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Eurocopa 2012

La crisis del euro hace su quiniela para la Eurocopa: Francia debe ganar

  • La victoria de la selección francesa frenaría el contagio en la eurozona
  • Alemania es la favorita, según la combinación de estadísticas
  • Las empresas españolas ya han ganado con las inversiones en Polonia
  • El Gobierno polaco confía en que el evento le proyecte en el mundo
  • Para Ucrania, el campeonato se ha convertido en un lastre para su deuda
  • Especial: Eurocopa 2012    

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La crisis del euro hace su quiniela para la Eurocopa: Francia debe ganar
Moneda conmemorativa en plata emitida por los bancos centrales de los dos países anfitriones: una mitad son 10 zlotys polacos y la otra, 10 hryvnias ucranianos.

La crisis de deuda de la eurozona está presente desde hace meses en nuestras vidas: afecta al empleo y a los sueldos, a los servicios públicos y a los bancos, y ha llenado nuestras conversaciones de conceptos antes reservados a especialistas, como el de prima de riesgo o recapitalización bancaria. Pero ahora amenaza con llegar aún más lejos y contaminar también el fútbol: el triunfo de Francia en la Eurocopa sería el mejor antídoto a la crisis europea, según un grupo de economistas del banco holandés ABN AMRO.

Aunque se trata de un análisis irónico y relajado ("Soccernomics 2012), estos expertos basan sus predicciones en datos económicos reales y en la actual coyuntura de la zona euro. Parten del supuesto –confirmado en otras grandes competiciones-  de que el triunfo en un gran evento deportivo dispara la confianza de los vencedores. Un efecto que es temporal y que, en el caso de España con el último Mundial, no evitó la caída en una profunda crisis.

Según razonan los economistas holandeses, como el origen de la crisis europea está en la falta de confianza en la unión monetaria, sería bueno que ganase uno de los ocho países participantes que pertenecen al euro.

Una Francia campeona, el mejor antídoto

A su juicio, si ganase uno de los tres países que están en la UE pero han rechazado la moneda única (Inglaterra, Dinamarca y Suecia) se daría fuerza al euroescepticismo.

De los ocho miembros del euro que compiten en la Eurocopa, cinco (España, Italia, Irlanda, Portugal y Grecia) “se han visto afectados gravemente por la crisis del euro y se han puesto en marcha una amplia serie de medidas para apoyarlos”.

Aunque el triunfo de uno de ellos mejoraría mucho su autoestima, el grupo de economistas holandeses opina que la prioridad ahora es evitar el contagio a los países centrales de la eurozona y, para eso, lo mejor sería que Francia se convirtiera en campeona: el país vecino está en ‘primera línea de fuego’ del contagio y su triunfo frenaría la ‘epidemia’.

Para terminar su análisis, los economistas futboleros de ABN AMRO –que acertaron en 2010 que España ganaría el Mundial- realizan su propia predicción combinando las estadísticas de la FIFA y un ranking del estado de forma de las selecciones y apuntan su favorito: Alemania, un equipo más joven que el español, del que aseguran que “parece acercarse a su punto de saturación”.

Aún así, señalan que España está a poca distancia de los alemanes. Según el cuadro del campeonato, ambos favoritos sólo se enfrentarían en semifinales o en la final.

Un 20% más de consumiciones en los bares

Pero la selección española no atiende a esos cálculos y sus seguidores tampoco se dejan llevar por el desánimo. Por eso, los hosteleros confían en que, como ha ocurrido siempre, se llenen los bares y restaurantes los días que juegue La Roja, mientras los supermercados esperan que se vacíen sus estanterías de cervezas, refrescos y aperitivos cuando familia y grupos de amigos se reúnan para seguir los partidos del equipo de Del Bosque.

Empresas como Telepizza ya han previsto un refuerzo de sus plantillas para atender la demanda de los aficionados, y los propietarios de establecimientos hoteleros prevén un aumento entre el 15% y el 20% en las consumiciones, similar al registrado durante el Mundial de Suráfrica.

Por su parte, la Asociación de Fabricantes de Aperitivos cifra en un 10% el incremento en el consumo de sus productos en esta Eurocopa, algo inferior al que hubo durante el Mundial, cuando las ventas crecieron cerca de un 20%.

La esperanza de reeditar la victoria de hace cuatro años ha llevado a multitud de empresas a utilizar la imagen de los futbolistas y de la Selección en campañas publicitarias pergeñadas especialmente para estas tres semanas.

