Hamás e Israel, ante un nuevo canje de rehenes por prisioneros: así fueron los intercambios en treguas anteriores
- El nuevo acuerdo de alto el fuego contempla la liberación de "todos" los rehenes que quedan en Gaza
- A cambio, las autoridades israelíes pondrán en libertad a unos 2.000 presos palestinos
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Tras recibir la luz verde del Gobierno israelí, el alto el fuego acordado entre Israel y Hamás incluido en el plan de paz de Washington ha entrado en vigor. Como ocurrió en las dos anteriores treguas, el pacto contempla un intercambio de rehenes israelíes —esta vez de todos los que continúan en Gaza— por prisioneros palestinos, que se producirá, según lo establecido, en las próximas 72 horas tras la ratificación.
El plan de paz menciona que, una vez aprobado por las partes, la guerra "terminará inmediatamente" y el Ejército israelí se retirará de la línea acordada con Estados Unidos para preparar la salida de "todos" los cautivos, que, según Trump, se habrá completado para el "lunes o el martes". De los 251 rehenes que tomó la milicia palestina el 7 de octubre de 2023, continúan en la Franja 48, de los cuales solo una veintena sigue con vida, según cálculos de Israel. A cambio, serán liberados cerca de 2.000 presos palestinos.
Según el plan de 20 puntos de Trump, durante el tiempo de preparación de los rehenes se suspenderán "todas las operaciones militares" en la Franja de Gaza y las líneas de combate "permanecerán congeladas" hasta que se cumplan las condiciones para la retirada completa "por etapas" de las tropas del Estado hebreo. Entre ellas, el plan exige tanto el desarme de Hamás como su exclusión del futuro Gobierno del enclave palestino, que temporalmente estará administrado por un organismo internacional bajo supervisión estadounidense.
Desde que comenzó la masacre en Gaza, lsrael y Hamás han alcanzado otros dos acuerdos de tregua que también incluyeron el intercambio de rehenes por presos palestinos.
El plan de paz de Trump: 2.000 presos palestinos a cambio de 48 rehenes
Una vez se libere a los rehenes, el acuerdo propuesto por el presidente estadounidense, Donald Trump, contempla que Israel liberará a 250 presos condenados a cadena perpetua, así como a 1.700 prisioneros detenidos desde octubre de 2023, entre ellos todas las mujeres y niños que permanezcan retenidos. Además, por cada rehén israelí cuyos restos sean liberados, se devolverán los cuerpos de 15 palestinos fallecidos, recoge el texto.
Israel no ha hecho públicos los nombres de los presos que va a liberar, pero ha adelantado qué perfiles no se incluirán en ese intercambio. Entre los 1.950 prisioneros que serán canjeados no habrá ni miembros de las brigadas que participaron en los ataques del 7 de octubre, ni figuras palestinas como el líder de Fatah Marwan Barghouti, pese a que se especulaba con su posible salida.
Barghouti, considerado como posible sucesor del presidente Mahmud Abás, fue detenido en 2002, durante la segunda Intifada palestina, por su presunta implicación en un atentado. Las autoridades israelíes han adelantado a Efe que también estarán fuera del intercambio otros destacados presos palestinos como Ahmed Sadat (militante del Frente Popular para la Liberación de Palestina), Hasan Salameh y Abás al Sayed. Hamás había exigido la liberación de todos ellos durante todo el proceso negociador.
Con respecto a los rehenes israelíes, tras las liberaciones efectuadas durante las dos treguas anteriores, todos los cautivos que permanecen en la Franja (vivos y muertos) son hombres y la gran mayoría de los vivos tiene menos de 40 años. Tres son soldados y 11 son jóvenes retenidos durante el festival de música Nova, que se celebraba el 7 de octubre muy cerca de la frontera con Gaza. Entre ellos está el israelí Evyatar David, que en agosto apareció en un vídeo en el que sus captores le obligaban a cavar su propia tumba.
También se cree que siguen con vida Guy Gilboa-Dalal y Alon Ohel, que aparecen en uno de los últimos vídeos del grupo palestino en septiembre; Gali y Ziv Bernan, capturados en el kibutz de Kfar Aza; Ariel y David Cunio, capturados en Nir Oz; y Eitan Horn, cuyo hermano Yair fue liberado en enero, también están entre los cautivos a los que se considera con vida, entre otros.
