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Merkel cede ante Sarkozy y acepta que la inversión privada en el rescate griego sea voluntaria

  • También asegura que la aprobación del nuevo paquete sea lo antes posible
  • El eje del acuerdo franco-alemán es la llamada 'iniciativa de Viena'

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Alemania y Francia llegan a un principio de acuerdo para ayudar a Grecia

"Queremos que la participación de los inversores privados sea sobre una base voluntaria". Con esta frase Ángela Merkel ha aclarado el panorama para la aprobación del segundo rescate a Grecia, aflojaba la presión de los mercados sobre los países periféricos del euro -entre ellos España- y, sobre todo, cedía ante el presidente francés, Nicolás Sarkozy y el Banco Central Europeo en su pulso para que la contribución privada fuese obligatoria.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha considerado que la  participación voluntaria del sector privado en el nuevo programa de  ayuda a Grecia de la forma establecida por la 'Iniciativa de Viena'  es una "buena base" para un nuevo acuerdo.

"La 'Iniciativa de Viena'... es una buena base y creo que podemos  avanzar a partir de este planteamiento", ha defendido la canciller alemana  en una rueda de prensa conjunta con Sarkozy tras una reunión de poco más de cuarenta minutos en Berlín.

A cambio, Merkel ha insistido en que la implicación del sector privado es un principio que se debe seguir defendiendo pese a las reticencias de Fránfort y Bruselas."Esto es importante para nosotros", ha recalcado.

El elemento desencadenante del cambio de postura de Merkel ha sido el riesgo real de un incumplimiento de  las obligaciones de deuda ('credit event') de Grecia en las próximas semanas.

Pronto, pero sin fecha

Por ello, tanto ella como Sarkozy han asegurado que esperan que el nuevo programa de ayudas para Grecia se apruebe lo antes posible, una vez que se presenten las conclusiones del análisis técnico sobre la situación de Grecia, en consonancia con el Banco Central Europeo (BCE).

Merkel ha descartado que por parte alemana se pretendiera postergar el rescate a septiembre, "puesto que debemos actuar rápido".

Sin embargo, no se han comprometido a dar una fecha, aunque Sarkozy ha añadido que tampoco se esperaría a agosto, puesto que "pocas cosas pasan en ese mes", en alusión al tradicional parón vacacional europeo.

La solución debe producirse pronto, puesto que para julio Grecia puede haber entrado ya en la insolvencia, no puede hacerse en contra del BCE -lo que implica directamente el término  voluntariedad- y debe ser ajustada a lo que llamaron el "espíritu de Viena".

Tal término alude al modelo seguido en 2009 entre los grandes bancos y los países de centro y este de Europa con problemas. Se trata de una fórmula cercana a la propuesta defendida por el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble.

Este sugirió una prolongación o moratoria de siete años de los plazos de vencimiento de los títulos de deuda griega a través de un cambio de bonos.

La iniciativa de Viena se diferencia de la propuesta de Schäuble en un detalle fundamental. Mientras en el plan del ministro los bancos cambiarían los viejos títulos por otros nuevos, con los mismos intereses pero con un vencimiento posterior, en la iniciativa de Viena formalmente se cancelarían los viejos títulos y luego los bancos comprarían nuevos.

Aunque el efecto para la deuda griega sería el mismo, esta fórmula podría tener una repercusión distinta en la valoración de las agencias de calificación de riesgo.

Imagen de unidad

Más allá de este punto de fricción, Merkel y Sarkozy, que han celebrado su primera reunión bilateral en siete meses y que han tenido un alejamiento progresivo en este periodo, han querido mostrar una imagen de unidad.

Así, Sarkozy ha evitado criticar el hecho de que Alemania haya decidido abandonar de manera unilateral la energía nuclear, principal apuesta energética francesa mientras que ambos han expresado su apoyo a sanciones más duras contra el régimen sirio.

"Los franceses respetamos a los alemanes, de la misma manera que los alemanes nos respetan a nosotros en todas nuestras decisiones nacionales, también en materia nuclear", ha declarado Sarkozy, tras la reunión mantenida en la Cancillería con la jefa de Gobierno alemán.

Merkel, por su parte, ha mostrado su "extrañeza" por la existencia de tales presuntos recelos respecto al apagón nuclear alemán y ha recordado que su gobierno, de hecho, ha retomado el plan de abandonar esa fuente de energía ya decidido en el 2000 por el Ejecutivo de su antecesor, Gerhard Schröder.

A lo largo de un encuentro en la cancillería Federal alemana, ambos dirigentes han tratado también sobre la sucesión de Dominique Srauss-Kahn al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI), cargo para el que coinciden en respaldar a Christine Lagarde, actual ministra gala de finanzas.