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¿Quién es Zohran Mamdani? El nuevo alcalde de Nueva York que ha prometido acabar con "el fascismo de Trump"

  • Será el edil más joven desde 1892 y también el primer musulmán al frente de la Gran Manzana
  • Sus videos hablan el idioma propio de TikTok, donde ha podido movilizar a la mayoría de su electorado
Zohran Mamdani, primer alcalde musulmán y socialista de Nueva York

Zohran Mamdani es el hombre del momento en Nueva York. Hace un año era un legislador demócrata prácticamente desconocido para la mayoría de los vecinos de la Gran Manzana, pero tras una campaña de infarto ha conseguido hacerse con la alcaldía de la ciudad más importante del país. A sus 34 años, se convierte en el edil más joven desde 1892 y también el primer musulmán al frente de Manhattan. En palabras de Mamdani, "Nueva York seguirá siendo una ciudad de inmigrantes, construida por inmigrantes y, desde ahora, liderada por un inmigrante".

Irrumpió en los algoritmos de los neoyorkinos con un discurso en el que prometía autobuses y guarderías gratuitos, control de los alquileres, creación de viviendas asequibles y supermercados con alimentos subvencionados. Su retórica caló pronto en una ciudad en la que más de dos millones de personas viven bajo el umbral de pobreza y su nombre empezó a resonar más allá de las fronteras locales.

En las primarias demócratas que se celebraron en junio, derrotó a pesos pesados y se convirtió en el candidato oficial de su partido para la ciudad de Nueva York. Detrás de él quedaban veteranos como el actual alcalde, Eric Adams, y el exgobernador, Andrew Cuomo, que terminaron presentándose a las urnas como independientes.

Una estrella en TikTok

En las redes, ha sabido captar esa multiculturalidad que tanto define a la ciudad. Ha hecho vídeos de campaña hablando en castellano, bengalí o árabe. Se ha reunido con miles de jóvenes, ha hecho taichí con ancianas chinas y bailado bachata con sus pares latinas y, tras arrasar en las urnas, ha agradecido a los "taxistas, a las abuelas mexicanas, a los trabajadores" por su triunfo. Ha conseguido que los neoyorkinos crean en su mensaje y movilizar a una parte del electorado que, hasta ahora, no votaba. A pesar de no haber recaudado suficientes fondos electorales, ha inspirado a más de 100.000 personas, transformadas en el ejército de voluntarios que ha impulsado su campaña.

Los vídeos de Mamdani hablan el idioma propio de TikTok, donde acumula 1,7 millones de seguidores. Este milenial sale a la calle con un micrófono y una sonrisa imborrable, interactúa con los vecinos y escucha cuáles son sus preocupaciones. "¿Por qué ya no confías en el Partido Demócrata?", fue una de las preguntas que lo convirtió en un fenómeno viral.

"Escuché que estaban cansados de un Partido Demócrata que apenas pensaba en la clase trabajadora de este país", reflexionó posteriormente en redes. Cogió las respuestas de los neoyorkinos y las hizo suyas. Pasó a defender abiertamente la causa palestina, una postura poco común dentro de su partido, pero cada vez más demandada por una parte del electorado progresista. Aunque se ha mantenido firme en su oposición al antisemitismo, se arriesgó, eso sí, a perder los votos de los más de dos millones de judíos que viven en la ciudad.

Pero, lejos de acobardarse, elevó su discurso y llegó a asegurar que, como alcalde, arrestaría a Benjamin Netanyahu si viajara a Nueva York. Catalogó al primer ministro israelí como un "criminal de guerra" por el "genocidio" que estaba cometiendo en Gaza y añadió que cumpliría con la orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional que pesa sobre el líder israelí.

Un "pequeño comunista" para Trump

Mamdani encarna todo lo que el presidente detesta: un joven migrante, socialista y musulmán que aspira a alejar la Gran Manzana del "fascismo de Trump". Ha estrechado vínculos con dos de los grandes rostros socialistas del país como Bernie Sanders o Alexandria Ocasio-Cortez. En septiembre los tres llenaron un estadio de Queens con capacidad para 10.000 personas en un mitin con el lema "Nueva York no está en venta". Es miembro del DSA (Demócratas Socialistas de América), el partido de izquierdas que forma parte del ecosistema del viejo burro azul. Ahora, y aunque la singularidad de la vida política neoyorquina no se pueda comparar con la tendencia más conservadora del resto del país, Mamdani sigue ganando terreno como una de las nuevas estrellas de un Partido Demócrata en crisis.

