Enlaces accesibilidad

Las siete preguntas de las primarias republicanas

  • Romney es la opción de los moderados mientras el Tea Party busca candidato
  • El dinero recaudado es clave para mantenerse en la carrera
  • Los lazos locales e ideológicos son claves para vencer en los primeros estados
  • Si se prolonga la carrera el candidato ganador puede salir debilitado

Enlaces relacionados

Por
Una urna vacía tras el recuento de votos durante las elecciones primarias en la ciudad de Dixville Notch
Una urna vacía tras el recuento de votos durante las elecciones primarias en la ciudad de Dixville Notch

Obama no tiene rival... Todavía. El presidente estadounidense espera al candidato republicano con el que se medirá en las elecciones presidenciales el próximo 6 de noviembre. Su liderazgo al frente del Partido Demócrata está asegurado y la Convención Nacional en Carolina del Norte solo lo confirmará de forma oficial, pero a su oponente le queda un largo camino por recorrer hasta poder luchar por la llave de la Casa Blanca.

El quién

Mitt Romney, Rick Santorum, Ron Paul, Newt Gingrich y Rick Perry. O lo que es lo mismo un mormón multimillonario contra el Tea Party. Estos cinco hombres y Jon Huntsman, ex embajador en China, son los candidatos aún en liza por el timón republicano. Hay otros, como Herman Cain, que abandonó el barco antes de zarpar por un escándalo sexual,  y a Michelle Bachmann los votantes de Iowa la obligaron a volver a tierra.

El moderado Romney es el mejor posicionado en las encuestas para ganar en la mayoría de los estados. Su inmejorable currículum, perfil centrista e imagen "presidenciable" le convierten en favorito frente a las excentricidades y radicalismos de los otros aspirantes.

De los abanderados del Tea Party, el expresidente del Congreso Newt Gingrich es el que presenta las mejores credenciales a pesar de sus triángulos amorosos. Rick Santorum consiguió un buen resultado en Iowa pero será difícil que mantenga la misma senda en otras estados menos favorables.

Con esta panorama, hay quien mira a Huntsman, pero su pasado en la administración Obama es un lastre que no parece que los republicanos estén dispuestos a perdonar.

El cómo

Desde el pasado 3 de enero y hasta mediados de año, 50 estados y seis territorios de EE.UU. celebrarán "caucus" y primarias para elegir a sus candidatos. Dos formas de elección que determinan el modo de hacer campaña.

Los "caucus" son asambleas vecinales organizadas por los partidos. Los votantes se reúnen en colegios, iglesias, bibliotecas y otras instituciones públicas para debatir durante horas y elegir al candidato idóneo en un proceso que requiere de mayor implicación por parte del elegido y el elector.

Las primarias, en cambio, son organizadas por los gobiernos locales y  estatales y el ciudadano emite su voto de forma tradicional en una urna. Según los estados, pueden ser abiertas o cerradas. En las primeras, puede votar cualquier persona sin importar su filiación política, pero en las cerradas hay que estar adscrito a la formación que celebra elecciones.

El cuánto

En cualquiera de los dos procesos, la financiación de la campaña es esencial pero, como han demostrado los primeros "caucus" de Iowa, hay estados en los que los dólares valen menos. A Perry, por ejemplo, cada voto le salió por unos 364 dólares, mientras que a Santorum, por tan sólo 79 centavos, ya que lo que de verdad inclinó la balanza fueron los dos meses que el exsenador de Pensilvania invirtió en visitar cada uno de los 99 condados del estado para conectar con su electorado.

Sin embargo, esta suele ser la excepción porque el contacto directo con los ciudanos no es igual de relevante en cada cita y, al final, lo que cuenta es el dinero invertido en una buena campaña mediática.  Los anuncios en televisión son lo que más influye en la opinión pública y a ellos se destinan dos tercios de la recaudación.

A pesar de la crisis económica,  la austeridad no va a ser la tónica en esta carrera presidencial, en la que Obama espera batir el récord de 2008 y superar los 1.000 millones de dólares. Las donaciones son la principal fuente de ingresos para los aspirantes y, aunque por ley no pueden superar los 2.500 dólares por persona, esta vez se permiten contribuciones ilimitadas a través de los llamados Comités de Acción Política (PAC en sus siglas en inglés).

Hasta ahora Romney, con una fortuna personal de 200 millones de dólares, es el que cuenta con las arcas más rebosantes, seguido por el millonario Perry y Ron Paul. El resto ha conseguido menos recursos pero si las citas electorales se decantan a su favor, podrán insuflar nuevas dosis de energía y millones en sus cuentas.

El qué

Gingrich ha sido uno de los que ha sufrido en sus propias carnes las consecuencias de una buena estrategia propagandística y se ha ido desinflando en los sondeos a medida que los anuncios de Romney, en los que era atacado sin piedad, consumían más y más minutos en televisión.

Las promesas incumplidas de Obama son el denominador común de los mensajes de los aspirantes para demostrar que la alternativa republicana es la única opción para sacar al país de la crisis. Todos promulgan medidas neoconservadoras de recorte del gasto público y bajada de impuestos en lo económico, pero en políticas sociales hay notables diferencias.

Mientras Romney y Huntsman mantienen posturas más centristas de tolerancia con los matrimonios homosexuales, la familia tradicional es el pilar del ideario de Santorum, que es partidario de no enseñar la Teoría de la Evolución de Darwin.

