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El G-20 se come al G-8 ante el empuje económico de los países emergentes

  • La OCDE representará sólo el 43% del PIB mundial en 2030
  • El G-20 ha ganado protagonismo y relegado al G-8 durante la crisis

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¿Qué es el G-20?

El G-20

El G-20 está integrado por los miembros del G-8 (EEUU, Canadá, Reino Unido, Rusia, Italia, Francia, Reino Unido y Alemania, los países más ricos del mundo), además de por la Unión Europea (UE), Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, la India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía.

Las cumbres del G-8 y del G-20 tienen sobre la mesa la misión de intentar evitar una nueva crisis financiera y reforzar la regulación bancaria en todo el mundo. Las perspectivas sobre la reunión no parecen muy halagüeñas ya que si en plena tormenta financiera no se logró un acuerdo para meter en vereda a Wall Street parece complicado que se consiga ahora.

El escenario elegido es Canadá, un país habitualmente tranquilo pero que acaba de ser sacudido por un terremoto de intensidad 5,7, además se ha detenido a un sospechoso acusado de atentar contra la reunión y se han sucedido manifestaciones de los grupos antiglobalización.

La Unión Europea no ha hecho los deberes y acude a Toronto sin haber llegado a un acuerdo interno sobre el nuevo sistema de supervisión financiera europea, sin embargo, Obama ha obtenido, tras 20 horas de negociación, el visto bueno para su reforma financiera. Aunque Bruselas y Washington tendrán que escuchar las propuestas del resto de los participantes en la cumbre.

Menos pobres y nuevas potencias

Los ocho países más industrializados del mundo cada vez tienen menos peso en la economía global y también en la gobernaza económica mundial como se ha podido comprobar desde el inicio de la crisis. El G-20 ha logrado un mayor protagonismo y es previsible que su liderazgo se refuerce en el futuro.

La globalización que ha llevado a cientos de millones de personas a salir de la pobreza en los últimos años ha dejado obsoletas las instituciones económicas que surgieron del fin de la guerra fría. En concreto de 1990 a 2000, el número de países pobres pasaron de 55 a 25.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que reúne a los 30 países más desarrollados del mundo está a punto de dejar de representar más de la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) global. En 2010, la OCDE supone el 51% del PIB mundial pero en 2030 esa cifra habrá bajado al 43%, según un informe de la organización.

La evolución de China es especialmente significativa, ha reducido su porcentaje de población pobre del 60% en 1990 al 16% en 2005, además amenaza con desplazar a Japón como primera economía y a Estados Unidos como primer productor mundial, y ya ha conseguido destronar a Alemania como potencia exportadora.

La venta de sus productos a otros países aumentó el año pasado casi un 18 por ciento. Su economía se recuperó sobre todo en noviembre y diciembre, mientras que unos meses antes los despidos de trabajadores se contaban por millones.

El gigante asiático también ha ampliado su ámbito de influencia y es el primer socio comercial de Brasil, la India y Sudáfrica.

Más ejemplos, la multinacional india Tata es el segundo inversor en el África subsahariana y en el último decenio, China y la India han multiplicado por tres o cuatro el promedio de crecimiento de la OCDE.

El comercio Sur-Sur se ha multiplicado por diez entre 1990 y 2008, mientras los intercambios a escala global se cuadruplicaban.

Otra de las transformaciones que recoge el estudio sobre la riqueza cambiante y las perspectivas sobre el desarrollo mundial es el crecimiento de las actividades de investigación y desarrollo (I+D) que se realizan en los países emergentes. Como muestra,  más del 40% de los investigadores del mundo están ahora en Asia.