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La subida de la deuda y los avisos de quiebra en Hungría llevan al Ibex a su mínimo en un año

  • El selectivo Ibex-35 pierde el soporte de los 9.000 puntos
  • Caen todas las bolsas europeas y el Dow Jones neoyorquino retrocede un 3,3%
  • La deuda española ahonda la brecha con el bono alemán hasta 189 puntos
  • El euro baja del cambio de 1,20 dólares, su nivel más bajo en 4 años
  • El FMI analiza las cuentas públicas de Hungría tras su anuncio alarmista

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Viernes negro en las bolsas

El principal indicador de la Bolsa española, el Ibex-35, ha caído un 3,8%, con lo que queda por debajo del soporte de los 9.000 puntos (8.923,4), una cota que no perdía desde el 15 de mayo de 2009. Las pérdidas, de nuevo han golpeado más a los: el BBVA, que se ha dejado un 6,84%, y el Santander, que ha cedido un 5,78%, dentro de un selectivo madrileño que ha terminado totalmente teñido de rojo.

El parqué ha reaccionado así al mal comportamiento de la deuda española que este viernes ha marcado un nuevo máximo en su diferencial con el bono alemán y también, a los avisos del Gobierno de Hungría de que el Estado podría estar cerca de la quiebra.

Poco antes de las tres de la tarde, el Ejecutivo húngaro volvió a insistir en sus declaraciones del jueves sobre una posible quiebra del Estado. En ese momento, todos los índices europeos han registrado una rápida caída que ha lastrado ya el resultado final de la jornada y de la semana.

Un equipo de expertos del FMI analiza en Budapest las cuentas públicas del país después de que el nuevo Gobierno revelara que el déficit puede ser mucho mayor que lo pensado, lo que ha causado gran nerviosismo en las bolsas.

Christoph Rosenberg, el encargado de ese país en el Fondo Monetario Internacional (FMI), pasará "algunos días" en la capital húngara con el objetivo de examinar junto al nuevo Gobierno "los acontecimientos económicos recientes y las perspectivas" de crecimiento, según dijo a Efe Simonetta Nardin, una portavoz del organismo. La visita estaba marcada desde antes de que la nueva administración hiciera sus declaraciones sobre el erario público.

El organismo aclaró que la visita de sus expertos a Budapest no es una revisión formal de la economía del país, como las que lleva a cabo antes de aprobar una nueva partida de préstamos, sino que su objetivo es entablar una conversación "informal" con el nuevo Gobierno.

Hungría no es Grecia

Sin embargo, los analistas se muestran desconcertados por el comportamiento del Ejecutivo húngaro, ya que las cifras del país no se corresponden con ese alarmismo.

Actualmente, la deuda de Hungría se sitúa en el 78% del PIB, muy poco por encima de la media de la Unión Europea (UE), que está en el 74% y el déficit público debería situarse en el 3,8% al final de este año, después de las duras medidas de ajuste impuestas por el Fondo Monetario Internacional.

El país está bajo supervisión del FMI desde el otoño de 2008, cuando ese organismo, junto a la UE y el Banco Central Europeo le concedieron una ayuda de 20.000 millones de euros.

Así, Lee Hardman, economista del Banco de Tokyo Mitsubishi UFJ en Londres, considera que la situación de Hungría "no es directamente comparable" a la de Grecia.

Otro analista, Ulrich Leuchtmann, del Commerzbank, señala que las declaraciones del Gobierno forman parte de una estrategia política, ya que asegura que para ganar las elecciones, Viktor Orban prometió importantes bajadas de impuestos, algo difícil de cumplir si se tiene en cuenta el déficit público. Por eso, hacía falta enturbiar la gestión del gobierno anterior para justificar "que no hay ninguna alternativa a la consolidación presupuestaria", y así poder incumplir sin costes políticos las promesas electorales, opina Leuchtmann.

"El nuevo Gobierno húngaro necesita pensar un poco más claramente sobre la comunicación con los mercados", ha dicho Tim Ash, jefe investigación de mercados emergentes del Royal Bank of Scotland. "Simplemente, no se puede hablar de esa forma con el estado actual de los mercados", ha advertido Ash.

Caídas en toda Europa y en Wall Street

En los números rojos también ha influido la apertura en negativo de Wall Street, debido a que los datos de empleo que se han conocido este viernes han sido peores de lo esperado por los inversores. En mayo, se crearon 431.000 nuevos empleos en Estados Unidos, lo que permitió reducir la tasa de paro al 9,7%, pero el 95% de esos contratos fueron temporales, lo que se interpreta como una ralentización en el ritmo de recuperación en el mercado de trabajo.

Al cierre, se ha confirmado la tendencia bajista que había mantenido toda la jornada y el principal índice neoyorquino ha caído un 3,13%.

En Europa, la apertura en rojo de la Bolsa de Nueva York ha tenido su reflejo también en el mercado de divisas, donde el euro ha perdido los 1,20 dólares en su cotización en el mercado continuo de Londres frente a la moneda estadounidense, con lo que toca su nivel más bajo desde marzo de 2006. El Banco Central Europeo (BCE) ha fijado el cambio oficial del euro en 1,2060 dólares.

Aunque el de Madrid ha sido el índice con mayores descensos de toda Europa, los recortes han alcanzado también al resto de bolsas europeas. El Cac 40 de París ha perdido un 2,86%, el Dax de Fráncfort se ha dejado un 1,91%, y el FT 100 de Londres ha retrocedido un 1,63%. En Milán, el FTSE Mib ha caído un 3,79% y en Lisboa, el PSI 20 ha bajado un 2,20%.

El nerviosismo y falta de confianza ha llevado a los bancos comerciales de la Eurozona a depositar esta semana cantidades récord en el Banco Central Europeo (BCE), ya que la crisis de endeudamiento de los Dieciséis les ha llevado a no prestarse dinero entre ellos.

Los bancos depositaron en el BCE el pasado miércoles 320.400 millones de euros al 0,25% de interés, una cifra récord desde la introducción del euro en 1999. El jueves, esta cantidad había caído a 299.471 millones de euros, según cifras de la entidad monetaria europea.