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Los mercados reciben muy bien las decisiones del BCE y el bono español baja al 6%

  • La presión sobre la deuda se relaja y la prima cae de 500 a 450 puntos
  • El Ibex-35 sube el 4,9% y el comportamiento es similar en Europa

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Los mercados acogen con optimismo las decisiones del BCE para la compra de deuda

Los inversores han recibido muy bien las decisiones del BCE de este jueves para paliar la crisis de la deuda, con una fuerte subida en la Bolsa (casi el 5% en el caso de Madrid) y una considerable bajada del interés de los bonos españoles de referencia en unas tres décimas, a menos del 6,1%.

Al cierre del mercado, la rentabilidad que exigen los inversores por esos títulos del Tesoro a diez años se situaba concretamente en el 6,03%, frente al 6,41% en el que se quedaron el miércoles.

Con esos datos, la prima de riesgo, que mide el diferencial en puntos básicos (centesimales) con el interés de los bonos alemanes, se relajaba hasta los 447 puntos, 46 menos que la víspera; ya que también se apreciaban ligeramente los títulos germanos. Semejante movimiento se daba en el mercado de deuda del resto de países en dificultades.

Con todo, el movimiento en el mercado secundario de deuda ha sido sostenido a lo largo de la jornada, y de hecho por la mañana ha habido una colocación de bonos del Tesoro español tras la cual la rentabilidad de los títulos de referencia ya bajaba al 6,3%.

Más espectacular ha sido la evolución de los mercados de valores, que han vivido unos momentos de incentidumbre mientras se detallaban las medidas del BCE y finalmente se ha disparado, cuando hasta entonces subían con moderación. Al cierre, el Ibex-35 (principal índice de la Bolsa española) ha subido un 4,91% hasta los 7.862 puntos, algo más que el selectivo continental Eurostoxx 50, que mejoraba el 3,2% al toque de campana.

De esta forma, la Bolsa española vuelve a niveles desconocidos desde abril.

A falta de otras grandes noticias económicas durante la jornada, los operadores reaccionan principalmente al anuncio del BCE de comprar deuda soberana si los países piden un rescate, algo que implicará nuevas y estrictas condiciones, que suelen pasar por recortes de gasto público.