Las víctimas de la dana piden la dimisión de Mazón y lo mismo lo consiguen
- El president de la Generalitat valenciana estuvo completamente solo en el funeral por las víctimas de la dana
- Todos se dan por ganadores en la caótica comparecencia de Sánchez ante el Senado
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Una sola frase clara y directa en el funeral del Estado por los fallecidos de la dana resumía el sentir de las víctimas. La decía la prima de una de las víctimas: "La culpa de las muertes no fue la dana, fue de quien omitió su deber". Eso y que fue recibido y despedido al grito de "Mazón, dimisión". Nada que añadir.
Y parece que el president de la Generalitat se ha dado por aludido. Aunque veremos hasta qué punto está dispuesto a asumir su responsabilidad y cuándo. Todavía es una incógnita. Mazón estuvo completamente solo en el funeral, hasta Feijóo lo evitó, al menos en público. Una soledad que ahora se extiende a todo el PP que apunta que el president tiene que reaccionar.
Cómo es el quid de la cuestión. Para las víctimas está claro que debería renunciar y que ya va tarde, un año tarde. Pero quién sabe, tal vez opte por alargar su agonía con propuestas para su sustitución de cara al futuro y sin cambiar nada por ahora. Pero si Génova, si Feijóo, le permite posponer la dimisión, al PP, previsiblemente, los ciudadanos le pedirán cuentas. El poder o las estrategias judiciales no tendrían que estar por encima de la dignidad, no a costa de todo.
En la retina, imborrable, el funeral de Estado por los 229 fallecidos en la dana. Sin olvidar que miles de vecinos lo perdían todo, absolutamente todo. Sus caras y sus palabras transmitían dolor, un inmenso dolor, después de un año, y una dignidad que muchos querrían o debería imitar.
Todas las víctimas inmensamente agradecidas a quienes les ayudaron en aquellas fatídicas horas de terror. Agradecimiento a los que les arroparon el miércoles pasado en el funeral. Con especial mención a los reyes que, contaban los afectados, compartieron su dolor con calidez.
Diálogo de sordos en la comparecencia de Sánchez
No parece casual que el PP citara para el día después de ese funeral al presidente del Gobierno en la comisión de investigación del caso Koldo. Durante cinco horas el, llamémoslo debate, se convirtió en un cajón de sastre donde se abordaba todo lo que pueda oler a una supuesta corrupción del PSOE y más, mucho más. Se habló de lo divino y de lo humano: la situación económica, el empleo, los derechos lgtbi, el derecho al aborto, las relaciones con Venezuela.... ¿Alguien da más? Un popurrí, vaya, con bronca constante.
Fueron cinco horas modelo interrogatorio en el que los senadores, especialmente el PP, presentaba una retahíla de preguntas sin dar tiempo a responder a Pedro Sánchez. Es más, cuando una de las veces este se quejaba de esa situación, el portavoz del PP, Alejo Miranda, le espetaba que lo importante eran sus propias preguntas y no las respuestas de Sánchez. ¿Perdón? Entonces, ¿para qué lo citaron? ¿Únicamente para colocar sus titulares?
Pedro Sánchez empezó con mal pie al decir en los primeros minutos que aquella comisión parecía un circo y que, por lo que estaba escuchando, más que a investigar se dedican a difamar. Dos afirmaciones por las que fue reñido por el presidente de la comisión. Y coincido, el jefe de Ejecutivo no debería ningunear a uno de los tres poderes del Estado, el Legislativo. Hay que dar ejemplo.
Titulares de lo dicho por Sánchez, gracias a las preguntas de sus socios, que sí le daban tiempo a contestar: el PSOE no tiene caja B con dinero negro, el PP sí tenía. Los socialistas no cobran sobresueldo, los populares, sí. Sánchez ha cobrado en efectivo gastos que justificó con facturas y, por tanto, es legal. Y en lo personal, defendió la honradez de su mujer y de su hermano.
La oposición, especialmente el PP, rechazó cada uno de esos argumentos. No creyó nada de la versión del presidente. El portavoz popular, Alejo Miranda, se mantuvo en que los socialistas cobran en sobres, habló de las saunas del fallecido suegro de Sánchez, de las mujeres de Ábalos, del caso Delcy, de las ayudas a Air Europa, de la considerada fontanera, Leire Díaz, de la dictadura de Venezuela y Maduro, del juez Peinado...
Al terminar la larga sesión, cada parte se sentía ganadora. Incomprensible. En mi opinión, fue un doble fracaso. Feijóo llevaba 18 meses guardándose esa bala de plata para llevar a la comisión de investigación a Sánchez cuando creyera que podía darle la puntilla al presidente del Gobierno, no lo consiguió. El presidente salió indemne. Demasiado crecido a veces.
Y segundo, la falta de respeto, el caos, el espectáculo en el que se desarrolló la comisión es muy poco edificante. Un motivo más para la desafección de los ciudadanos hacia la política. Preocupante, muy preocupante para nuestra democracia.
