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Venezuela ante el reto de controlar la inflación y superar la dependencia del petróleo

  • El chavismo quiere aumentar el peso de la agricultura y la industria en el PIB
  • La inflación supera el 20% y las cifras oficiales reducen el paro al 8%

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Venezuela, en cifras

Inflación: 20,1%

Crecimiento PIB: 5,5%

Paro: 8%

Empleo informal: 43%

Empleo público: 20,4%

Subida salarial real: 3,1%

Incremento sector petrolero: 1,4%

Incremento actividad no petrolera: 5,7%

Incremento banca: 33,3%

Incremento construcción: 20%

Evolución consumo privado: 7,3%

Evolución consumo gobierno: 6,2%

Subida de las importaciones: 21,2%

Balanza de pagos: -987 millones USD

Primer país del mundo en reservas probadas de petróleo: 300.000 barriles equivalentes

Venezuela, el país con las mayores reservas mundiales de petróleo, nada en oro negro con una fiebre inflacionista de más del 20% y una anemia crónica de su economía productiva. La entrada masiva de divisas provoca que se disparen las importaciones en la república bolivariana socialista, un desequilibrio que se acentúa por un bolívar sobrevalorado y un dólar barato. En resumen, el chavismo depende del crudo que exporta a Estados Unidos, máximo paradigma del capitalismo, para mantenerse a flote.

La economía venezolana vive en un compás de espera desde la operación de cáncer a la que se sometió el presidente Hugo Chávez el 11 de diciembre en Cuba. El vicepresidente, Ricardo Maduro, ha expresado su confianza en la recuperación del mandatario pero los retos económicos del país no pueden esperar.

En el presupuesto de 2013, el Gobierno venezolano se ha marcado como objetivos crecer un 6%, mantener el paro en el 7%-8%, y el reto más díficil: bajar la inflación hasta el 14%-15%. A más largo plazo, diversificar la economía productiva para no depender tanto de las rentas del petróleo y recuperar competitividad -Venezuela ocupa el puesto 126, de 144, según el Foro Económico Mundial-.

El PIB venezolano ha crecido un 5,5% en 2012, según la estimación inicial del Banco Central de Venezuela, pero el gasto público se ha disparado en los últimos cinco años con los programas sociales del presidente Hugo Chávez. La investigadora de FRIDE, Sussane Gratius, señala a RTVE.es que el problema es "la escasa fiabilidad de las cifras oficiales y que no hay ningún tipo de control sobre lo que gasta realmente el Gobierno venezolano".

Dependencia del petróleo

La producción de petróleo se ha elevado pero no llega a los niveles del pasado. Gratius achaca esta bajada a la mala gestión a raíz de la huelga general de 2002, que provocó que "muchos técnicos fueran reemplazados, tras la purga de la mitad de la plantilla de la petrolera estatal PDVSA". Con el chavismo se ha acentuado la dependencia del monocultivo petrolero, que "proporciona más del 90% de los ingresos en divisas del Estado venezolano" y queda al albur de las fluctuaciones del mercado internacional.

Durante el mandato de Chávez, la deuda pública de Venezuela se ha cuadruplicado desde 24.000 hasta 100.000 millones de dólares, pese a que los precios del petróleo han pasado de 10 a más de 100 dólares por barril. El profesor de Teoría Económica de la Universidad de Carabobo y asesor de empresas, Williams Vásquez, afirma a RTVE.es que esta bonanza "no ha sido aprovechada por el Gobierno" y añade que el maná petrolero "es un don de la naturaleza, no es fruto de esfuerzo del hombre, que es lo que hace rica a una nación".

El maná petrolero no ha sido aprovechado

El economista y ex ministro venezolano de industrias básicas, Víctor Álvarez, reconoce la excesiva dependencia del petróleo y plantea como reto "superar la economía rentística" de un país que tiene certificadas las reservas de crudo más grandes del mundo, 300.000 millones de barriles, es decir, petróleo para los próximos 300 años.

Álvarez minimiza el peso de la deuda pública, que cuantifica en un 26%  del PIB. En su opinión, "no llega a niveles críticos" y recuerda que el  endeudamiento de las economías de la zona euro es superior.

