Declan Rice, el 'gunner', y Mikel Merino trituran al Real Madrid complicando su futuro en Champions
- El centrocampista inglés del Arsenal abrió la goleada (3-0) con dos zapatazos de libre directo
- El conjunto blanco se vio superado y pudo encajar más de no ser por un inspirado Courtois
Ficha técnica:
3 - Arsenal: Raya; Timber (White, m.91), Kiwior, Saliba, Lewis-Skelly; Partey, Rice (Tierney, m.80), Odegaard; Martinelli, Saka (Trossard, m.74) y Merino.
0 - Real Madrid: Courtois; Valverde, Asencio, Rüdiger, Alaba (García, m.79; Modric (Lucas, m.71), Camavinga, Bellingham; Rodrygo (Brahim, m.85), Vinícius y Mbappé.
Goles: 1-0, m.58: Rice. 2-0, m.70: Rice. 3-0, m.75: Merino.
Árbitro: Irfan Peljto (Bosnia). Amonestó a Partey (m.54) por parte del Arsenal y expulsó por doble amarilla a Camavinga (m.70 y 94) por parte del Real Madrid.
Incidencias: Partido de Liga de Campeones disputado en el Emirates Stadium ante unos 60.000 espectadores.
El Arsenal ha puesto muy de cara su eliminatoria de cuartos de final de la Champions League ante el Real Madrid, con una goleada en el Emirates Stadium. El conjunto londinense ha vencido por un claro 3-0 este martes en el partido de ida y deja muy complicada la vuelta al vigente campeón la semana que viene en el Santiago Bernabéu.
Les llama 'gunners' y uno de ellos, Declan Rice, hizo honor a ese nombre con dos zapatazos de falta directa ante los que nada pudo hacer el recuperado Thibaut Courtois. El portero belga evitó una goleada mayor, pero tampoco pudo hacer nada ante el gran gol de Mikel Merino, el improvisado 'nueve' del entrenador español Mikel Arteta.
Todos los goles llegaron en la segunda parte. La primera se podría resumir en una frase: sobrevivió el Madrid. El conjunto de Carlo Ancelotti tuvo una buena ocasión en las botas de Kylian Mbappé, gracias a un gran centro de Jude Bellingham. Y poco más. Probó el técnico madridista con Valverde y Alaba de laterales. No se les puede reprochar mucho, sobre todo al uruguayo, pero el experimento no resultó.
Sufrió mucho el austriaco por la banda izquierda, derecha del Arsenal, de donde vino casi todo el peligro del Arsenal en las botas de Bukayo Saka. Tampoco desmereció el joven Lewis-Skelly por la otra banda, pero Valverde supo contenerle mejor. El problema es que el Madrid echó de menos la profundidad del charrúa.
Y es que el Arsenal demostró ser un señor equipo y dejó en evidencia lo lejos que está el Madrid de la versión necesaria para aspirar a revalidar el título. Por eso, el 0-0 al descanso era la buena noticia.
Los cañonazos de Rice
Declan Rice patea la falta que supuso el primer gol del Arsenal contra el Real Madrid en el Emirates Stadium EFE
Antes de la hora de partido Alaba cometió una falta sobre Saka. Rice, que antes del descanso puso a prueba los reflejos de Courtois con un cabezazo, se inventó una rosca potentísima a la que el meta belga no pudo llegar (minuto 58). Sufría mucho el Madrid y entre su portero y Alaba salvaron una triple ocasión de los locales con sendos remates casi a bocajarro.
Se defendía el cuadro español como gato panza arriba, pero nada pudo hacer ante el segundo misil 'gunner' de Rice de libre directo (minuto 70). El segundo gol dejó 'KO' al Madrid, que perseguía sombras y estas se le escapaban. Rice de nuevo, esta vez iniciando la jugada, y Lewis-Skelly encontró la llegada del español Mikel Merino para hacer el segundo de un disparo ajustado al palo (minuto 75).
El centrocampista navarro es el gran descubrimiento de Arteta, que uno por uno ha visto cómo se le iban lesionando sus delanteros centro natos como el alemán Havertz o el brasileño Gabriel. Merino de 'nueve' y Rice de lanzador de faltas; un dato: según publica el periodista español Pedro Martín, el centrocampista internacional inglés nunca había marcado antes de falta directa.
Ni con los cambios dio Ancelotti con la tecla. Corrigió los laterales, dando entrada a Lucas Vázquez por Modric para adelantar por fin a Valverde. Y dando banquillo a Alaba directamente por Fran García. Demasiado tarde. Al menos vio con alivio el cambio de Rice, cojeando levemente. Pero el resultado deja muy complicado, casi imposible, lograr una penúltima gesta en el Bernabéu en forma de remontada.
La frustración del Madrid la ejemplificó Camavinga, expulsado por alejar la pelota en un gesto de impotencia en el tiempo añadido. Pues eso, impotencia.