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Valeriano Gómez avanza que el paro subió en agosto, pero menos que en 2010

  • Rompería así la tendencia de los cuatro últimos meses, cuando cayó
  • Trabajo culpa a las empresas, que rescinden contratos en este mes
  • El objetivo, "que el servicio público se haga cargo de las vacaciones"

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El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, durante una entrevista en la SER
El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, durante una entrevista en la SER.

El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, ha avanzado este lunes que el paro creció en el mes de agosto, aunque lo hizo en menor medida que en el mismo mes de 2010. En una entrevista en la Cadena Ser, el ministro ha explicado este lunes que, en la última década, agosto se ha "convertido en un mes malo" para el empleo. De confirmarse el dato, se rompería la tendencia positiva de los últimos cuatro meses, en los que el número de desempleados ha caído.

El titular de Trabajo ha señalado que "seguramente" este año el comportamiento ha sido "mejor" que en 2010. Es decir, que el crecimiento del desempleo será menor este 2011 que hace un año, cuando aumentó en 61.083 personas. En 2009 el octavo mes del año dejó casi 85.000 parados más.

Gómez ha afirmado que este cambio en la tendencia del mes, que ha provocado que ahora se pierdan puestos de trabajo, se explica por "ciertas prácticas empresariales" que rescinden los contratos en este mes para que "el servicio público se haga cargo de las vacaciones". No obstante, ha asegurado que este tipo de prácticas "cada vez están más perseguidas".

Acuerdo para moderar salarios

Además, el responsable de Trabajo se ha mostrado confiado en las posibilidades de que las organizaciones sindicales y empresariales logren un acuerdo para ampliar el acuerdo sobre negociación colectiva, que incluiría prorrogar la moderación salarial hasta el año 2014.

Sin embargo, el ministro añadió que le "gustaría" que este acuerdo buscase una "moderación de rentas", es decir, que también se incluyeran otros aspectos como la distribución de los beneficios por parte de las empresas, o los márgenes de distribución que aplican, lo que permitiría que "nuestro modelo de precios no nos separe del resto de países europeos". El objetivo es evitar que los trabajadores, "con razón", piensen que son los únicos que están pagando la crisis.

Los empresarios miran más al BOE que al diálogo social

El ministro ha vuelto a criticar la actitud de los empresarios tras la ruptura del acuerdo para la reforma de la negociación colectiva, y les advirtió de que es "un error mirar más al Parlamento y al Boletín Oficial del Estado, que al diálogo social".

Gómez ha considerado que en la última parte de la legislatura, tras la firma del acuerdo sobre la reforma de las pensiones, "ha habido un cierto viraje" en la postura de la patronal, y ha señalado que "puede haber empresarios que piensen que les puede ir mejor" si hay un cambio de Gobierno.

A favor de la reforma constitucional

Gómez ha dicho que comparte  "especialmente el fondo" del proceso de negociación entre el PSOE y el  PP para reformar la Constitución y establecer en ella un techo de déficit y  el compromiso de una estabilidad presupuestaria, "que no es déficit cero  como pretendía el PP" sino "de estabilidad a lo largo del ciclo  económico".

Aunque ha recordado que la crisis ha duplicado el tamaño de la deuda  española y el Gobierno ha aplicado políticas de contención del gasto  público, las políticas sociales "no tienen por qué verse seriamente  afectadas" por dicho compromiso.

Por eso se ha  mostrado de acuerdo con la afirmación del candidato socialista a la  presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando se preguntó  este sábado: "¿Quién ha dicho que sea de izquierdas endeudarse?".

No es momento de bajar impuestos

En la entrevista, Gómez ha afirmado que durante el proceso de una  recuperación económica no es el momento de bajar los impuestos, sino de  ahorrar para cuando las cosas vayan mal.

El titular de Trabajo ha señalado que se abre un nuevo debate en la política fiscal española porque  ahora debe plantear "un horizonte sensato y sostenible" de ingresos  públicos que se perdieron en el pasado "por la alegría" de la burbuja  inmobiliaria.