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El operador postal británico eliminará 1.300 empleos tras su privatización

  • Con la privatización en octubre, el Gobierno ingresó 2.000 millones de euros
  • La compañía ha suprimido 50.000 puestos de trabajo en 11 años

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Exterior de una oficina de Royal Mail en la localidad de Altrincham
Exterior de una oficina de Royal Mail en la localidad de Altrincham.

El recién privatizado operador postal británico, Royal Mail, ha anunciado este martes que suprimirá unos 1.300 puestos de trabajo para ahorrar 50 millones de libras al año (60 millones de euros). El recorte afectará a empleos operativos y jefes de oficina, pero no a los carteros, según ha explicado la compañía.

En los últimos 11 años, la empresa ha eliminado casi 50.000 empleos en un proceso de reestructuración con el que ha tratado de competir en un mercado en el que la distribución de cartas prácticamente ha desaparecido para dejar paso al reparto de paquetes.

La privatización de Royal Mail el pasado mes de octubre fue la mayor realizada en Reino Unido desde los años 80. El Gobierno británico sacó a Bolsa el 52,2% de la compañía, lo que le proporcionó más de 1.720 millones de libras (unos 2.000 millones de euros) y valoró el servicio de correos en 3.300 millones de libras (3.894 millones de euros).

Desde su salida a Bolsa, las acciones del servicio postal se han revalorizado un 80%, lo que ha desencadenado las críticas de la oposición parlamentaria, que considera que el precio de privatización fue demasiado bajo.

La venta del Royal Mail -encargado de clasificar y distribuir cartas y paquetes- no incluyó las oficinas de correos, las post office, responsables de la atención al cliente, ya que la ley de 2011 sobre servicios postales, separó ese servicio del Royal Mail a partir de abril de 2012.

Un ajuste "despiadado", según los sindicatos

La compañía ha señalado que ya ha empezado a negociar con los sindicatos su plan de ajuste, que suprimirá 1.600 puestos y creará otros 300 nuevos, con un coste de 100 millones de libras (119 millones de euros) por indemnizaciones y prejubilaciones, lo que unido a los 130 millones del recorte laboral del año pasado dispara los gastos del ajuste por encima de lo previsto.

El sindicato Unite, que representa a la mayoría de las categorías afectadas por el recorte, ya lo ha calificado como "despiadado". "Unite pide un compromiso para que las bajas se produzcan de forma voluntaria y en condiciones justas y para que se fije un método efectivo para recolocaciones en una organización reestructurada", ha señalado Brian Scott, representante de Unite en Royal Mail, quien ha advertido que, si Royal Mail rechaza esa petición, "no habrá otra alternativa que una votación para iniciar movilizaciones".

La empresa ya evitó una huelga prevista para las Navidades pasadas al alcanzar un acuerdo con la mayoría de los trabajadores sobre salarios y condiciones laborales y, el mes pasado, desató numerosas críticas por su decisión de subir por encima de la inflación los precios de los sellos.