Sudán cumple dos años en guerra con un sistema sanitario "colapsado" y millones de desplazados
- Más de 12,5 millones de sudaneses se han visto obligados a abandonar sus hogares
- MSF advierte de que a muchas zonas del país no ha llegado prácticamente ayuda
Sudán lleva sumido en el caos desde que el 15 de abril de 2023, las Fuerzas Armadas del país —que gobiernan desde el golpe de Estado perpetrado en 2021— y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) iniciaran unos enfrentamientos que se extendieron rápidamente por toda la nación africana y que continúan a día de hoy.
No es la primera guerra civil que vive Sudán. Desde su independencia del Reino Unido y Egipto en 1956, el país ha sufrido otros dos largos conflictos internos —entre 1955 y 1972 y entre 1983 y 2005—. Y desde hace dos años, vive un conflicto que ya se ha cobrado la vida de más de 150.000 personas.
"Una de las características que tiene este conflicto es que afecta a todo el país", comenta a RTVE desde Sudán del Sur la coordinadora de Emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF), Esperanza Santos. "Se inició en la capital, en Jartum, pero luego se ha ido expandiendo casi a la totalidad del país. Las grandes ciudades han sido afectadas", añade.
El Ejército controla gran parte del norte y del este de Sudán, mientras que las FAR se hicieron con Darfur —el último bastión de los paramilitares—, partes del estado de Kordofán y, hasta hace tan solo unas semanas, controlaban buena parte de la capital.
Una situación humanitaria "catastrófica"
Antes de que comenzara la actual guerra civil, Sudán ya era uno de los países más pobres del mundo. La lucha por el poder entre los líderes del Ejército y las FAR ha empeorado la situación y ha conducido a esta nación africana a una de las peores crisis humanitarias del mundo.
Cerca de 25 millones de sudaneses sufren una grave escasez de alimentos, de los cuales 600.000 están "al borde de la inanición", según Naciones Unidas.
Las dos partes del conflicto han sido acusadas de bloquear el paso de la ayuda humanitaria a zonas controladas por el otro bando. Además, se responsabiliza a las FAR de saquear sistemáticamente los suministros.
"La situación humanitaria es bastante catastrófica", lamenta Santos. "Después de estos dos años, lo único que ha hecho ha sido aumentar las necesidades a nivel humanitario y no está llegando todavía suficiente ayuda humanitaria", asevera.
Desde que estalló la violencia, más de 12,5 millones de sudaneses se han visto obligados a abandonar sus hogares, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Entre ellos, casi cuatro millones han huido a países vecinos como Sudán del Sur, Chad y Etiopía.
"Tenemos a una gran parte de la población desplazada, casi uno de cada cuatro sudaneses ha sido desplazado", comenta la coordinadora de Emergencias de MSF. "Hay muchas zonas donde prácticamente no ha llegado nada de ayuda humanitaria", asevera.
Según Santos, muchos de los sudaneses desplazados viven "de manera improvisada y sin ningún tipo de servicios de salud, agua, saneamiento o servicios básicos". "Mucha gente ha tenido que desplazarse, no una vez, sino varias, porque el conflicto ha ido cambiando. La gente ha tenido que salir de sus hogares rápidamente, sin llevarse consigo sus cosas", afirma.
El sistema de salud, "colapsado"
Alrededor de 24,6 millones de personas, cerca de la mitad de la población de Sudán, sufre una inseguridad alimentaria aguda, según Naciones Unidas. La destrucción y ocupación de hospitales ha colapsado el sistema de salud de Sudán. Además, la falta de servicios básicos y saneamiento ha provocado que el cólera y otras enfermedades infecciosas se hayan propagado rápidamente.
Entre los más afectados por las consecuencias de la destrucción de la infraestructura sanitaria se encuentran las mujeres embarazadas, ya que, debido a la falta de acceso a la atención médica, ha aumentado para ellas el riesgo de sufrir complicaciones en el parto, abortos e incluso la muerte.
Muchas de ellas se ven obligadas a realizar peligrosos y largos viajes para recibir asistencia o recurren al hospital solo en casos de emergencia.
"Hay algunas madres que viven lejos y no es fácil llegar al hospital y puede que haya otros problemas", señala Virginie Mukamiza, responsable de matronas en el hospital de Zalingei, uno de los centros apoyados por MSF. "Debemos hacer hincapié en la educación sobre las complicaciones del parto en casa, para animar a todas las embarazadas a venir a dar a luz al hospital", recalca.
Santos insiste en que el sistema de salud de Sudán "está colapsado". "Hay falta de acceso a servicios básicos", comenta la coordinadora de Emergencias de MSF, quien subraya que a los centros no acuden solo víctimas directas de la violencia, sino también víctimas de la falta de servicios sanitarios.
"La falta de vacunación para los niños aumenta mucho más el riesgo de epidemias, de brotes epidémicos y de mortalidad asociada a enfermedades prevenibles por vacunas", indica.
Ataques deliberados contra civiles
En estos dos años de guerra, tanto las Fuerzas Armadas sudanesas como las FAR han sido acusadas de cometer crímenes de guerra. Las Fuerzas Armadas de Sudán han recibido denuncias de haber perpetrado violaciones de derechos humanos en las zonas recuperadas, mientras que a los paramilitares se les ha hecho responsables de detener, torturar y ejecutar a presuntos simpatizantes del Ejército o incluso de matar a civiles por su etnia en la región de Darfur.
Amnistía Internacional ha denunciado que, desde que comenzó el conflicto, las FAR han llevado a cabo actos de violencia sexual generalizada contra mujeres y niñas. "Las atrocidades de las FAR, que incluyen la violación, la violación en grupo y la esclavitud sexual, constituyen crímenes de guerra y posibles crímenes de lesa humanidad", sostiene la organización en un informe reciente.
Varios grupos de activistas también han acusado al Ejército de bombardear de forma indiscriminada barrios residenciales de Jartum. Desde que las Fuerzas Armadas del país recuperaron la capital, han salido a la luz "informes creíbles" de ejecuciones extrajudiciales de civiles, según ha afirmado el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.
"Durante todo este tiempo del conflicto hemos visto ataques deliberados contra civiles", confirma Santos. "A veces deliberados contra un tipo de población, contra un determinado grupo de población, pero también ataques indiscriminados en zonas altamente pobladas por los civiles", recalca.
Desde que comenzaron las hostilidades han muerto al menos 150.000 personas en un país que ha vivido en las últimas décadas más años en guerra que en paz.