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Solo el 25% de los trabajadores del mundo tiene un empleo estable, según la OIT

  • Avisa: el cambio hacia relaciones laborales "atípicas" alimenta la desigualdad
  • El 60% de los asalariados tiene un trabajo temporal o a tiempo parcial
  • Advierte de las "importantes" consecuencias económicas y sociales

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Trabajadores de la construcción en Nueva York
Trabajadores de la construcción en Nueva York.

Solo uno de cada cuatro trabajadores en el mundo cuenta con un empleo estable en la actualidad, según denuncia la Organización Mundial del Trabajo (OIT), que también destaca que ese modelo laboral se está reduciendo en las economías más avanzadas, mientras que su implantación en los emergentes se ha ralentizado.

Cada vez hay más trabajadores con relaciones laborales diferentes al empleo a tiempo completo, remunerado y regulado mediante un contrato con el empleador, y –alerta la OIT- esos cambios en las relaciones de empleo “están alimentando la desigualdad de los ingresos”.

“En algunos casos, las formas atípicas de empleo pueden ayudar a las personas a ingresar en el mercado laboral. Pero estas tendencias emergentes son también el reflejo de la inseguridad generalizada que afecta a muchos trabajadores en el mundo hoy día”, ha advertido el director deneral de la OIT, Guy Ryder, en un comunicado.

En la primera edición de su informe sobre Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo -publicado este martes y titulado El empleo en plena mutación-, la organización señala que, en los países de los que dispone de datos (que suman el 84% de la población activa mundial), “tres cuartas partes de los trabajadores están empleados ya sea con contratos temporales o a corto plazo, en empleos informales con frecuencia sin ningún contrato, por cuenta propia o en empresas familiares sin remuneración”.

Según las cifras manejadas por este organismo vinculado a la ONU, “el empleo asalariado solo representa alrededor de la mitad del empleo mundial, proporción que incluso se reduce a cerca del 20% de la fuerza de trabajo en regiones como África subsahariana y Asia meridional”.

El 60% de los asalariados, con empleos temporales o a tiempo parcial

Dentro del colectivo de asalariados, la OIT subraya que menos del 40% tienen un empleo a tiempo completo y permanente, “y la tendencia parece ser a la baja”.

“Esto significa que, en todo el mundo, al menos 6 de cada 10 trabajadores asalariados están ocupados en formas de empleo a tiempo parcial o temporal. Las mujeres constituyen una parte desproporcionadamente alta de las personas ocupadas en modalidades de empleo asalariado temporal o a tiempo parcial”, indica el estudio.

Así, el informe cita a España como uno de los países donde el aumento del empleo a tiempo parcial se ha producido de forma simultánea a la reducción de los trabajos con jornada completa.

"Importantes repercusiones económicas y sociales"

Además, también señala que la disminución del porcentaje de trabajo temporal registrada en el país desde el inicio de la crisis ha provocado un aumento de la desigualdad salarial, porque “la mayoría de esos trabajadores [temporales] se han convertido probablemente en desempleados”.

Esta mutación del empleo descrita en el informe tiene “importantes repercusiones económicas y sociales”, según la Organización Internacional del Trabajo, ya que, “en promedio, las formas de empleo estándar están mejor remuneradas que las otras formas de trabajo” y “esta brecha ha tendido a ampliarse en el último decenio”.

Para este organismo internacional, “los trabajadores con empleo temporal o informal, los trabajadores a tiempo parcial y los trabajadores familiares no remunerados (en gran parte mujeres), son afectados de manera desproporcionada por la pobreza y la exclusión social”.

"Estas tendencias amenazan con perpetuar el círculo vicioso de débil demanda mundial y lenta creación de empleo que ha caracterizado a la economía mundial y a muchos mercados laborales durante el período posterior a la crisis”, ha alertado Ryder en la nota difundida por la OIT.

Cobertura social insuficiente

Por otra parte, la OIT también llama la atención sobre una realidad: esas nuevas modalidades de trabajo no cuentan en la mayoría de las ocasiones con una cobertura social suficiente. Por eso, advierten que las políticas públicas deberían “asegurar una protección adecuada para los trabajadores ocupados en todos los tipos de empleo”.

En esa línea, el organismo recuerda que “algunos países, especialmente en Europa, han introducido en los últimos años cambios que han reducido el nivel de protección de los trabajadores, ya sea con empleo estándar o empleo no estándar, con el objetivo de estimular el crecimiento del empleo”. Y, sin embargo, un análisis incluido en el informe sugiere que “la reducción de la protección de los trabajadores no conlleva una reducción del desempleo”.

“De hecho, los resultados que presenta el informe indican que, cuando los cambios introducidos están mal diseñados y debilitan la legislación sobre protección al empleo, su aplicación será con toda probabilidad contraproducente para el empleo y la participación en el mercado laboral, tanto a corto como a largo plazo”, añade.

En su informe sobre perspectivas laborales, la organización con sede en Ginebra también recuerda que al cierre de 2014 había más de 200 millones de personas en paro en todo el mundo -30 millones más de las que había en 2008, cuando empezó la crisis- y que “dar trabajo a los más de 40 millones de personas que se incorporan al mercado laboral cada año es un desafío de enormes proporciones”.