Venezuela también es rica en oro, diamantes, bauxita, hierro y aluminio pero estos recursos no se están explotando adecuadamente. El asesor de empresas apunta que "casi toda la actividad minera se ha eliminado. Se han retirado las concesiones a las empresas nacionales y se han concedido a empresas chinas y rusas". En el área de Las Cristinas, una reserva forestal cuyo subsuelo atesora oro y diamantes, "los mineros artesanales se han enfrentado con el gobierno porque les ha quitado la posibilidad de participar en las explotaciones", apunta.

Devaluación del bolívar

Con el petróleo y la entrada masiva de dólares, ha florecido un mercado negro de divisas en el que los venezolanos llaman al  dólar "lechuga verde" y al euro "lechuga europea" porque Chávez  considera delito mencionar este cambio paralelo. En la calle cualquiera  puede cambiar euros o dólares a una tasa mucho más favorable, que llega a  multiplicar por cinco el tipo de cambio oficial. La experta alemana no ve en el horizonte inmediato una devaluación del bolívar, cuyo cambio oficial es de 4,3 por dólar desde hace cuatro años,  porque desde el poder "no hay ninguna prisa en tomar esas decisiones que supondrían reconocer un fracaso en la política económica".

De la misma opinión es Vásquez, que cree que "el gobierno ha dejado correr la bola" y la economía "ya ha absorbido el impacto de esa futura devaluación". Explica además que buena parte de los intercambios "no se realizan en la divisa oficial que se usa para productos básicos como alimentos o medicinas".

El oficialista Álvarez admite que es necesario "un ajuste gradual casi imperceptible" y un "manejo más inteligente de la política cambiaria". Propone que el tipo de cambio refleje mejor la productividad de la economía venezolana, con un incremento de cinco en cinco céntimos hasta 4,50 bolívares por dólar, un cifra que suma "1.000 millones de dólares extra que se podrían dedicar a reparar la infraestructura vial".

La política cambiaria es el nudo gordiano de la economía venezolana

La política cambiaria es el "nudo gordiano" de la economía venezolana porque dispara las importaciones. El dólar barato provoca que un empresario que recibe incentivos fiscales y préstamos a bajo interés para producir y exportar acabe convirtiéndose en un importador, argumenta Álvarez.

El exministro también aboga por una subida de la gasolina porque "es un problema que sea tan barata y esté tan subsidiada". Un venezolano puede llenar un depósito de 60 litros de gasolina solo por un euro y diez céntimos. Álvaréz opina que los ciudadanos no notarían una subida de cinco céntimos por litro, que multiplicada por "millardos de litros de gasolina proporcionaría suficientes recursos para dotar a los hospitales o construir viviendas de interés social".

El investigador del Centro Internacional Miranda ve probable que se acometan estos cambios porque el primer año de un nuevo sexenio presidencial "es un momento propicio para impulsar este tipo de medidas". Añade que se adoptarían "en un cronograma gradual, sin traumas sociales" y ve posibles alzas en las tarifas del agua y de la electricidad, aunque descarta una subida de impuestos.

La revolución pendiente

La revolución agrícola es una promesa de Chávez que se ha quedado en el tintero. Venezuela importa el 75% de los alimentos que consume, en gran parte porque el petróleo ha desincentivado el cultivo de la tierra y las expropiaciones han mermado la producción agrícola. El profesor Vásquez añade "el exceso de controles" y los precios regulados de los alimentos que han lllevado al grupo Polar, una de las empresas del sector más importantes de Iberoamérica, a trasladar la producción a Colombia o Brasil "por miedo a una confiscación".

El bolivariano Álvarez plantea como reto económico "transformar el aparato productivo con una mayor contribución de la  agricultura y la industria en el producto interno bruto". En la  actualidad, la contribución del agro "es del 4,5% del PIB y para  garantizar la seguridad alimentaria debería elevarse hasta el 12%. En el  caso de la industria, representa el 14,4% del PIB y tendría que llegar  hasta el 20% para lograr la soberanía productiva", apunta.

