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La polarización política rompe amistades y revienta cenas navideñas: el atlas de la fractura social

  • El 14% de los españoles ha roto amistades o relaciones familiares por discusiones políticas en el último año
  • Los expertos alertan del peligro de la "toxicidad política" y la "deshumanización y ridiculización" del adversario
La polarización política rompe amistades
El 14% de los españoles ha roto amistades o relaciones familiares por discusiones políticas en el último año GETTYIMAGES

Javier tiene tres hermanos y tras "muchas cenas y celebraciones familiares que acababan en bronca total", decidió limitar el número de encuentros a los "imprescindibles" y alcanzar un pacto de consenso familiar: no se habla de política ni de políticos en la mesa.

Define la suya como una familia normal, no excesivamente politizada, pero la vida le ha llevado a una distancia política e ideológica "sideral" con uno de sus hermanos que eleva las discusiones a cotas demasiado altas. "Sencillamente, yo no le entiendo a él y él no me entiende a mí y me niego a que un encuentro se me vaya de las manos y más con nuestros hijos delante porque soy muy pasional", afirma, para reconocer que no es la única persona con la que ha dejado de hablar de política de su entorno familiar y de amistades. "Yo no soy radical, los radicales son ellos, aunque seguramente ellos piensen lo mismo que yo", reflexiona.

Javier puso freno a lo que podía haber acabado en ruptura familiar, pero el 14% de los españoles ha roto amistades o relaciones familiares por discusiones políticas en el último año y uno de cada cinco presenció o participó en discusiones fuertes sobre política en las cenas de Nochebuena y Nochevieja del pasado año.

Un 15% abandona grupos de WhatsApp

Estos datos los revela la organización More in Common, que analiza la polarización a nivel internacional y que publica este lunes una radiografía de la fractura social en España y de cómo este fenómeno afecta a la convivencia ciudadana y al sistema democrático.

Este informe- basado en más de 2.500 entrevistas realizadas a ciudadanos con derecho a voto entre el 31 de octubre y el 9 de noviembre de 2025- arroja que el 60% de los españoles evita hablar de política para no discutir y un 15% ha abandonado grupos de WhatsApp por motivos políticos.

“Un 65% de la población española piensa que la sociedad está muy dividida o algo dividida y solo un 15% piensa que está unida o muy unida”, señala Tarek Jaziri-Arjona, investigador de esta institución.

Ahora se acercan las cenas, comidas y encuentros navideños familiares y con amigos en los que el espíritu de la Navidad puede virar a apasionadas discusiones políticas que no acaben de la mejor manera. La broma recurrente del ‘cuñado’ en la mesa de Navidad que habla de asuntos peliagudos puede dejar de hacer gracia en algunos hogares y acabar en ruptura.

El discurso de deshumanización del adversario

La investigadora del Instituto de Política y Bienes públicos del CSIC Marta Fraile afirma, en una entrevista con RTVE Noticias, que la sociedad se está acostumbrando "peligrosamente" a vivir en esta "toxicidad política" y que parece difícil salir de esta fractura.

Sitúa el origen de esta polarización y crispación extrema en el fin del bipartidismo, con la llegada de nuevos partidos y la lucha encarnizada por el reparto de la tarta de representación entre más formaciones, y sobre todo, apunta, con la irrupción de Vox en la escena política.

"Hay un discurso de deshumanización y de ridiculización del otro que viene de la política y que está calando mucho en la sociedad", señala Fraile, para alertar de que esa sensación del "o estoy contigo o contra ti" es "peligrosa". Cree que a los políticos se les ha podido ir de las manos echar tanta leña al fuego de la crispación para conseguir más votos y afirma que se nota en la sociedad que "la mecha es más corta y el mechero está más cargado".

Ana tiene 50 años y forma parte de ese 15% que se ha ido de un grupo de WhatsApp, en concreto, de uno que compartía con amigos de más de 20 años. Cuenta a RTVE Noticias que siempre fue un espacio "para compartir" y en el que se respetaban las opiniones diversas, "incluidas las políticas", sin que esas diferencias supusieran gran problema.