Las banderas incluidas en esas campañas han elevado los pedidos de los fabricantes, que calculan en que venderán cerca de 100.000 enseñas españolas, tantas como en el Mundial de Suráfrica.

Muchas de esas banderas viajarán a Polonia y Ucrania con los aficionados españoles, que han hecho aumentar en un 115% las ventas de vuelos a esos países en comparación a las que hubo el año pasado por la misma época, según eDreams.

La mayor parte de esas reservas se ha realizado para ir a Polonia, donde se juegan las primeras fases. Para los cuartos y la final, que tendrán lugar en Ucrania, sólo ha habido un crecimiento del 30%, una muestra de la prudencia de los españoles ante la posibilidad de que la Selección no pase.

Estadios 'Made in Spain'

Otras beneficiadas por la Eurocopa han sido las empresas constructoras españolas, que han aprovechado la necesidad de infraestructuras de los dos países anfitriones.

Con una inversión total de 500 millones de euros, Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) ha levantado cuatro estadios en Varsovia, Poznan, Cracovia y Gdansk, en el que jugará España la primera fase.

Ferrovial ha realizado proyectos relacionados con la Eurocopa por valor de 1.000 millones de euros, entre ellos, la ampliación del aeropuerto de Gdansk, la modernización de varias estaciones de tren y varios tramos de las nuevas autopistas.

Aunque en menor medida, OHL y ACS también han participado en la mejora de las infraestructuras polacas.

Precisamente las infraestructuras será uno de los claros beneficios que obtengan Polonia y Ucrania de este campeonato.

Polonia quiere repetir el "efecto Barcelona"

Polonia sueña con repetir lo que ya se conoce como “efecto Barcelona”, que es sacar partido a largo plazo de la organización de un evento deportivo con repercusión internacional, algo que consiguió la Ciudad Condal con las Olimpiadas de 1992.

Para eso han invertido 23.000 millones de euros en infraestructuras, el 90% de los cuales han sido públicos y la mitad de ellos han llegado de los fondos europeos.

Aunque la Eurocopa ha sido la excusa, sólo un 4% de la inversión se ha destinado a instalaciones deportivas. El resto se ha enfocado a modernizar el país y a acelerar proyectos que ya estaban previstos.

Y todo esto con un objetivo, en palabras del primer ministro del país, Donald Tusk: “la inversión en la marca Polonia para generar reputación entre los centenares de millones de espectadores y entre los centenares de miles de personas que van a venir aquí”.

Se estima que casi un millón de aficionados viajarán a Polonia para seguir la Eurocopa. Aparte de los 193 millones de euros que se calcula gasten en el país, el Gobierno polaco quiere que estos visitantes sean la avanzadilla de la oleada de turistas que empezará a raíz del campeonato de fútbol. Los expertos creen que, gracias a la publicidad conseguida a través de la Eurocopa, el número de turistas aumentará en medio millón anual de aquí a 2020.

Todo esto también se ha cuantificado en crecimiento económico y, según la consultora Deloitte, con las mejoras en el país, la actividad económica podría crecer un 2% adicional. Sin embargo, la actual crisis de la UE –de la que Polonia ha conseguido escapar por el momento- puede anular el efecto Eurocopa.

Una pesadilla para Ucrania

Las previsiones para Ucrania eran más modestas y, en las últimas semanas, se han complicado enormemente debido al caso Timoshenko y al consiguiente boicot de la UE.

El Gobierno de Kiev ha aumentado su ya enorme deuda pública con la inversión de más de 14.000 millones de euros para prepararse para esta Eurocopa. Ahora, esa panacea se ha convertido en una pesadilla que amenaza con repetir lo sucedido en Grecia con los Juegos Olímpicos de 2004, cuando el país perdió 4.000 millones de euros.

“Ucrania no va a recibir ningún ingreso financiero o impacto económico significativo”, opina Andriy Kolpakov, analista del grupo Da Vinci AG, “y cualquier posible mejora de su imagen ha desaparecido debido a la política interna y la reacción de la Unión Europea”. Esta consultora estima que las pérdidas pueden oscilar entre los 6.000 y los 8.000 millones.

El alto grado de corrupción del país asusta a los inversores extranjeros y los elevados precios de los hoteles ha llevado a muchos aficionados al fútbol a recortar su estancia en Ucrania e, incluso, a no ir al país.