Donald Trump es consciente y, con cada punto que Mamdami subía en las encuestas, intensificaba la dureza de su discurso. Ha advertido de que con él al frente, Nueva York no tiene "ninguna posibilidad de éxito" y ha amenazado con "restringir drásticamente los fondos federales". Trump lo bautizó como un "pequeño comunista", ha calificado su candidatura de "rebelión" e incluso ha amenazado con detenerlo y deportarlo. Mamdami nació en Uganda, con siete años llegó a Estados Unidos y en 2018 consiguió la ciudadanía, un detalle que, pese a su ascenso político, le cierra la puerta a una eventual candidatura presidencial.

Que Mamdani sea musulmán no es un dato menor en una ciudad que, más de veinte años después, sigue marcada por las cicatrices del 11-S. Sus rivales han aprovechado detalle, insinuando paralelismos con el extremismo islámico y reavivando viejos fantasmas. Estos comentarios alcanzaron su punto más alto cuando el candidato independiente y exgobernador demócrata apoyado por Trump, Andrew Cuomo, dijo: "Dios no quiera otro 11 de septiembre ¿Se imaginan a Mamdani en ese puesto?". Pero los ataques siguieron y el actual alcalde, Eric Adams, dijo que Nueva York podría convertirse en Europa, en referencia a los ataques terroristas que ha sufrido el Viejo Continente en la última década. El candidato republicano, Curtis Silwa, también utilizó la misma premisa infundada en el debate electoral y acusó a su rival de apoyar a la Yihad islámica.

Muchos lo tachan de "radical" y sus detractores lo describen como "populista", pero también como un "nepobaby". Mamdani es hijo de la cineasta india Mira Nair, y de Mahmood Mamdani, respetado académico de Columbia. Una herencia que, para algunos, contrasta con su discurso de clase.

Enemistado con las grandes fortunas

Sus ideales socialistas han generado recelos dentro de su propio partido, y los sectores más moderados le han llegado a retirar su apoyo por su confrontación con las élites. Una de sus grandes promesas electorales fueron los impuestos para las grandes fortunas, asegurando que retendrá un 2% adicional a todos los vecinos ingresen más de un millón de dólares.

Pero uno de los grandes enfrentamientos los protagonizó con su antecesor. Durante la campaña, Mamdani señaló reiteradamente al demócrata Eric Adams, de su mismo partido, por sus vínculos con Trump y por su incapacidad de poner freno a la crisis inflacionaria. La popularidad del alcalde saliente cayó en picado por su supuesta relación laboral y política amistosa con el presidente, después de que este decidiera retirar los cargos federales por corrupción.

Una de las razones que explican la victoria de Trump hace un año fue su habilidad para conectar con la clase trabajadora, asfixiada por la dificultad de llegar a fin de mes. Pero ahora, desde un punto ideológico completamente opuesto, Mamdani ha logrado conquistar a muchos de esos mismos votantes, al asumir las preocupaciones que Trump no ha podido resolver. Tras ganar las elecciones, ha afirmado que su victoria muestra el camino para "derrotar" a Trump y que "Nueva York será la luz" en este momento de "oscuridad política".

Aunque desde la Casa Blanca y entre sus detractores se le ha asociado con ideales comunistas, sus propuestas como el control de los alquileres, el transporte público gratuito o la creación de guarderías se alinean más dentro de la socialdemocracia, una corriente arriesgada en un país con servicios públicos limitados.

En la capital mundial del dinero y corazón financiero de Estados Unidos, un socialista ha logrado abrirse paso con un discurso que muchos califican de populista, pero que ha conseguido algo que pocos esperaban. Ha movilizado a miles de personas desencantadas con la política y ha devuelto el ánimo a un electorado demócrata golpeado tras el controvertido año de Trump en la Casa Blanca.