Con la pandemia todo cambió, lamenta, y comenzaron "comentarios agresivos" hacia personas de "diferente ideología". Las faltas de respeto hacia los políticos y quienes les votan fueron en aumento y la gota que colmó el vaso en ese momento fue "la agresividad verbal contra un miembro de Podemos por ir en silla de ruedas", relata Ana, que reconoce que quedó "impactada" por la falta de empatía. Tomó la decisión de abandonar el grupo.

"Sentí que ya no era un espacio que me aportara algo positivo ni reflejaba los valores para mí importantes: respeto, empatía y convivencia. Preferí salir del grupo y no tener nada que ver con esas personas cargadas de odio", afirma.

El catedrático de Ciencia Política Ismael Crespo pone el foco en que la polarización y crispación penetra más ahora en la sociedad y afecta a reuniones familiares, centros de trabajo y cualquier espacio social porque ha pasado del terreno de la ideología al de los afectos y emociones.

Esta polarización ya no está basada, en su opinión, "tanto en las ideas políticas en sí, sino en la desconfianza, el desprecio y el rechazo al que piensa distinto" y pone un símil futbolístico: "Hemos pasado de ser espectadores a ser hooligans".

Alerta, en una entrevista con RTVE Noticias, de que algunos estudios norteamericanos revelan que antes el primer factor de segregación era la raza y ahora lo es la pertenencia a un partido político.

Esta polarización afectivo-social es la que más preocupa a los expertos porque hace que las personas desarrollen sentimientos positivos hacia quienes comparten sus ideas y emociones negativas hacia quienes piensan distinto.

"Llegan las cenas navideñas y ahora se avisa que es mejor no hablar de esto o lo otro para evitar problemas. Pasa en muchas esferas sociales", afirma.

Abascal y Sánchez, los más 'polarizadores'

Santiago Abascal y Pedro Sánchez son los líderes considerados más 'polarizadores', según el estudio de More in Common y según la ideología del entrevistado, claro está. Obviamente, para los ciudadanos de izquierda, el líder de Vox es el mayor catalizador de la crispación y para los de derecha, el presidente del Gobierno y líder socialista está en el top polarizador.

"Las percepciones difieren según la orientación política", explica Jaziri-Arjona, que añade: "Los votantes del PSOE mencionan a Abascal y Ayuso como los líderes más polarizadores, mientras que los del PP señalan a Sánchez y Puigdemont".

Destaca que algunos electores reconocen la responsabilidad incluso de ‘los suyos’ en la contribución a crispar el ambiente. Así, para los propios votantes socialistas, Sánchez es la tercera figura más divisiva y los votantes de Vox sitúan a Abascal en segundo lugar.

El estudio sitúa como culpables a los propios políticos, junto con los medios de comunicación y las redes sociales, y pone como pico más alto de polarización los primeros meses de 2024, con la ley de amnistía en pleno debate.

El ecosistema que propaga la crispación

Ismael Crespo apunta a que el discurso de los actuales políticos está en el primer eslabón de la cadena de polarización y a partir de ahí hay una serie de elementos contextuales que la afianzan: todo el "ecosistema mediático y digital" que propaga y otros procesos como las crisis económicas y las desigualdades sociales.

Marta Fraile aboga por una "bajada de decibelios" y por que los políticos sean capaces de poner en valor la capacidad de negociar para que esa necesidad de consenso, pacto y entendimiento del otro se traslade también a la sociedad: "Tiene que calar la idea de que lo que tenemos enfrente es una persona, no un enemigo". Muestra preocupación por el "riesgo de normalizar y naturalizar discursos de quienes promueven ideas del pasado y muestran nostalgia del franquismo".

Por ir a lo positivo también del estudio: el 70% de los encuestados han mantenido conversaciones respetuosas con alguien que piensa distinto y un 20% incluso ha cambiado de opinión tras debatir sobre política. Además, hay esperanza porque seis de cada diez creen que "aún es posible superar las diferencias y recuperar la unidad social".

Los expertos entrevistados no ven a los políticos muy por la labor de comenzar a desinflar el globo de la crispación, que usan como estrategia política y forma de ganar votos.