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El Sevilla logra la Champions en dos minutos agónicos

  • Los hispalenses lograron el pase a la Champions en el descuento (2-3)
  • El Mallorca llora desesperado su mala suerte, pese a ganar al Espanyol (2-0)
  • Negredo fue expulsado por insultar al línea y no jugará la final de Copa del Rey

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Negredo celebra su gol, el segundo del Sevilla, frente al Almería.
Negredo celebra su gol, el segundo del Sevilla, frente al Almería.

 Ficha técnica:

2 - UD Almería: Esteban; Michel, Chico, Santi Acasiete, Juanma Ortiz; Leo Borzani, Corona, Fernando Soriano (Quillo, m. 74); Piatti (Ortiz Bernal, m. 74), David Rodríguez y Crusat (Nieto, m. 74).

3 - Sevilla: Palop; Stankevicius (Rodri, m. 80), Escudé, Squillaci, Luna; Jesús Navas, Zokora, Renato, Diego Capel (Perotti, m. 70); Álvaro Negredo y Kanouté.

Goles: 0-1, m.15: Kanouté. 1-1, m.43: Soriano. 1-2, m.52: Chico, en propia meta. 2-2, m.78: Juanma Ortiz. 2-3, m.93: Rodri.

Árbitro: Rubinos Pérez, del colegio madrileño. Amonestó a los locales Soriano, Crusat y Juanma Ortiz y a los visitantes Zokora, Stankevicius, Squillaci y Rodri. Expulsó a Negredo con roja directa por protestar (m.67).

Incidencias: Partido correspondiente a la trigesimoctava jornada del campeonato de Liga, disputado en el estadio de los Juegos Mediterráneos ante 18.194 espectadores.

Ficha técnica

2 - Mallorca: Aouate; Mattioni, Ramis, Nunes, Ayoze; Varela (Mario Suárez, m.57), Martí, Borja Valero (Pezzolano, m.82), Castro; Víctor Casadesús (Webó, m.77) y Aduriz.

0 - RCD Espanyol: Alvarez; Amat, García, Ruiz, Roncaglia; Verdú, Forlín, Marqués, Ben Sahar; Luis García (Corto, m.65) y Osvaldo (Callejón, m.46).

Goles: 1-0, M.23: Víctor Casadesús. 2-0, M.78: Mario Suárez.

Árbitro: Pérez Burrull (comité cántabro). Amonestó a Víctor Ruiz, Varela, Luis García, Mario Suárez y Nunes.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo octava jornada del campeonato de Liga disputado en el estadio de Son Moix ante unos 14.000 espectadores. Antes del partido, el presidente del Mallorca, Bartomeu Vidal, entregó la insignia de oro al ex jugador Bernat Sans por las catorce temporadas en la

Sentados en el suelo en el centro del campo, con los deberes hechos y las manos en la cabeza, los jugadores del Mallorca masticaban los segundos esperando que el Almería rematara la faena y les mandara, gracias a su empate a dos ante el Sevilla, a la Liga de Campeones. Pero ahí apareció un joven canterano de los nervionenses, Rodri, que remató con una acrobacia un pase de Squillaci tras un carrerón de Navas por su banda y certificó el pase 'in extremis' de un Sevilla que estuvo a poco más de noventa segundos de tirar por la borda la previa de la Champions [Así fue el Almería 2-3 Sevilla].

Idas y venidas, euforia y desolación, emociones de ida y vuelta se vivieron en Mallorca y Almería a medida que pasaron los 90 minutos en el Ono Estadi y en el estadio de los Juegos del Mediterráneo. El Sevilla de Antonio Álvarez acusó la irregularidad de este año y estuvo a punto de llegar la sangre al Guadalquivir con un fracaso que no cabía esperar al empezar el partido, y mucho menos la temporada.

