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El Ecofin, optimista ante la posibilidad de pactar con el Parlamento Europeo la resolución bancaria

  • Pese a no cambiar su modelo para acercarlo a las exigencias de la Eurocámara
  • La Eurocámara rechaza, entre otras cosas, que sea un tratado ajeno a la UE
  • También que sean los Gobiernos los que marquen el proceso de resolución

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Imagen de varios miembros del Ecofin antes de su reunión de este martes
Imagen de varios miembros del Ecofin antes de su reunión de este martes.

Los Gobiernos de los Veintiocho no se mueven y mantienen el corazón de su propuesta sobre el  mecanismo común de resolución del pasado mes de diciembre, aunque muestran cierta flexibilidad ante las exigencias del Parlamento Europeo, que rechaza ese modelo y que han mostrado sus propias líneas rojas.

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y varios ministros de Economía han repetido que "la necesidad de llegar a un acuerdo" antes de las próximas elecciones europeas hará que se logre dicho pacto. Sin embargo, el margen es muy limitado, como muestra el hecho de que la presidencia griega no ha obtenido de sus compañeros de Ecofin un nuevo mandato para negociar con la Eurocámara más allá de lo pactado en diciembre.

"Grecia no tiene un nuevo mandato, pero tenemos el sentimiento de que contamos con cierto margen para explorar las posibilidades de la negociación con el Parlamento", ha reconocido en rueda de prensa este martes el ministro de Finanzas heleno, Yannis Sturnaras.

El ministro de Economía de España, Luis de Guindos, ha asegurado ante los medios de comunicación que "el acuerdo (de diciembre) no fue fácil, fue delicado, pero existe cierta flexibilidad".

Cuestionado por ese grado de flexibilidad, el titular español ha afirmado que España, entre otros países, se han manfiestado "a favor de la posibilidad de acelerar la mutualización del fondo, la posibilidad de dar a la Comisión Europea un papel más activo, de limitar lo intergubernamental a cuestiones muy concretas -como la distribución de cargas entre los distintos activos-".

Las líneas rojas de ambas partes

Los ministros de Economía de la UE alcanzaron el pasado diciembre un acuerdo sobre el  mecanismo común de resolución que se ajustó a las exigencias de  Alemania, cuya prioridad es garantizar que sus bancos no paguen los problemas de los de otros países y que los Estados mantengan el control en los procesos de quiebra.

Según lo acordado hace dos meses, el fondo de resolución contará con 55.000 millones de euros  aportados por  los bancos, que solo será común al final de un período de transición de 10 años. Durante esa fase transitoria, el fondo estaría formado por  compartimentos nacionales que se irían mutualizando progresivamente, con lo que en los primeros años, cada país deberá pagar  por sus propios bancos. Además, el fondo se crearía con un nuevo tratado,  al margen de  las instituciones de la UE, algo que ha enfadado a la  Eurocámara.

Así, el acuerdo se presenta difícil, ya que las líneas rojas de Alemania son precisamente las que no acepta el Parlamento Europeo, que es colegislador en esta materia, por lo que su visto bueno es necesario.

En un comunicado difundido este lunes, cuando el Eurogrupo ya estaba reunido, la Eurocámara ha advertido que no firmará "un sistema que podría fracasar en sus primeras pruebas". Además, considera que el modelo diseñado por los Estados "mantendrá a los contribuyentes en la primera línea para pagar por los riesgos de los bancos y desarrolla un sistema de bancos de primera y segunda clase basado en la afiliación nacional, lo que va contra la esencia del mercado único".

En esa misma nota, el Parlamento Europeo remarca que el compromiso que se adopte con los Estados debe ser "bueno", para lo cual señala sus propias líneas rojas: un proceso de toma de decisiones "creíble, eficiente y previsible" en el que "se evite la interferencia política derivada de la implicación de los Estados miembros, ya que añade complejidad, ralentiza el proceso e, inevitablemente, lleva a un juego de poderes que minará la igualdad de trato para los bancos".

Como segunda condición, exige que el fondo común de resolución sea "único y accesible desde el principio". Así, señala que las contribuciones de los bancos "no deben considerarse como propiedad de un Estado u otro", por lo que rechaza el modelo de departamento nacionales definido por los ministros.

Además, la Eurocámara recuerda que el sistema pactado entre los Gobiernos no evita utilizar el dinero de los contribuyentes antes de agotar el fondo de resolución. Por eso, pide que se establezca el denominado cortafuegos: un mecanismo que, desde el principio, permita al fondo endeudarse en los mercados  con avales de los Estados miembros. En diciembre, los Gobiernos acordaron crear una fórmula de este tipo, pero no concretaron cómo hacerlo ni cuándo.

Francia busca que Alemania sea "más flexible"

El ministro francés de Economía, Pierre Moscovici, se felicitó este lunes por la actitud "constructiva" tanto de sus colegas como de  la Eurocámara y ha dicho que es "crucial" respetar el calendario  marcado y cerrar el acuerdo final en las próximas semanas. "He tenido  la ocasión de decirle al (ministro alemán de Finanzas), Wolfgang Schäuble, que hay que ser capaces de dar prueba de flexibilidad. Ser  más flexible no es renunciar, cambio no es humillación", ha  subrayado. 

Moscovici ha explicado que hay "tres grandes temas" sobre los que  se puede avanzar para lograr un acuerdo con la Eurocámara. En primer  lugar, acelerar la mutualización del fondo, algo que ya ha propuesto  el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, que pide  acortar de 10 a 5 años el periodo de transición. "Todavía no hay  acuerdo sobre esto", ha admitido el ministro galo.

El segundo compromiso, ha proseguido Moscovici, consistiría en  permitir que el fondo de liquidación pueda endeudarse en los mercados  con avales de los Estados miembros. De esta manera, podría lograr  financiación cuando se agoten sus recursos, ya sea durante la fase de  transición o cuando ya esté totalmente mutualizado. Finalmente, el  ministro francés ha sostenido que hay voluntad de simplificar el  proceso de toma de decisiones.

"No se trata de deteriorar el acuerdo (de diciembre) o deshacerlo,  sino de mejorarlo en algunos puntos: hacer que el mecanismo esté más  mutualizado y con una puesta en marcha más rápida, con capacidad de  endeudamiento más importante y con un mecanismo de decisiones más  simple", ha resumido Moscovici.

Schäuble, que también ha hablado de que hay "margen para compromisos" con la Eurocámara para crear un mecanismo común de liquidación de bancos, advirtió de que las cuestiones fundamentales no se tocan. 

"En cuestiones individuales se puede llegar seguro a soluciones diferentes, pero en principio tenemos que quedarnos con la estructura" acordada en diciembre pasado, dijo el responsable alemán a su llegada a la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona.