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La idea de un presupuesto de la eurozona se abre paso en plena crisis de deuda

  • Van Rompuy pedirá a los líderes explorar esta posibilidad
  • La idea tiene bastante consenso, según fuentes europeas

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El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, ha adelantado este jueves que propondrá a los socios comunitarios en la próxima cumbre del 18 y 19 de octubre la posibilidad de impulsar la creación de un presupuesto para la eurozona

"Toda unión monetaria debe tener una capacidad fiscal", ha afirmado el político belga en un debate sobre cómo equilibrar las políticas de austeridad y el crecimiento económico organizado por el grupo "Friends of Europe" en Bruselas.

"Voy a pedir a los Veintisiete el mandato para explorar dos ideas aún embrionarias que podrían impulsarse de cara a la cumbre europea de final de año", ha apuntado Van Rompuy. "Se trata por un lado de una capacidad fiscal (...) y por otro de acuerdos contractuales entre los países y Bruselas", ha apuntado.

Ambas se traducirían en la posibilidad de crear un presupuesto central para la eurozona con el objetivo de "evitar los golpes asimétricos de la crisis dentro de la eurozona". Ese presupuesto "ayudará a asumir el golpe" en los países que se llevan la peor parte gracias a "su función estabilizadora" y permitiría "la eurozona tendrá más resistencia en su conjunto". Van Rompuy ha matizado que el instrumento no significa "estabilización automática", pero sí "un colchón para estabilizar la situación".

Asimismo, ha subrayado que "no se deben mezclar los presupuestos plurianuales" que aprueba la UE cada siete años con ese futurible presupuesto para la eurozona. "Encajar esa figura en los tratados actuales no tiene por qué ser difícil, hemos sido muy creativos en el pasado en el encaje de nuevos elementos de la arquitectura europea", ha señalado.

Alto índice de consenso

Van Rompuy ya hizo circular la idea de un presupuesto de la zona euro en un documento distribuido a los Estados miembros con ideas sobre el futuro de las estructuras de la moneda común, que los jefes de Estado y de Gobierno deben discutir en profundidad en la cumbre de diciembre.

El político belga también ha defendido la "flexibilidad" de la UE y la eurozona hasta la fecha y ha apuntado que "este nuevo instrumento no tiene por qué ser un elemento divisorio entre los países con divisa única y el resto de la Unión".

Según informa la agencia Reuters, la idea tuvo buena acogida en  una cena privada celebrada la pasada semana entre los embajadores ante  la UE de varios países del norte, entre ellos Reino Unido, Dinamarca,  Holanda y Finlandia. Y Alemania y Francia también apoyan la propuesta,  lo que en términos de toma de decisiones en la UE implica que tiene serias opciones de salir adelante.

Cameron: Llegará el momento en el que se necesiten dos presupuestos europeos

El propio primer ministro británico,  David Cameron, hizo público este apoyo en una entrevista con la BBC el domingo. "Llegará el momento en el que se necesiten dos presupuestos europeos, uno para la zona euro, porque ellos se tendrán que ayudar más entre ellos, y quizás un presupuesto más amplio para todo el mundo", apuntó en la apertura del congreso del partido Conservador.

"No creo que lo vayamos a lograr ya, pero es un indicador del camino hacia el que Europa se está dirigiendo", aseguró.

Detalles espinosos

Sin embargo, aunque haya consenso en la necesidad de crear un presupuesto común para una moneda común -algo que tiene bastante sentido-, habrá que perfilar cuestiones tan espinosas como la soberanía, la disciplina presupuestaria y las metas a largo plazo.

Y es de suponer que las ideas de Alemania sobre cómo ese presupuestos financiero sería financiado, dirigido y empleado, serán probablemente diferentes a las de Portugal, Estonia, Italia y Francia una vez que los líderes y los ministros de Finanzas lleguen hasta el fondo de la cuestión. 

Berlín y París son dos de los que plantean que el presupuesto podría financiarse con un impuesto a las transacciones financieras, la conocida Tasa Tobin, que ha conseguido el apoyo de once países. Sin embargo, otros Estados, como Finlandia son tibios sobre esta iniciativa, lo que demuestra hasta que punto las negociaciones se pueden complicar.

Un proceso largo y complejo

También hay diferencias sobre por qué crear un presupuesto único. Alemania lo ve como un medio de conseguir una mayor solidaridad entre los 17 y fortalecer las reglas presupuestarias sin moverse hacia la mutualización de la deuda de la eurozona, una de sus líneas rojas.

Francia, en cambio, lo considera un instrumento para limar las diferencias en política social y empleo entre los países, argumentando que puede ser usado para ayudar a garantizar las prestaciones de desempleo en un país que sufra una mayor tasa de paro que el resto.

Algunos han sugerido que cada país podría dedicar una fracción de su PIB, en torno al 0,3 ó 0,5%, pero son tan solo sugerencias. 

Un cambio tan fundamental como la admnistración de la eurozona requeriría probablemente un cambio de tratado, un proceso largo y complejo. Incluso aunque la canciller alemana, Angela Merkel, lo apoyara, esperaría a después de las elecciones de septiembre de 2013. Y tampoco parece plausible que esa catarsis se produzca antes de los comicios parlamentarios de 2014, por lo que la mayoría de los analistas creen que habrá que esperar hasta 2015 para ver modificaciones sustanciales.