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España estudia con la UE denunciar el cambio de condiciones del concurso de los aviones cisterna

  • La pérdida del contrato supone una merma de 2.500 millones para España
  • EADS denuncia que los cambios favorecen a la estadounidense Boeing

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El Gobierno estudia interponer una denuncia a través de la Unión Europea ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por el cambio de las condiciones en el concurso público para hacerse con el programa de modernización de la flota de aviones cisternas del Departamento de Defensa de EEUU por valor de 25.000 millones de euros.

Así lo dijo la secretaria de Estado de Comercio, Silvia Iranzo, durante su participación en el foro de debate "El Ágora de elEconomista", donde aseguró que "todavía no hay definida una postura comunitaria al respecto, pero se están moviendo muchas cosas".

La retirada del consorcio EADS de esta puja perjudica a España, ya que el contrato aportaría cerca de 2.500 millones de euros a la industria española, al tiempo que deja libre el camino al fabricante estadounidense Boeing, que quedaría como único candidato para adjudicarse el concurso.

Iranzo recordó que España no puede presentar directamente una denuncia ante la OMC, "porque no habla con su propia voz" ante este organismo, "sino a través de la UE y su política comercial común", aunque añadió que "estamos valorando esta situación".

Los cambios favorecen a Boeing

El presidente de EADS, Louis Gallois, anunció ayer, durante la presentación de los resultados económicos de 2009, que los términos de la licitación del contrato, valorado en 25.000 millones de euros, "favorecen claramente a los aviones cisterna de reabastecimiento más pequeños de Boeing, sin tener en cuenta la capacidad de otros aviones más grandes".

Por su parte, el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht,  lamenta esta decisión y ha mostrado su temor a que los nuevos términos de  la oferta hayan "apartado" del concurso a la firma gala, y ha advertido de que "seguirá muy de cerca" las evoluciones del caso.

En febrero de 2008, Northrop Grumman/EADS logró el contrato para fabricar 179 aviones cisternas para la Fuerza Aérea de EEUU por un importe global cercano a los 40.000 millones de dólares en un concurso público, algo que el Ejecutivo comunitario calificó como un "signo positivo" sobre una competencia transatlántica "más libre y abierta".

Sin embargo, en septiembre de ese año, el Pentágono reabrió la puja por los 'tanqueros', ante las protestas de Boeing, principal fabricante de aviones norteamericano. Esta nueva apertura incluyó nuevas normas que fueron avaladas por la Oficina de Contabilidad de Washington y que beneficiaban la oferta del fabricante estadounidense.