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Los funcionarios dan la espalda a los sindicatos: "Huelgas simbólicas a costa de mi bolsillo, no"

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Muchos de los juzgados de Plaza Castilla, en Madrid, funcionaban con normalidad esta mañana.
Muchos de los juzgados de Plaza Castilla, en Madrid, funcionaban con normalidad esta mañana.

Si los sindicatos CC.OO., UGT y CSI-CSIF pretendían con la huelga de funcionarios tomar la temperatura de la calle para un futuro paro general en el país en contra de las medidas anticrisis del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se han encontrado con un paciente frío y apenas sin pulso.

Al margen de la guerra de cifras habituales en estas ocasiones (los convocantes cifraban el seguimiento al mediodía en el 75% y el Gobierno lo rebaja a apenas el 11% en la Administración central), la percepción es que gran parte de los empleados públicos ha acudido a sus trabajos este martes a pesar de no ser servicios mínimos, según ha podido comprobar rtve.es

La razón principal es económica. La decisión del Gobierno de rebajar sus salarios un 5% de media ya está tomada y no se pueden permitir perder un día más de salario por hacer la huelga cuando ni siquiera saben cómo les quedará el sueldo este mes de junio, cuando se aplique por primera vez la rebaja.

"Huelgas simbólicas a costa de mi bolsillo, no", responde tajante a rtve.es uno de los jefes de servicio de las oficinas centrales de la Agencia Tributaria, en Madrid, que prefiere permanecer en el anonimato. Este técnico de Hacienda asegura que cuando uno puede conseguir algo haciendo una huelga, "se rasca el bolsillo", pero así no.

Este funcionario de la Administración general del Estado estima que en su centro de trabajo habrán acudido a trabajar el 90% de las personas. El aparcamiento estaba tan lleno como otros días. Y da una razón más: "Los sindicatos que tenemos son amarillos. CC.OO. se dedica a defender más a la dirección que a los trabajadores a cambio de recibir prebendas".

En Hacienda, explica, los técnicos tienen su guerra particular por las diferencias salariales con los inspectores que ganan 120.000 euros al año frente a los 30.000 o 40.000 que reciben ellos, según asegura. Una guerra en la que no se sienten respaldados por los sindicatos mayoritarios, que han convocado este martes la huelga general.

Perder un día de sueldo cuando se es mileurista

En los Juzgados de Instrucción de Plaza Castilla, en Madrid, la situación es similar. A media mañana, la responsable de Justicia de CC.OO. en Madrid, Felicidad López, cifraba el seguimiento, a falta de cerrar algunos partidos judiciales, en un 74,85%.

El seguimiento ha sido minoritario en el Supremo, la Audiencia Nacional y el Consejo del Poder Judicial. Sin embargo, la mayor parte de estos funcionarios se concentran en los juzgados y audiencias provinciales donde ha habido normalidad aunque algunos ciudadanos no han podido hacer sus gestiones.

Un "éxito" en su opinión "teniendo en cuenta las circunstancias y el convencimiento por parte de los medios de comunicación de que esta huelga es una huelga testimonial". López asegura que el paro ha sido secundado "de forma importante".

Sin embargo, la percepción entre los trabajadores es otra. Inmaculada, una de las funcionarias de los Juzgados, cree que el seguimiento "es menor" de lo que dicen los sindicatos. Ella no era servicio mínimo y ha acudido a trabajar porque cree que "hay que apoyar y las cosas están mal".

La juez Carmen Valcárce, delegada del Decano en Plaza Castilla, corrobora que esta huelga ha tenido mucho menos seguimiento que las últimas que se hicieron en Madrid para conseguir un aumento de salario.

"Aquí no hay sueldos de ricos y no han hecho huelga por un tema económico", comenta Valcárce a un grupo de periodistas a quien aclara que los jueces no están llamados a la huelga.

La gente no sabe cómo les va a quedar la nómina este mes y, si hacen huelga y pierden un día de salario, "se arriesgan a no tener ni para los gastos fijos, les ha dado miedo. Muchos no llegan a fin de mes".

