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La Unión Europea solo ha reubicado a 87 refugiados en un mes de los 160.000 comprometidos

  • Los gobiernos han ofrecido apenas 854 plazas para los primeros demandantes
  • El ritmo debería ser de 6.600 al mes para lograr el objetivo para dos años

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Cientos de refugiados aguardan en la frontera entre Eslovenia y Austria
Cientos de refugiados aguardan en la frontera entre Eslovenia y Austria.

La Unión Europea ha reubicado a tan solo 87 refugiados de los 160.000 incluidos en el reparto que han acordado los Veintiocho para los próximos dos años, según las cifras que ha ofrecido este viernes la Comisión Europea, que ha reconocido que el proceso no está avanzando tanto como quisiera Bruselas, aunque ha destacado que, al menos, "ha comenzado".

"Los números no están en los niveles que nos gustaría, pero lo importante es que el proceso ha comenzado", ha admitido en rueda de prensa el portavoz comunitario Margaritis Schinas, que ha querido recordar que hace tan solo hace un mes que se tomó la decisión.

Schinas ha subrayado que no se puede reubicar de una tacada a 160.000 personas en una semana y ha insistido que "en todos los procesos el comienzo es lo más difícil".

El ritmo de reubicación de refugiados debería llegar a los 6.600 al mes de media si se quiere lograr el total de 160.000 en dos años.

Apenas 854 plazas para los primeros demandantes

Sin embargo, los gobiernos europeos han notificado hasta la fecha la disponibilidad de apenas 854 plazas para reubicar "rápidamente" a los primeros demandantes de asilo, llegados inicialmente a Italia y Grecia.

"En total, nueve Estados miembros han notificado que podrían reubicar rápidamente a al menos 854 demandantes de asilo", han detallado fuentes comunitarias. Todas estas plazas se han ofrecido para refugiados instalados en Italia y ninguna de ellas para los llegados a Grecia.

España es uno de los países que han comunicado su disposición a recibir a los primeros demandantes de asilo de los cerca de 15.000 que le corresponden. En concreto, el Gobierno español ha indicado que cuenta con 50 plazas disponibles y que espera el traslado "inminente" de refugiados, aunque no dispone de una fecha concreta.

Del resto, los más generosos, por ahora, han sido Suecia, que ha ofrecido 300 plazas, Finlandia (200), Portugal (130) y Luxemburgo (90), seguidos de España (50, de los 9.323 que ha aceptado recibir en dos años), Francia (40), Bélgica (30), Alemania (10) y Lituania (4).

El tercer traslado, la semana que viene

La portavoz comunitaria de Interior, Natasha Bertaud, ha recordado que hasta ahora se han llevado a cabo dos traslados desde Italia con destino a Suecia y Finlandia, y que la Comisión Europea trabaja en un tercero desde este mismo país para la semana que viene, así como sobre la primera reubicación desde Grecia.

El primer traslado se produjo el pasado 9 de octubre desde Italia a Suecia y afectó a un grupo de 19 eritreos, mientras que la segunda remesa de 68 refugiados eritreos y sirios tuvo lugar este miércoles, también desde Italia y con rumbo a Suecia y Finlandia.

Los primeros refugiados trasladados en la UE llegan a Suecia

Llegada al aeropuerto de Lulea, en al ciudad sueca de Kallax, de algunos de los 19 refugiados eritreos trasladados desde Italia hasta Suecia. EFE / ROBERT NYHOLM

Poder acelerar los traslados depende del buen funcionamiento de los centros de identificación y la toma de huellas dactilares en Grecia e Italia, así como del proceso para cuadrar preferencias de los países y de los propios refugiados, que llevan a cabo las autoridades de estas dos naciones asistidas por expertos de los Veintiocho.

Alemania quiere presionar para exigir cuotas obligatorias

Ante estas dificultades para reubicar a los refugiados, el Gobierno alemán quiere presionar para que se implanten políticas comunes más ambiciosas y extensas en el seno de la Unión Europea, con cuotas permanentes y obligatorias para albergar a los cientos de miles de refugiados que se prevé sigan llegando desde Oriente Medio.

Así lo han avanzado responsables políticos alemanes al diario británico The Guardian, que recoge que Berlín también pretende que las agencias europeas sustituyan a algunas autoridades nacionales en el control fronterizo, así como establecer una aportación financiera específica para aplicar estas políticas.

En cualquier caso, la imposición de cuotas obligatorias ha contado hasta ahora con una considerable resistencia por parte de varios Gobiernos de los Veintiocho, como los de Polonia, Chequia, Eslovaquia o Hungría, entre otros.