Mayor contribución de la agricultura y la industria en el PIB

En lugar de lograr la soberanía alimentaria, el presidente comandante ha organizado Mercal, una red de supermercados estatales con precios subvencionados para los más pobres. Vásquez explica que a veces el chavismo "cierra estos establecimientos para que la gente vaya a los supermercados normales, sufra los efectos de la inflación y se refuercen las relaciones clientelares".

Vásquez subraya que 6.000 empresas han cerrado en el país y otras muchas  ahora están en manos del Estado, con lo que de ser "productivas y  eficientes han pasado a no ser rentables". Añade que la legislación  laboral es "suicida" porque si una empresa quiebra pasa a manos de los  trabajadores, así "muchos las sabotean para quedárselas y como no  tienen conocimientos gerenciales vuelven a ir a la quiebra". Pese a las  dificultades, en 2012 las empresas privadas mostraron una expansión del  3% mientras que la producción en las públicas cayó un 6,7%, según el  BCV.

La industria de automoción era una baza de la economía venezolana, en 2006 se exportaron 22.216 vehículos pero en 2009 ser redujeron a 14 y desde entonces no ha habido más exportaciones. Las ventas totales pasaron de 491.899 en 2007 a 120.691 en 2011. Este desplome se debe a las restricciones a la importación de componentes y los conflictos laborales que paralizan las plantas, según un informe de la embajada española en Caracas. Sin embargo, Venezuela importó de China más de 10.000 turismos de la marca Chevy en 2011.

El problema de la violencia

La inseguridad jurídica es otra de las dificultades que deben afrontar las empresas, además de un control asfixiante y la obligación de tener que entregar al Estado el 90% de las divisas que obtengan con su actividad. A la falta de un marco regulatorio claro, se suma el problema de la violencia  en las calles. "El 90% de la población está muy preocupado por la  inseguridad ciudadana" apunta Gratius. Desde 1999, se han producido 150.000 muertes  violentas en el país y Caracas es la capital más peligrosa del  continente, con una tasa de 80 homicidios por cada 100.000 habitantes.

La  violencia supone una barrera de entrada más a las inversiones. Una  empresa que quiera instalarse en la república bolivariana debe afrontar  un gran desembolso para garantizar la seguridad del personal y las  instalaciones.

El asesor de empresas detalla que en 2012 se registraron 21.000 muertes violentas en Venezuela y solo se detuvieron a 3.000 sospechosos, es decir, seis de cada siete homicidios quedaron impunes. Vásquez puntualiza que la violencia es "una gran preocupación para la clase media que aprecia mucho la vida, pero golpea más a las clases populares".

El exministro bolivariano admite que luchar contra la violencia es "un terrible reto" pero matiza que hay que analizar las causas. A su juicio, desde el plan Colombia "los paramilitares entran en territorio venezolano y realizan operaciones de sicariato", algo que se debe atajar en el seno de las "relaciones bilaterales con Colombia y los organismos de inteligencia", y otros homicidios se producen por "narcotráfico, riñas o ajustes de cuentas".

La peor herencia es el deterioro de las instituciones y la polarización

"La peor herencia de Chávez es el deterioro de las instituciones y la polarización del país", según Vásquez. Este profesor universitario denuncia que no hay control de las cuentas y que el gobierno realiza el presupuesto como si el barril de petróleo estuviera a 50 dólares para detraer los fondos que debiera transferir a los estados. Crítica la corrupción y percibe "mucho odio" contra la clase media. En un tono más jocoso, apunta que Chávez "se mete en la cama de los venezolanos" porque hay muchas parejas y familias que se han separado por ser un miembro chavista y el otro no.

Con respecto a las alianzas económicas con Cuba, China e Irán, Gratius  cree que el chavismo mantendrá la Alianza Bolivariana de Las Américas  (ALBA), con o sin Chávez, pese a ser "un proyecto en declive". Cuba  exporta a Venezuela recursos humanos -médicos y profesores-, aunque la  isla "vive en crisis permanente, en términos económicos, y siempre ha  estado subsidiada desde el exterior, primero por Rusia, luego por China y  ahora por Venezuela". La investigadora ve a China como "un socio cada  vez más importante, también para Brasil y otros países de la región" y  tilda de "anecdótica" la relación de Venezuela con Irán.