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Champions League | Semifinales

Segunda cura de humildad para Barça y Madrid

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Los españoles en Champions, mejor en ganancias que en resultados

Un año más, FC Barcelona y Real Madrid se quedan a las puertas de una final española en la Champions League. Bayern de Múnich y Borussia Dortmund se encargaron de frenar su camino. En la primeravera de 2012 los bávaros eliminaron al Madrid, en lugar de al Barça, que cayó a su vez frente al Chelsea.

La temporada pasada fueron los ingleses los campeones contra todo pronóstico, pero este año la Copa de Europa va seguro a Alemania. Final de 2012 en Múnich, campeón de Londres. Final de 2013 en Londres y campeón alemán. Ironías del destino.

¿Y los españoles? Desde que llegara Mourinho al Madrid para encabezar un proyecto que discutiera la hegemonía del Barça, en España nos hemos cansado de decir que los dos eternos rivales eran los dos mejores equipos del mundo.

Puede que hayamos visto ya la soñada final española, pero a doble vuelta. Ocurrió en 2011 en semifinales, acabó pasando el Barça y levantando su cuarta Copa de Europa. El Madrid lo ha intentado tres años seguidos, muriendo en semifinales las tres veces.

Ahora Mourinho se va -con un 99,99% de probabilidad- y la incógnita por el futuro del conjunto blanco no supone un consuelo para los azulgrana. Tanto mirar al ombligo del autoproclamado mejor fútbol del mundo ha hecho perder la perspectiva de otras alternativas que han ganado en solidez.

Lo del Bayern no es nuevo. El club más laureado de Alemania va a disputar su tercera final en cuatro años con la esperanza de no dejar escapar la 'Orejuda' en esta ocasión. Inter de Milán y Chelsea frenaron a los bávaros en 2010 y 2012.

Ahora les esperan sus compatriotas del Borussia de Dortmund. Ambos han madurado un estilo estos años que les ha llevado a alternarse en la lucha por las competiciones domésticas y, por fin, a aspirar a lo máximo en Europa.

En lo institucional, Bayern y Borussia representan un mundo futbolístico de clubes saneados, presupuestos austeros, fichajes más técnicos que mediáticos y confianza en el producto nacional. Inconfundible sello alemán en estos tiempos de crisis.

Sin embargo, no es solo el reflejo de una buena gestión. Además, ambos equipos han convencido con un estilo de juego que ha sabido aglutinar el fútbol ofensivo, directo, con la solidaridad en defensa. Entienden una buena defensa con la presión asfixiante; cuanto más arriba, mejor.

Todos esos ingredientes necesitan del esfuerzo para funcionar. Tanto bávaros como 'borussers' han dejado en evidencia la lentitud de reflejos de los equipos españoles. El Madrid ha adolecido de la dependencia de dos pilares fundamentales como son Xabi Alonso y Cristiano Ronaldo, de su estado físico.

En el caso del Barça, también ha pesado la falta de un Messi resolutivo, pero en un equipo que ha hecho gala del fútbol combinativo ha faltado velocidad para evitar que la filosofía quedara en mera retórica. Los pases siguen valiendo, pero lo que definió al Barça en su mejor etapa es que hacían todo lo que hacían corriendo mucho.

Tampoco es justo que se empiece a hablar de ciclos cumplidos. Por lo menos mientras ambas plantillas sigan siendo consideradas como las mayores constelaciones de estrellas. Así pues, los dos máximos representantes del fútbol español tienen una nueva oportunidad el año que viene, pero deberán darse prisa. Hay que correr.