Es imposible soslayar que la clasificación del equipo balear para jugar en Europa es un éxito rotundo seis años después de su última presencia en la competición continental. "Es una noche de felicidad", aseveraba Gregorio Manzano en rueda de prensa. Pero su rictus de funeral se avenía mejor con su siguiente valoración: "Es lo más injusto que nos ha podido pasar esta temporada".

La sensación inevitable, pese al orgullo del hito conseguido, es la de haber rozado apenas el cielo con la punta de los dedos y haberlo perdido por "dos malditos minutos".

Porque por dos veces se puso por delante ante el Almería y por dos veces el equipo de Juanma Lillo le empató, logrando que los goles de los rojiblancos se celebraran más en el Ono Estadi que los del equipo bermellón, que vibró mucho más con lo que ocurría en el Pizjuán que con lo que veía hacer al equipo de un Manzano que se fue cariacontecido, pero dejando un expediente brillante [Así fue el Mallorca 2-0 Espanyol].

El Mallorca, que ha basado su excelente campaña en haber convertido su estadio en un fortín sólo al alcance de los más grandes -el Barcelona, el Real Madrid y el propio Sevilla-, no tuvo que esperar más que 23 minutos antes de ver el gol de Víctor, que remató solo un centro, y pasar a subir el volumen de los transistores y centrar por completo su atención en lo que pasaba en el Sánchez Pizjuán.

En ese momento, el Sevilla cumplía con su obligación de ir ganando al Almería gracias a un tanto de Kanouté, que enchufó un estético remate a no menos digno centro de Jesús Navas. Pero el toma y daca no había hecho más que empezar. El Almería tenía muchas más ocasiones que los hispalenses y, como consecuencia, Soriano empató el partido antes de acabar la primera parte.

Negredo puso la cara y la cruz

A los ocho minutos de la segunda parte, Capel se plantó en la frontal, abrió a la derecha para navas, el sevillano metió el balón en el área pequeña, y Chico terminó introduciendo dentro el remate de Álvaro Negredo, que goleaba a su ex equipo.

El propio delantero vallecano se cargó su actuación minutos después cuando insultó al juez de línea después de que le anulara una oportunidad por fuera de juego. Le insultó, se ganó la roja directa, dejaba a su equipo con diez y se queda, además, sin jugar la final de la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid el próximo miércoles (21:30h, La 1 y RTVE.es).

La oportunidad del Mallorca volvió cuando Mario Suárez marcó un bello tanto rematando con la pierna derecha prácticamente a la escuadra, y sobre todo, cuando un minuto después, Juanma Ortiz, daba otro zapatazo y marcaba con rosca un espectacular tanto por la escuadra de Palop, imparable para el portero sevillista.

Rodri marca un gol de película

La euforia estalló en el Ono Estadi, que contemporizó el partido para dedicarse a esperar lo que parecía inevitable. Pero entró el joven Rodri por Stankevicius, y ese cambio a 12 minutos del final sería resolutivo. En el Ono Estadi hacían la ola y pensaban en la ronda previa y en cómo sonaría el himno de la Champions en la isla.

Con el corazón en un puño, esperaban que Kanouté no acertara a marcar o a encontrar a Navas en una pared, que el extremo de Los Palacio no encarara rivales por su banda, pero pasó. Navas soltó un centro que enganchó Squillaci como pudo, botó en el área pequeña y sobre el que se abalanzó Rodri.

Se rompieron los sueños del Mallorca y pareció malogrado, con mayor crueldad por ser a última hora, el trabajo de un Manzano que, a pesar de todo, se fue ovacionado y lanzando besos a la grada, con la cabeza muy alta dejando a un equipo que parecía desahuciado económica y deportivamente en la competición europea.

Pero queda un regusto amargo y un triste vacío en Mallorca, y el peligro en el aire de perder la propia clasificación para la Europa League si el club entra en un proceso concursal, lo que, según el reglamento de la Uefa, le supondría la pérdida de la licencia para jugar la competición.