Ron Paul, por su parte, centra su programa en el ultraliberalismo que hace que adopte una postura  antibelicista, contrario a la intervención en países extranjeros y a favor del aislacionismo.

El dónde

Y es que los orígenes de cada uno de los candidatos a las primarias también dibujan cuáles son sus puntos débiles y cuáles los fuertes de cara a la carrera por ser el representante del Partido Republicano en los comicios de noviembre.

Por este motivo, Mitt Romney ha contado desde el principio con tener un buen resultado en New Hampshire, dado que proviene del estado vecino de Massachusetts, donde el tejido social y el perfil del votante republicano es muy similar.

Mientras, Newt Gingrich es consciente que al tener su feudo electoral en el estado sureño de Georgia tiene muchos puntos ganados de cara a la siguiente lucha, la de Carolina del Sur, un estado típicamente del sur donde los calificativos centrista y moderado son rechazados por la base republicana.

Georgia y Carolina del Sur se ubican en el llamado “Cinturón de la Biblia”,  que se extiende precisamente desde Carolina hasta Texas, y en el que los votantes conservadores cristianos son un colectivo clave.

Por eso, el candidato Perry, gobernador de Texas, sabe que él también se la juega en Carolina del Sur jugando a la baza cristiana, un colectivo con el que ha conectado para ser el gobernador más veterano del país.

Lo mismo puede decirse de Paul, texano y padre del Tea Party, que sin embargo por sus peculiariades de ultraliberal también puede tener su público en estados como New Hampshire.

Este rechazo a lo que representan candidatos como Romney y Huntsman no solo se debe a sus creencias políticas; también a su creencia religiosa mormona, que en el caso del segundo está íntimamente vinculado a su origen. El exembajador en China procede del estado mormón por excelencia, Utah, en el oeste de Estados Unidos, del que fue gobernador con hasta un 78% de apoyo.

El cuándo

Pero por mucho que los candidatos tengan la vista puesta en sus feudos, el pistoletazo de salida de la carrera republicana arranca con los "caucus" de Iowa y las primarias de New Hampshire, los dos primeros estados en medir los apoyos de los aspirantes.

No hay una razón en particular para que las elecciones comiencen en estos estados tan pequeños y tan diferentes,  pero sus resultados atraen mucha atención mediática y un resultado inesperado puede impulsar o desbaratar una candidatura. Por ello, los aspirantes, multiplican sus esfuerzos en estas citas aunque luego no pueden mantener el listón a lo largo de la campaña.

Santorum centró sus energías en Iowa al igual que Hunstman lo ha hecho en New Hampshire y Gingrich y Perry en Carolina del Sur, un estado más conservador y favorable a los candidatos del Tea Party.

Estos primeros resultados no son determinantes y habrá que esperar hasta el supermartes, el próximo 6 de marzo, para tener una idea más significativa de la intención general de voto. Este día marca un punto de inflexión en la carrera presidencial y se denomina así porque es cuando, a diferencia del resto de días, se celebran primarias en una docena de estados.

Tras el supermartes, lo normal es que haya uno o dos aspirantes con claras posibilidades de ganar y que el resto opte por abandonar la batalla, que se alargará hasta la Convención Nacional del partido en Carolina del Sur a finales de agosto, cuando oficialmente salga elegido el candidato republicano a la Presidencia de EE.UU.

Las ventajas de una campaña tan largaes que los electores tienen la oportunidad de conocer mejor a los candidatos y que los aspirantes pueden atraer financiación y construir una potente maquinaria de votantes, simpatizantes y voluntarios de cara a las generales. El riesgo es que el partido quede dividido, exhausto, sin tiempo y sin dinero para hacer una buena campaña frente al rival, en este caso Obama.

...Y con quién

Mientras más larga sea la lucha, más difícil será construir puentes entre candidatos cuya base electoral puede complementarse de cara a la batalla final contra Obama.

El precedente de las primarias demócratas y republicanas de 2008 muestra los posibles caminos de cara al baile de nombre para posible vicepresidente que acompañe al ganador.

En este caso, una retirada a tiempo puede ser un activo. Así ocurrió con Joe Biden, que pasó de ser un candidato sin apenas posibilidades al vicepresidente con Obama, algo que se negó a hacer Hillary Clinton, que aguantó hasta el final en un agrio duelo con el que luego sería presidente, lo que hizo inviable una candidatura conjunta.

En el caso del candidato republicano, John McCain, buscó conscientemente una candidatura que complementase su perfil moderado en la persona de Sarah Palin, que posteriormente se convertiría en la cara del Tea Party.

En este contexto, la retirada de la congresista Bachmann tras su fracaso en Iowa puede ser estratégica ante un eventural ‘ticket’ presidencial del candidato Romney, que tendrá que pescar en el agua del Tea Party y del sur para tener un fuerte apoyo de la base conservadora que le rechaza por ser demasiado moderado.

En el otro lado, la victoria de un candidato conservador como Santorum o Gingrich les abocaría a suavizar su perfil con alguien de perfil más moderado, un modelo en el que encajaría el exembajador Huntsman.

También en los rumores sobre posibles vicepresidentes la postura más extravagante es la del congresista Paul, cuya postura antibelicista ha hecho que se plantee como 'ticket' el demócrata Dennis Kunicich, partidario de la no intervención militar de Estados Unidos.