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El masivo 'sí' de los crimeos fortalece a Rusia para negociar con Occidente el futuro de Ucrania

  • El Parlamento de Crimea ha pedido este lunes la adhesión inmediata a Rusia
  • Moscú podría retrasar la adhesión de Crimea para negociar el futuro de Ucrania
  • Las potencias occidentales debaten la respuesta al desafío secesionista

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Futuro incierto tras el referéndum en Crimea

En Simferópol las banderas crimeas y rusas, ambas rojiblancas y azules, se confunden con la euforia de quienes ya celebran un contundente ‘sí’ a la anexión de la república autónoma a Rusia en el referéndum de secesión celebrado este domingo y cuya transparencia no ha podido ser verificada por ningún observador independiente. 

Según los datos definitivos, facilitados por la Comisión Electoral Central de Crimea en la mañana del lunes, el 96,6% de la población votó a favor de la adhesión a Rusia, a la que pertenecieron hasta  1954. Y, lo que es casi más importante, la participación ha superado el 82%, un porcentaje que da una pátina de “legitimidad” a una consulta declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional ucraniano.

La victoria del ‘sí abre un futuro lleno de interrogantes e incertidumbres y centra la atención en Vladímir Putin, que tiene sobre su tejado la pelota de la estabilidad en la región.

El Parlamento de Crimea ha pedido este lunes 17, en una sesión extraordinaria, al presidente de Rusia, la incorporación de esta autonomía a la Federación Rusa, según ha confirmado el primer ministro crimeo, Serguéi Axiónov. "Haremos todo lo más rápidamente posible, aunque cumpliendo todos los requisitos legales", ha indicado a la agencia rusa Interfax.

La pregunta es: ¿cuál será la respuesta de Rusia?

Crimea cambia el mapa de Europa

"El referendo en Crimea cumplió todas las normas internacionales", le ha dicho el presidente ruso a Barack Obama durante una conversación telefónica mantenida esta tarde a instancias del presidente estadounidense. “Se tuvo en cuenta, en particular, el famoso precedente de Kosovo. Por lo tanto los habitantes de la península tuvieron la garantía de hacer uso del libre albedrío y la libre determinación", añadió el presidente ruso según el comunicado del Kremlin.

Moscú  ha defendido hasta ahora que la voz de los crimeos sería escuchada. Pero, ¿la anexión de Crimea será inmediata?

“No estoy segura de que Rusia esté realmente de hecho dispuesta a dar ese paso. Por consiguiente Crimea podría quedarse en una nebulosa que ya existe en el territorio de la ex Unión Soviética. En la nebulosa de un estado de facto no reconocido por nadie”, señala a TVE, Carmen Claudín, investigadora del CIDOB.

En 2006, en un referéndum similar celebrado en la región separatista de Transnistria, en Moldavia, el 97% de los votantes apoyaron la independencia y la “posterior asociación libre con Rusia” y, pese a ello, aún están esperando. Pero Transnistria no es, ni de lejos, Crimea.

Putin ahora sí puede negociar

En este caso parece que Rusia podría jugar la baza de la dilación  para tener una posición de fuerza de cara a unas negociaciones con la Unión Europea y EE.UU. sobre el futuro de la crisis ucraniana. Crimea, donde Rusia tiene su flota naval en el Mar Negro,  es una pieza clave para Moscú, pero forma parte de un puzzle más amplio al que tampoco Putin quiere renunciar: Ucrania, su frontera oriental y cuna del Estado ruso y de su cultura.

En la última reunión que mantuvieron los ministros de Exteriores ruso y estadounidense el pasado viernes para buscar una salida negociada al conflicto Sergei Lavrov dejó entrever esa estrategia. Según denunció John Kerry, su homólogo ruso se negó a dialogar sobre el de Crimea hasta conocer los resultados del referéndum.

Ahora sí, con el respaldo mayoritario de los crimeos, Putin tiene más argumentos para sentarse a la mesa de negociaciones con las potencias occidentales. Tiene claras sus condiciones. Que el nuevo Gobierno de Kiev, formado tras la caída del presidente prorruso Víktor Yanukóvich, integre todas las sensibilidades del país y no solo las proeuropeas y nacionalistas. Y, por supuesto, que Bruselas se olvide de firmar el Acuerdo de Asociación con Ucrania en el corto plazo.

Sin embargo, tampoco hay que descartar que Putin se decante por otro escenario y dirija una anexión inmediata de Crimea. De hecho, el Parlamento ruso debatirá este mismo viernes 21 de marzo un proyecto de ley sobre la adhesión de nuevos territorios a la Federación Rusa, el marco legal necesario para que en cuestión de semanas el mapa de Europa cambie y las fronteras de Rusia se amplíen.

La otra pregunta es: ¿cuál será la respuesta de la Unión Europea y EE.UU.?

La UE y EE.UU., contra las cuerdas

El Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. ha estado reunido todo el domingo supervisando el referéndum. El consejo de ministros de Exteriores de la UE se reúne este lunes para debatir la respuesta de los 28 al desafío secesionista de Crimea. Tanto Washington como Bruselas coinciden en que la consulta es “ilegítima” y que el apoyo de Rusia a los resultados acarreará nuevas sanciones. Ambos están de acuerdo en que hay que dar una respuesta, pero ¿cómo de contundente?

Una contestación ambigua a esta violación de la ley internacional y de la integridad territorial de un Estado, según denuncian, enviaría el mensaje de que Rusia tiene vía libre para invadir a sus anchas nuevos territorios. El argumento que sirve de justificación a Vladímir Putin, la protección de la población rusófona, puede servir mañana al Kremlin para llevar sus tropas a otras zonas de Ucrania donde ya se producen enfrentamientos entre grupos pro y antirrusos.

¿Qué pasaría entonces en el este de Ucrania donde hay una mayoría de rusohablantes que podrían contagiarse del espíritu soviético de sus vecinos crimeos?

El viceprimer ministro de Crimea ha advertido de hecho de que Rusia ocupará el este de Ucrania. Algo con lo que la investigadora del CIDOB no está de acuerdo. “Por el lado ruso tienen bastante claro que la aventura o el golpe de fuerza se tiene que llamar Crimea, no el resto de Ucrania”, apunta Carmen Claudín.

Occidente tiene que calibrar muy bien no solo qué respuesta quiere dar, sino qué respuesta se puede permitir. Moscú ha advertido de que la imposición de sanciones económicas “golpearían” a EE.UU. “como un bumerán”.

Entretanto Kiev se niega a reconocer la mutilación de su república autónoma y advierte de que defenderá su territorio por la vía militar, una amenaza que los crimeos, en plena celebración de su nuevo pasaporte ruso, parecen no temer.