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La maldición de Riazor complica la Liga al Real Madrid

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El Barça, a siete puntos

Ficha técnica:

0-Deportivo: Aranzubia; Laure, Lopo, Colotto, Morel; Rubén Pérez, Antonio Tomás; Guardado (Pablo Alvarez; min.56), Juan Rodríguez, Adrián (Lassad; min.72); y Sand (Riki; min.83).

0-Real Madrid: Casillas; Ramos, Carvalho, Pepe, Marcelo (Granero; min.76); Lass Diarra (Di María; min.60), Xabi Alonso; Kaká (Adebayor; min.60), Ozil, Cristiano Ronaldo; y Benzema.

El Real Madrid ha vuelto a dejar que se acerque aún más la Liga a Barcelona después de un partido en el que los blancos han naufragado en la playa de A Coruña y no han sido capaces de batir a un inmenso Aranzubía, el mejor jugador del partido.  [Estadísticas del partido]

A pesar de que Mourinho puso en acción toda la artillería que tenía en su poder, el equipo de Lotina supo contener las embestidas y convertir a Riazor de nuevo en uno de los campos malditos del Real Madrid en Liga.

El empate a cero hace que los blancos se sitúen de nuevo a siete puntos de un Barça que solventó su compromiso sin excesivos problemas en Mallorca.

En el once titular que dispuso en Riazor Mourinho destacaba la presencia de Benzema, premiado por su gol en Gerland, y de Kaka que volvía a disfrutar de una nueva oportunidad con el encargo de hacer de enganche.

El partido comenzó de manera trepidante, con una intensidad en el juego de aplaudir, y el equipo blanco acaparaba poco a poco mayor protagonismo dentro de esa intensidad.

El abarrotado estadio gallego, que se llenó por primera vez en la temporada, se mostraba hostil con los blancos cada vez que estos atacaban y ayudaba así en lo posible a que su equipo no se achantara fácilmente.

Los de Lotina preferían conceder la posesión del esférico y buscar su oportunidad al contragolpe. El juego blanco, bien hilvanado por Xabi Alonso y Ozil, solía terminar en las botas de unos participativos Cristiano Ronaldo y Benzema que capitalizaban el ataque merengue.

CR7 fue el autor del único gol de la primera parte pero se encontraba en fuera de juego y el árbitro Fernández Borbalán anuló el tanto cuando el cronómetro marcaba el minuto 28 de partido.

El entramado que montaban los gallegos en su área no tenía fugas, esto hacía que el Real Madrid sufriera cada vez que tenía que atacar en estático. Un disparo desde fuera del área de Ozil que se fue por poco estuvo a punto de abrir el marcador en el 38 antes de que ambos equipos se dirigieran al vestuario en el intermedio.

Los fantasmas de Almería sobrevolaban Riazor

La segunda parte comenzó frenética también. Dos ocasiones, de Cristiano y  de Kaka, no se convirtieron en gol gracias a un Aranzubia que se  destacaba como el mejor de su equipo a esas alturas.

Pasaban los minutos y, a pesar del dominio del Madrid, el recuerdo de lo sucedido en Almería y Pamplona empezaba a inquietar a Mourinho que era conocedor de que todo lo que fuera no sumar los tres puntos complicaría mucho la lucha por la Liga.

El entrenador portugués decidió poner toda la carne en el asador y con un doble cambio introdujo a Di María y a Adebayor en el campo en lugar de Lass y Kaka, dejando claro que se lanzaba decididamente a por la victoria.

Sin embargo fue en esos minutos cuando el Deportivo gozó de sus mejores minutos. Aunque Casillas no tuvo que intervenir (no intervino de hecho en los noventa minutos) se crearon las ocasiones suficientes a balón parado para que el público se enchufara de nuevo con los suyos.

Los madridistas volvieron a coger las riendas del choque y de ahí hasta el final el partido se convirtió en un ‘quiero y no puedo’.

La entrada de Granero por Marcelo era echar más leña al fuego pero esta vez el bombero se llamaba Dani Aranzubia. El portero, que ya salvó un punto en Almería con un gol, sacó un misil de CR7 a saque de falta y en la jugada siguiente se conjuró con el palo para evitar el gol de Adebayor. Restaban trece minutos para los 90 y se hacía palpable que la Liga se tambaleaba

Otro disparo del portugués y una posterior parada del cancerbero vasco a Di María a falta de nueve minutos fueron el preludio de la ocasión más clara de los blancos en todo el partido. Corría el minuto 83 y un desafortunado Benzema no era capaz de convertir en gol un centro de CR7 cuando se encontraba a puerta vacía.

El asedio era ya constante desde hacía tiempo pero nada alteró el marcador. Hubo tiempo para que los jugadores blancos reclamaran penalti por una posible mano de Colotto pero para nada más.

Fernández Corbalán pitó el final y en la Ciudad Condal se frotaban las manos. La Liga se aleja de Chamartín pero la historia dice que el equipo blanco no se da fácilmente por vencido.