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El carro tira a Cristiano Ronaldo

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Cristiano Ronaldo se ha visto superado por las espectativas del partido.
Cristiano Ronaldo se ha visto superado por las espectativas del partido.

Cristiano Ronaldo, 'CR9', 'CR7', el huracán de Madeira, el 'Bicho'....... el jugador de Madeira es perfectamente conocido por todo aquel que se interesa por el fútbol y hasta por el que muestra su mayor indiferencia. Los medios lusos mostraban a su estrella, antes del partido contra España, con el torso desnudo y toreando a un miura, con la camiseta de Portugal a modo de muleta.

Dos países y una penísula estaban pendientes de un partido fratricida que decidiría el representante ibérico que estaría en cuartos de final ante la 'aburrida' Paraguay. Un número se convirtió en la apuesta de los dos rivales. El '7' de España ante el 'CR7' de Portugal, la precisión ante la potencia.

Afortunadamente para España, el 'Guaje' Villa volvió a demostar que ha sido el mejor fichaje que podía haber hecho el Barcelona. El asturiano puso en más de tres y cuatro ocasiones en aprietos a uno de los mejores porteros de este Mundial, Eduardo, hasta que rubricó el gol que valía le billete a cuartos de final.

Y el torero Cristiano acabó un gesto muy poco ídem, con la cabeza gacha y el gesto torcido. Tan malo que abandonó el estadio sin hacer declaraciones, disculpándose con sus compañeros y negando el saludo y la felicitación a sus rivales pero compañeros en el Madrid Iker Casillas, Sergio Ramos, Álvaro Arbeloa y Xabi Alonso. Una actitud aún más afeada su compañero en la selección y en el club blanco Pepe sí que intercambió su camiseta con Sergio Ramos.

Luego, viendo el revuelo que se levantó por sus fugaces declaraciones, enviando la papeleta de las excusas a Queiroz -dijo a los periodistas que preguntaran al entrenador-, explicó a través de su representante por qué no se sentiá en condiciones de hablar: "Soy un ser humano, estoy sufriendo y tengo derecho a sufrir solo".

Y, reconociendo que se sentía "destrozado, completamente desolado, frustrado y con una tristeza inimaginable", se marchó a sufrir y a rumiar en silencio la derrota.

Nunca estuvo a la altura

En definitiva, Cristiano no estuvo a la altura en ningún momento. En el partido  fue de poco a nada conforme fueron pasando los minutos. El actual balón de plata no encontró su sitio en el campo, el exceso de libertad del que dispone, gracias a Queiroz, acabó por diluirle como un azucarillo en un litro de agua.

Diluido como un azucarillo en agua

El luso comenzó jugando por la derecha  que defendía Capdevilla, pero no encontró su sitio e intentó cambiarse de banda para probar mejor suerte. Entonces le tocó a Sergio Ramos bailar con la más fea. Pero tampoco cuajó el cambio de banda.

Algo debió olerse Cristiano cuando antes del partido tuvo que saludar a los españoles, en especial a Ramos y Casillas, compañeros de equipo en el club blanco. Entonces decidió hacer honor a su nombre y con la mirada clavada en el cielo de Ciudad del Cabo,  intentó encomendarse a los dioses, como los guerreros que sabían de su suerte antes de ir a la su última batalla.

La estrella del Real Madrid, sin duda uno de los mejores jugadores del mundo, tuvo su primera oportunidad a balón parado a los pocos minutos de partido, gracias a una falta que provocó el jugador más incisivo de los portugueses, Fabio Coentrao.

Con la pose ya habitual en él, 'CR7' clavó su mirada en el Jabulani, luego miró a la meta defendida por Casillas, resopló y acabó chutando un balón imposible que llegó sin fuerzas a las manos de su amigo español.

Como lo de la falta no funcionó y el cambio de banda tampoco, optó por encarar a otro conocido suyo, Sergio Ramos, pero lo que no sabía es que el 'Tarzan' de Camas está a un gran nivel y que éste es su Mundial. Ramos le cortó en la primera que tuvo con una entrada fuerte y limpia que segó el balón de la derecha de 'CR7'.

Piqué, la peor pesadilla de 'CR7'

El 'crack' no se lo esperaba, en su cabeza no entraba la situación que estaba viviendo en el campo. Primero Casillas y ahora Ramos, sus 'amigos' le estaban amargando el partido. Entonces llegó la tercera opción y como se dice que a la tercera va la vencida, Ronaldo se encomendó a refrán y decidió entrar por el centro y plantarse justo por delante de Puyol y Piqué.

Nada más tomar la decisión, Cristiano supo que cometió el peor error de todo el partido. La pareja de centrales del Barça ya le amargaron en la final de la Champions cuando era jugador del Manchester United, y una temporada más tarde como jugador del Real Madrid en el derbi con el Barça.

El peor enemigo de 'CR7' es Piqué. Con el central español coincidió en el Manchester, pero hasta que no fichó por el Barça y tuvo que enfrentarse a él, Cristiano no sabía que la horma de su zapato llegó a estar de su lado en los 'Diablos Rojos'.

Sólo otra falta y un error de Casillas en el despeje, que blocó el Jabulani como si fuera un balón de voleibol, puso a la estrella de Portugal en el punto de mira de todas las cámaras del Green Point. Ronaldo decidió chutar directamente a portería y un bote en el área 'chica' puso en aprietos al guardameta español que hizo una parada defectuosa, a la que no llegó Pepe de milagro.

De lado a lado del campo y sin aparecer

Y hasta ahí llegó el jugador que quería demostrar en Sudáfrica que es el verdadero número uno del mundo, pero sólo ha confirmado que sigue sin encontar su sitio en la selección portuguesa que dirige Carlos Queiroz, como tampoco lo tuvo en la de Scolari.

En la segunda parte, apenas quedó constancia de Cristiano Ronaldo, un alma en pena de un lado a otro del césped sin encontar su sitio en la inmensidad del verde a sus pies. Una 'rabona' espectacular, pero sin consecuencias para el juego, fue todo lo que hizo cuando su equipo más le necesitaba. Para la foto y gracias.

Cuando España empezó con su recital de fútbol en Ciudad del Cabo, la selección lusa necesitaba a ese jugador que tirase del carro, el 'superclase' que desequilibrase la balanza a su favor, el genio que marcase las diferencias. A este lado de la península lo hemos llamado "el que tira del carro", pero el peso le resultó excesivo al de Madeira. España consumó su venganza y acabó con la selección que la apeó en la Eurocopa de hace seis años en Portugal, también con un 1-0.