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Gobierno y oposición reviven nueve años después las "deslealtades a España"

  • El viaje de Zapatero a Rabat en 2001 levantó ampollas en el Gobierno del PP
  • La visita de Aznar a Melilla ha desatado las críticas de Blanco y Jiménez
  • Un repaso a la hemeroteca permite comprobar la similitud de las reacciones

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Rodríguez Zapatero y Mohammed VI, en su encuentro de 2001.
Rodríguez Zapatero y Mohammed VI, en su encuentro de 2001.

Como dos gotas de agua. Así se pueden describir las reacciones de Gobierno y oposición en la crisis con Marruecos de 2001 y los problemas actuales en la frontera de Melilla. La única diferencia es que los papeles están cambiados.

Mientras en 2001 era el PP quien acusaba de "deselal" a Rodríguez Zapatero, cuando éste decidió viajar a Rabat para tomar partido en la solución a las desaveniencias, esta vez ha sido Blanco quien ha criticado al ex presidente Aznar por visitar Melilla.

El ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha dicho que la visita del ex presidente José María Aznar a Melilla "no ayuda a solucionar el conflicto y él lo sabe". Blanco califica la actitud de Aznar como una "muestra de deslealtad" hacia España y a su Gobierno por producirse en medio de la escalada de tensión con Marruecos por los incidentes en la frontera. A pesar de la visita, el ministro se muestra confiado y afirma que "el conflicto se va a arreglar de forma inmediata".

La crisis de principio de década se desató cuando en octubre de 2001, el rey alauí Mohamed VI llamó a consultas a su emabajador en Madrid, Abdesalam Baraka. Una decisión que 'pilló' por sorpresa al Ejecutivo de Aznar y que se alargó hasta el 30 de enero de 2003.

Rodríguez Zapatero se dio sólo un plazo de tregua de dos meses para coger un avión y viajar del 19 al 21 de diciembre de 2001 a la capital marroquí para intentar rebajar la tensión. Un gesto que fue acogido por los miembros del gobierno 'popular' como "insólito", según las palabras del propio Aznar.

El minsitro de Asuntos Exteriores de entonces, Josep Piqué, sostuvo entonces que el líder socialista viajaba "bajo su responsabilidad exclusiva y, desde luego, sin ningún tipo de mandato ni de mensaje del Gobierno".

Además, Piqué no entedió la razón por la que Zapatero, que en un principio decidió aplazar su viaje a Rabat tras la llamada a consultas del embajador, diese marcha atrás en su decisión y continuase con sus planes.

De "defender intereses" a "interferir"

Trinidad Jiménez, actual ministra de Sanidad y aspirante a ser  candidata socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, ha  valorado hoy y valoró entonces las visitas de sendos líderes políticos.

Mientras  en 2001, Jiménez, entonces responsable de Relaciones Internacionales de  los socialistas, resaltaba el interés de Zapatero de "defender los  intereses de España", su visión es 9 años después diametralmente opuesta.

Ahora, cree que  cualquier  interferencia puede interponerse en la solución del  conflicto si se trata de valorar la 'colaboración' que un líder del  partido de la oposición puede prestar en una escalada de tensión con  Marruecos.

Hernando es, casualmente, el apellido que comparten el portavoz 'popular' que entonces se opuso a la visitta del líder socialista y el portavoz del PSOE que ha arremetido esta misma mañana en una entrevista en RNE contra el ex presidente Aznar.

¿Un problema de comunicación?

Uno, Rafael, sostuvo entoces que el "afán de divismo de Rodríguez Zapatero no beneficia en nada a nuestro país". Otro, Antonio, actual secretario de Ciudades y Política Municipal del PSOE, no ha tardado en calificar de "enorme irresponsabilidad" la visita de Aznar que intenta "echar una mano al cuello de no se sabe quién".

Quizás lo que diferencie a una visita de otra, a parte de que Zapatero cruzó la frontera y de que no era ex presidente del Gobierno, sino líder de la oposición, es la comunicación.

Mientras la visita de Zapatero fue dada a conocer oficialmente por Jiménez al entonces responsable de Exteriores, Josep Piqué; José María Aznar parece haber informado únicamente al líder de su partido, Mariano Rajoy, quien estaba de acuerdo pero al que no ha pedido permiso Aznar, según ha desvelado la secretaria general María Dolores de Cospedal.