María José trabaja en los Juzgados de Primera Instancia de Madrid. "Aquí no ha hecho nadie huelga", explica a rtve.es. "A los sindicatos no les descuentan el día pero a nosotros sí y no hay solución y hacer huelga es ponernos encontra de la opinión pública". La medida de recortar los sueldos es "injusta" pero la huelga no es la salida.

Un Zapatero "atracador"

Frente a los juzgados medio centenar de personas del Sindicatos de Trabajadores de la Administración de Justicia (STAJ) pitan y corean canciones contra el Gobierno: "Para el despilfarro, nos roban el salario".

Llevan carteles encima con la imagen del presidente del Gobierno vestido de presidiario y apuntando con una pistola: "Los dedos fuera del teclado. Esto es el atraco, me llevo el 5%".

En otras pancartas, se puede ver una versión de Avatar con un Zapatero transformado en uno de los gigantes azules de la película de James Cameron. Próximo estreno: AVARATAR nóminas de junio y empleados públicos y pensionistas.

Normalidad en el colegio

A primera hora de la mañana, los padres y madres llevan a sus hijos al colegio público Ortega y Gasset, en la zona norte de Madrid, como todos los días. Carlos y Luli explican que no les han comentado nada sobre si la huelga iba a afectar las clases.

Casi todos los padres han llevado a sus hijos al cole esta mañana sin saber si habría clases. La única certeza que tenían es que los centros iban a abrir.

Una de las conserjes del colegio reconoce que está allí porque es servicio mínimo pero que si no habría hecho huelga. No lleva puesto el uniforme para protestar contra unas medidas que le parecen "muy mal, faltal. Siempre recurren a los mismos".

La jefa de Estudios, Elena Cuevas, aseguraba a rtve.es a primera hora de la mañana que no había nadie de huelga entre los profesores, como esperaba: "Los trabajadores no están obligados a decir si van a hacer no no huelga pero en el café de otros días ya se veía que el paro no iba a tener seguimiento".

Rosa es cartera de Correos y tampoco ha hecho huelga. La encontramos repartiendo por la calle Bravo Murillo de Madrid. Asegura que en su oficina de los 40 que son, más o menos, habrán hecho huelga dos o tres.

No era servicio mínimo pero ha ido a trabajar porque cree que tienen que "poner su granito de arena" aunque añade con ironía que tendrán que trabajar un 5% menos.

Cerca, la Biblioteca Municipal de Tetuán funciona con normalidad aunque, según Pilar, una de sus trabajadoras, la mitad de la plantilla no ha ido a trabajar por la huelga.

"Todo el mundo trabajando" en el centro de salud

Ana trabaja como administrativo en el Centro de Especialidades de José Marvá, en Madrid, y explica a rtve.es por qué ella no ha hecho huelga: "No hay una base de huelga convincente. Si los sindicatos propusieran denunciar al Gobierno por la anticonstitucionalidad de la decisión para luego cobrar lo que nos quiten pues iríamos todos, pero así no..."

"¿Vamos a perder un día de trabajo, para qué?, concluye. Uno de los responsables de este centro de salud asegura que "todo el mundo está trabajando".

Medio millón de trabajadores están convocados secundar el paro, aunque ni los sindicatos médicos ni los de enfermería apoyan la protesta.

Ismael, que trabaja en el Ministerio de Fomento, también se muestra muy crítico con los sindicatos. En su departamento ha ido todo el mundo a trabajar: "No estamos de acuerdo con como han convocado los sindicatos la huelga. Era necesaria pero no como la han hecho".

Este funcionario asegura que los sindicatos han tomado la decisión desde las direcciones, sin contar con las bases: "No están siendo nada democráticos".

Los sindicatos reconocen que "hacer huelga es un lujo"

Un poco más allá del Ministerio de Fomento, junto al Ministerio de Trabajo, un grupo de funcionarios, entre ellos delegados sindicales, comentan cómo está yendo el día. Se han quedado allí para "pequeño retén para informar" a los compañeros mientras el resto se ha ido a manifestarse frente al Ministerio de Economía.

Amor explica por qué hay funcionarios que no están haciendo el paro general. "Están a favor, pero económicamente no pueden permitirse ese lujo, bastante apretados estamos". No es que no esté en el ánimo protestar, pero la huelga no la pueden hacer todos. A muchos no les salen las cuentas.