Los choques entre milicias y soldados sudaneses en Al Fashar dejan más de 2.000 civiles muertos, según el Ejército
- El líder militar y presidente del país ha anunciado la retirada de sus tropas para evitar una "destrucción mayor"
- La ofensiva ha provocado el desplazamiento de al menos 26.000 personas en los últimos días, según ACNUR
La reciente ofensiva del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) sobre Al Fasher, capital de Darfur Norte, ha desatado una masacre en Sudán y la condena internacional. Las Fuerzas Conjuntas de Protección de Darfur, colaboradoras con el Ejército sudanés, han acusado a los paramilitares de ejecutar a más de 2.000 civiles desarmados, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, entre el sábado y el lunes.
Aunque la cifra no ha podido verificarse de manera independiente, coincide con decenas de testimonios y vídeos que circulan desde el domingo, donde se observan fosas comunes, saqueos y ejecuciones sumarias. Naciones Unidas ha asegurado estar "horrorizada" por los informes creíbles de matanzas, violencia sexual y redadas casa por casa.
El líder del Ejército y presidente del país, Abdelfatah al Burhan, ha reconocido la retirada de sus tropas de Al Fasher y ha justificado la decisión como una medida para "evitar una destrucción mayor y proteger a la población". En un discurso televisado, ha prometido que las FAR "rendirán cuentas" por los crímenes cometidos y ha asegurado que las Fuerzas Armadas "vengarán a los mártires de Al Fasher".
Golpe estratégico para el Gobierno sudanés
La caída de la ciudad supone un duro golpe estratégico para el Gobierno sudanés, pues era su último bastión militar en el oeste del país y su pérdida deja toda la región de Darfur bajo control de los paramilitares. Desde allí, las FAR han proclamado un "Gobierno paralelo" y han celebrado su victoria con vídeos en los que sus combatientes desfilan por instalaciones del Ejército, entre disparos al aire y cánticos de victoria.
El asedio de Al Fasher se ha prolongado durante más de un año y medio, reduciendo a la población a condiciones de extrema precariedad. Naciones Unidas ya advirtió de un "riesgo de hambruna inmediata" para cientos de miles de personas atrapadas sin alimentos, agua ni medicinas. La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios ha denunciado que los ataques a civiles y la violencia sexual son sistemáticos y que los trabajadores humanitarios operan "bajo un riesgo extraordinario".
De momento, el acceso a la ciudad sigue bloqueado, y las comunicaciones están prácticamente cortadas. “Los civiles tratan de huir del terror, pero se enfrentan a arrestos arbitrarios, saqueos y abusos en los puestos de control”, ha relatado la portavoz de ACNUR en Puerto Sudán, Jacqueline Parlevliet.
Más de 26.000 desplazados en los últimos días
La ofensiva ha provocado el desplazamiento de al menos 26.000 personas en los últimos días, según ACNUR, aunque el número real podría ser mucho mayor.
Muchos intentan huir hacia la localidad de Tawila, donde ya se hacinan 800.000 desplazados internos en condiciones infrahumanas. Otros tratan de alcanzar la frontera con Chad, esquivando los controles de las FAR, que no dudan ejecutar a quienes acusan de colaborar con el Ejército sudanés.
Los relatos recogidos por la ONU y organizaciones sudanesas también han relatado asesinatos por motivos étnicos y la ejecución de personas con discapacidad que no pudieron escapar. "Los civiles nunca deben ser un objetivo", ha advertido ACNUR, que insiste en la necesidad de corredores humanitarios y pausas en los combates para evacuar a la población.
Al Burhan acusa a las FAR de actuar con respaldo extranjero
Desde Jartum, Burhan ha acusado a las FAR de actuar con el respaldo de "mercenarios extranjeros" procedentes de Chad, Sudán del Sur y Colombia, y señala directamente a Emiratos Árabes Unidos por financiar a la milicia, algo que Abu Dabi niega.
El presidente militar sudanés sostiene que el país enfrenta "una de las mayores conspiraciones internacionales" y ha prometido continuar la guerra "hasta la victoria final". La comunidad internacional, sin embargo, insiste en que "no puede haber una solución militar". El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Mahmoud Ali Youssouf, ha pedido un alto el fuego inmediato y una vuelta al diálogo político.
La guerra en Sudán, iniciada en abril de 2023, ha dejado decenas de miles de muertos y más de 13 millones de desplazados, algo que la ONU ha calificado como una de las peores crisis humanitarias del planeta. La mitad de la población sufre inseguridad alimentaria grave y el sistema sanitario está colapsado. Ante una financiación insuficiente (solo el 27% de la ayuda humanitaria requerida ha sido cubierta), las agencias internacionales han alertado de que la violencia en Darfur puede acelerar la partición del país.