes y regulaciones, lo que puede ser un retrimento de las derechos sociales", denuncia la eurodiputada.

Mensaje a Trump sobre los aranceles y el medio ambiente

Pese a estas sombras, la eurodiputada socialista y responsable de Comercio Internacional que participó en las negociaciones del tratado, Inmaculada Rodríguez-Piñero, destaca que este tratado tiene "importancia geoestraégica para aumentar la presencia económica europea en Asia y se están negociando otros acuerdos en este sentido con Singapur y Australia".

A su juicio, el acuerdo es también un mensaje a Trump y contra el proteccionismo: "Una de las ventajas que tiene este acuerdo es mostrar un camino diferente al proteccionismo. Tanto Japón como la Unión Europea se comprometen en este acuerdo a defender conjuntamente el multilateralismo y el comercio internacional basado en reglas, en comercio justo e inclusivo que apuesta por en la lucha por el cambio climático, en un momento en que Trump se ha retirado del Acuerdo de París", defiente Rodríguez -Piñeiro.

Trump impone oficialmente aranceles del 25% al acero y 10% al aluminio

A este respecto la eurodiputada de Podemos, Lola Sánchez, considera que con este tipo de tratados se va "en dirección opuesta" al Acuerdo de París contra el cambio climático, ya que "al aumentar las exportaciones, aumenta el transporte aéreo y marítimo". Además, subraya que "a pesar de incluir un capítulo de desarrollo sostenible de obligado cumplimiento en el tratado, no se contemplan sanciones, si no tan solo el inicio de una investigación".

En cuanto al reciente anuncio de Japón de que retoma la caza comercial de ballenas, Sánchez critica que, aunque la Unión Europea prohíbe la compra de carne de ballena, "este tema no haya estado sobre la mesa o que fuera una línea roja para el tratado ya que es un aspecto que preocupa a muchos ciudadanos europeos”. En su opinión, "esto demuestra que no es un tratado hecho a la medida de la ciudadanía sino de las grandes empresas".

Oportunidad para la carne, el vino y el textil español

Según Bruselas, las empresas europeas exportan cada año a Japón más de 58.000 millones de euros en bienes y 28.000 millones de euros en servicios, pero, con el acuerdo, se espera que las exportaciones a Japón aumenten un 13% y que las empresas europeas ahorren 1.000 millones de euros al año en aranceles.

El tratado recoge que se liberalice el 90% de los intercambios con el país nipón desde este viernes, aunque la reducción de trabas y aranceles será progresiva en sectores sensibles como en los quesos, carnes y otros productos agroalimentarios.

Esto es especialmente importante para España, ya que es el décimo socio comercial de Japón fuera de la Unión Europea y factura en 2,4 millones de euros con las exportaciones, entre las que se encuentra la carne de cerdo, el vino o el cuero. Para España, Japón supone su segundo socio comercial en Asia.

Una operaria trabaja en una fábrica de calzado de Valverde del Camino (Huelva).

Una operaria trabaja en una fábrica de calzado de Valverde del Camino (Huelva). noticias

Tal y como explica Inmaculada Rodríguez-Piñero, "el acuerdo podría suponer una oportunidad para la industria alimentaria española, el textil, el calzado y el farmacéutico".

"No hay ninguna otra política que suponga para una empresa una reducción de costes mínima de un 15% sin tener que abordar ninguna reforma estructural. Simplemente aprovechar los beneficios del acuerdo", recalca la eurodiputada socialista.

La pesca y el sector automóvil, bajo el punto de mira

En cuanto a la pesca, se eliminan las barreras, lo que, advierte Lola Sánchez, "puede suponer una gran pérdida para España", ya que ambos países son grandes potencias pesqueras y puede haber "un cambio sustancial de los precios, que no se ha tenido en cuenta".

En lo que respecta a las exportaciones de automóviles, los coches europeos estarán sujetos a los mismos requisitos en la UE y Japón. Así, los vehículos ya no necesitan ser probados y certificados nuevamente cuando se exportan a Japón, de forma, que como ya ocurrió con el tratado con Corea del Sur, se facilita la importación de automóviles o piezas japoneses y europeos.

Otro de los capítulos de gran controversia es la liberalización de la contratación pública. "En Europa y en la mayoría de los Estados miembros, se ha legislado para que cuando una administración pública saca a concurso [la empresa que opta] no puede ser extranjera al 100% y debe haber un porcentaje de administración local. En este caso, eso ha desaparecido, puede venir una empresa japonesa y optar a ello", indica Lola Sánchez.

En cuanto al Brexit, según Inmaculada Rodríguez-Piñero "no afecta de ninguna manera a las condiciones del tratado. Si finalmente Reino Unido sale tendrá que negociar su propio acuerdo comercial con Japón, si lo desea".

A efectos prácticos, Mario Esteban, señala que "Reino Unido era una de las bases de inversión de Japón en la Unión Europea por lo que tras su salida, España podría salir beneficiada en este aspecto, pero habrá que ver como se negocian los aspectos de los tribunales de arbitraje y el desarrollo del comercio en los próximos meses", concluye el investigador.