Enlaces accesibilidad
Historia del esmoquin

Lorenzo Caprile abre su colección privada y presta este esmoquin de Saint Laurent

Por
Yves Saint Laurent, el rey del esmoquin
Yves Saint Laurent, el rey del esmoquin

El esmoquin es una de las maravillas de la moda. Se dice que apareció a mediados del siglo XIX y hoy es un imprescindible de los armarios masculinos y, por supuesto, femeninos. En la historia, en la real y la ficticia, ha habido hombres que lo han hecho suyo, desde Eduardo VII, que lo adoptó en 1860, hasta James Bond, que lo convirtió en su pieza estrella: para matar, con licencia, y para seducir, sin ella. Es el traje más glamuroso del vestuario moderno y aunque acepta todo tipo de cambios, tanto de tejido y forma como de color, el diseño tradicional sigue siendo el más distinguido de todos. Tiene sus propios códigos, ya que necesita una camisa especial, pajarita y no admite cualquier calzado. Se puede llevar con tirantes, con fajín y con chaleco, pero nunca con corbatas ni camisas estampadas: el blanco es la opción adecuada para la camisa y ahora se permite jugar con el tipo de cuello. No hay que confundir el esmoquin con el chaqué o el frac, son trajes distintos y cada uno de ellos tiene su espacio. Pero en 'Maestros de la costura' se va más allá y se rinde homenaje al esmoquin femenino, y concretamente al que lanzó Yves Saint Laurent con la colección de otoño e invierno de 1966, lanzada en julio de ese año. Su irrupción supuso una revolución en el vestuario de las mujeres, que hasta entonces salían por la noche con vestidos largos, y abrió las posibilidades a la hora de vestir. El modista francés no se limitó a copiar el patrón del esmoquin tradicional y fue capaz de otorgar personalidad propia a este conjunto de chaqueta y pantalón. El primero que hizo llevaba chaqueta larga ajustada, camisa de organdí eb blanco y con chorreras, pantalón recto, una lavallière (lazo que sustituye a la pajarita) y un cinturón de satén. El 'invento' de Saint Laurent no tiene éxito entre las clientas rancias de alta costura, pero lo mejor estaba por llegar. En el otoño de 1966, una versión de aquel esmoquin llega a la boutique de la rue de Tournon. La cantante François Hardy queda prendada y se lo lleva a Estados Unidos. Allí causa sensación, y lo mismo ocurre en París, cuando se lo pone en la fiesta del centenario de Figaro. Sigue sus pasos Elsa Martinelli y luego Catherine Deneuve, y se desata la locura: todas quieren su esmoquin de Saint Laurent. El éxito fue enorme, y crecía temporada tras temporada, conquistando a un batallón de mujeres que encontraron en él un aliado. "¿Cómo adoptar este esmoquin? Es tan nuevo este uniforme que el arte de llevarlo carece aun de reglas", decía en una entrevista con Vogue.

El primer esmoquin de Yves Saint Laurent, 1966

Una pieza eterna, como Yves Saint Laurent

El modista hizo muchas versiones, reinterpretando el esmoquin con los códigos de la casa, abriendo el patrón a nuevas sensaciones. "La calle va más deprisa que los salones. Lo comprobé hace cinco años cuando hice mi primer esmoquin. En alta costura tuvo un éxito nulo; en prêt-à-porter, inmenso", decía el maestro años más tarde. Si Yves Saint Laurent lo popularizó, Helmut Newton lo inmortalizó cuando fotografió a la modelo Vibeke con uno de ellos, logrando una imagen cinematográfica que es una de las imágenes icónicas de la historia de la moda y la fotografía. La publicó la revista Vogue en 1975 y aunque se trata de un conjunto de chaqueta y pantalón, ha quedado asociada al esmoquin, lo mismo que el esmokin ha quedado asociado a la etiqueta Saint Laurent. En 1982, para el vigésimo aniversario de la casa, el propio Yves posa con Catherine Deneuve. Ambos llevan esmoquin y el fotógrafo que dispara vuelve a ser Helmut Newton.

Famosa fotografía de Helmut Newton

El emblema de la casa Saint Laurent

Este traje ha estado presente en todas las colecciones posteriores a 1967, y no podía faltar uno de los días más especiales de la casa. Fue en 2020, el día que Yves Saint Laurent dejaba las tijeras y, de paso, su casa. El desfile de despedida tuvo un carrusel de lujo, con todas las modelos capitaneadas por Catherine Deneuve y Laetitia Casta, y cada una de ellas con un esmoquin firmado por el maestro. «Para una mujer, le smoking es una pieza indispensable con la cual se encuentra a si misma continuamente a la moda, pues se trata de estilo, no de modas. Las modas van y vienen, pero el estilo es para siempre», dijo el modista.

Luego vinieron otros diseñadores, talentos más jóvenes con nuevas ideas que actualizaron y 'revisitaron' la firma, pero siempre demostraron respeto al esmoquin. Tom Ford, Stefano Pilati, Hedi Slimane y Anthony Vaccarello han mantenido la casa que Yves Saint Laurent fundó en 1961 en lo más alto y todos han hecho del esmoquin su pieza estrella. Pero hoy los que se cotizan son los que firmó el maestro. Nieves Álvarez, una de las musas del francés y habitual de sus desfiles, guarda el suyo con orgullo y cariño. Otro lo hemos visto en 'Maestros de la costura', que pertenece a la colección privada de Lorenzo Caprile.

Catherine Deneuve con Yves Saint Laurent agencias

Esmoquin de YSL en el Museum at Fit RTVE

Esther Cañadas desfila para Yves Saint Laurent RTVE

Nieves Álvarez con 'su' esmoquin de Yves Saint Laurent