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El Estado cierra marzo con un déficit de 7.586 millones de euros, el 0,7% del PIB

  • En términos de caja el déficit es aún mayor de 11.345 millones
  • Ocaña lo justifica por el aumento de los gastos por las medidas del Gobierno
  • La recaudación ha caído un 11,9% por el deterioro de la economía

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La crisis económica ha hecho que el Estado incurriera en marzo en déficit, que en términos de contabilidad nacional fue de 7.586 millones de euros, el 0,69% del PIB, lo que contrasta con el superávit de 3.387 millones conseguido en los tres primeros meses de 2008.

En términos de caja -que computa los ingresos y los pagos cuando se efectúan, y no cuando se comprometen, el Estado tuvo entre enero y marzo un déficit del 11.345 millones de euros, frente al superávit de 1.272 millones conseguido en el mismo periodo de 2008.

   

El secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, ha indicado que el déficit debe analizarse teniendo en cuenta el aumento del gasto que han provocado las diferentes medidas que el Gobierno ha tomado para aumentar la liquidez de las empresas y las familias.

Así, insistió en que se están destinando muchos recursos a medidas "paliativas", que ayuden a afrontar el momento "más álgido" de la crisis, entre las que citó el Fondo de Inversión Local, y que deberán desaparecer cuando se inicie la recuperación.

   

No obstante reconoció que también ha influido en este saldo negativo la menor recaudación, que cayó 18,1%, debido al deterioro de la economía.

Ocaña ha admitido que el Gobierno tendrá que revisar no sólo sus previsiones de evolución del PIB, sino también las de déficit, a la vista de la evolución económica, y se hará cuando el Ejecutivo apruebe el techo de gasto para el año que viene, una cifra que, aseguró, aún está sin cerrar.

En cualquier caso, Ocaña consideró "razonable" que España se vea obligada a reconducir el déficit del conjunto de sus cuentas públicas de aquí a 2012, como así lo ha ordenado la Unión Europea.

Ocaña: "Habrá que hacer esfuerzos importantes"

Los Veintisiete aprobaron ayer formalmente la apertura a España de un procedimiento sancionador por su déficit excesivo y dieron al Gobierno hasta 2012 para reducirlo por debajo del 3 por ciento del PIB.

Ocaña ha señalado a este respecto que el Gobierno está obligado, tanto de forma interna como con la UE, a reequilibrar sus cuentas, y aunque ha subrayado que en una situación como la actual es "normal" recurrir al déficit, éste ha de ser "excepcional" y no estructural.

Para conseguir cumplir en tres años el mandato de reconducir el déficit, Ocaña reconoció que habrá que hacer "esfuerzos importantes en la contención del gasto", mientras se espera que los ingresos vayan recuperándose a medida de que la economía va saliendo de la crisis. El secretario de Estado de Hacienda ha insisitdo en que el hecho de que el Estado haya incurrido tan pronto en déficit, ya en el primer trimestre, tiene que entenderse en un contexto de aumento de gasto público por la crisis.

Los ingresos del IRPF caen un 9,7%

No obstante, ha admitido que la caída de la recaudación de impuestos refleja por una parte la debilidad del mercado laboral y por otra la atonía del consumo. Los ingresos obtenidos a través del IRPF disminuyeron el 9,7% afectados, según Ocaña, por la pérdida de empleo y por la moderación salarial, aunque también y por el impacto "muy significativo" de la deducción de 400 euros aprobada el año pasado.

También disminuyó la recaudación del Impuesto sobre Sociedades, un 32,3 por ciento, aunque este dato no se considera significativo hasta que no se produzca en abril el primer pago fraccionado de este tributo que pagan las empresas.

La recaudación por IVA registró un descenso del 26,2%, una bajada que, por un lado, refleja el uso de las devoluciones mensuales por este tributo -que están suponiendo 600 millones de euros al mes-, aunque también denota la "reducción generalizada" del gasto sujeto a este tributo.

Mientras, la recaudación de los impuestos especiales disminuyó el 5,4% empujada sobre todo por la disminución en los ingresos del tributo sobre hidrocarburos, que fue del 7,9%, debido al menor consumo de carburantes, mientras que la obtenida por el impuesto de labores del tabaco bajó el 3,9%.