Noviembre de 2023: la primera tregua
En noviembre de 2023, cuando la ofensiva en Gaza apenas acababa de comenzar, Israel y Hamás alcanzaron un acuerdo de alto el fuego que detuvo la guerra durante siete días. Para entonces, los ataques israelíes en la Franja habían matado a más de 14.000 personas. Aunque estaba previsto que se intercambiaran 50 rehenes por 150 presos palestinos, finalmente fueron liberados 105 cautivos —24 de ellos extranjeros— a cambio de 240 prisioneros. A ambos lados, la gran mayoría eran menores y mujeres, muchas ancianas.
En las primeras semanas de guerra, Hamás había liberado a cuatro rehenes —una madre y una hija estadounidenses, en octubre, y dos ancianas de 85 y 80 años— e Israel rescató a una soldado que también figuraba entre los cautivos. En total, las tropas del Estado hebreo solo han logrado liberar a ocho rehenes a través de su ofensiva armada en el enclave palestino.
Durante la tregua, los rehenes fueron entregados en varias tandas a través del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). El primer día liberaron a 24 personas a cambio de 39 prisioneros; el segundo, a 17 cautivos a cambio de otros 39 presos; y así sucesivamente hasta que se rompió el alto el fuego. En esa ocasión, la tregua se había anunciado como temporal y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que iba a continuar con la guerra tras recibir a los rehenes acordados.
Igual que contempla este nuevo acuerdo, la primera tregua también permitió la entrada de más ayuda humanitaria en el enclave. Sin embargo, una vez finalizada, Israel retomó su ofensiva con especial intensidad. Al reanudar la guerra, el Ejército hebreo mató a 700 gazatíes en 24 horas.
Enero de 2025: dos meses de alto el fuego en Gaza
Tras 15 meses de guerra —y 13 sin pausa alguna en los combates— Israel y Hamás pactaron un nuevo acuerdo que contemplaba tres fases que nunca se completaron. Se anunció el 15 de enero, poco antes de la toma de posesión de Trump como presidente, y ese día miles de ciudadanos palestinos salieron a las calles para celebrar una tregua que ponía fin, al menos de manera temporal, a un conflicto que ya había matado para entonces a más de 46.700 gazatíes.
Entró en vigor el día 19 y se alargó hasta el 18 de marzo, aunque Israel la violó en varias ocasiones. En la primera fase, que se completó sin un acuerdo para comenzar las siguientes, se liberó a 33 cautivos israelíes (ocho de ellos muertos) y cinco tailandeses. A cambio, Israel sacó de prisión a cerca de 1.800 prisioneros palestinos, entre los que se encontraba Nael Barghouti, el palestino que más tiempo ha pasado en cárceles israelíes (45 años).
Otros eran palestinos que participaron en diversos atentados durante la Segunda Intifada (2000-2005) y que estaban condenados a tantas cadenas perpetuas como víctimas tuvieron estos ataques. Hamás y la Yihad Islámica condenaron la vestimenta con la que Israel atavió a algunos de los presos al ser liberados, consistente en una camiseta blanca con un dibujo de la estrella de David azul, que emulaba la bandera israelí, junto al mensaje "no olvidaremos ni perdonaremos".
La tregua estuvo repleta de acusaciones mutuas de ruptura del alto el fuego e Israel atrasó la puesta en libertad de prisioneros como respuesta a las "humillantes" ceremonias que celebró Hamás para liberar a los rehenes. Durante el alto el fuego, Hamás devolvió por primera vez cuerpos de rehenes muertos a Israel, entre ellos los de parte de la familia Bibas, convertida en símbolo de la lucha de los familiares de los rehenes para devolver a sus seres queridos a casa.
Los cadáveres de Siri Bibas y sus dos hijos, Kfir y Ariel (capturados con nueve meses y cuatro años) fueron entregados en uno de los actos criticados tanto por Israel como por parte de la comunidad internacional. Hamás colocó una fotografía de la familia junto a la imagen de Netanyahu escenificado como un vampiro, en un escenario sobre el que miembros de esta y otras organizaciones aparecían con los rostros tapados y armas en la mano. La milicia siempre ha sostenido que murieron en un ataque Israelí, algo que el Estado hebreo niega.
A la espera de que se cumpla, el segundo acuerdo incluía en su última fase un alto el fuego permanente que nunca llegó. La ofensiva israelí ha continuado hasta ahora y ya ha dejado más de 67.000 muertos en el enclave palestino. El nuevo plan contempla tanto el fin de las hostilidades como la prohibición a Israel de anexionarse la Franja y la retirada de sus tropas. Además, menciona que los "socios regionales" garantizarán que Hamás y las facciones cumplan con sus obligaciones y que la nueva Gaza no represente "ninguna amenaza".
