¿Hablar de dinero en la pareja apaga el amor?
- Las dificultades económicas están entre las causas más frecuentes de conflicto y ruptura en las relaciones de pareja
- En Economía de bolsillo, la psicóloga María Bernardo da claves para evitar que el dinero se convierta en un problema
¿Hablar de dinero mata el amor? La respuesta suele quedarse en un silencio incómodo o en un sí rotundo. El refranero —"cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana"— no ayuda. Y los datos tampoco suavizan la idea. En 2022, la Asociación Española de Abogados de Familia, situaba las dificultades económicas en el cuarto motivo de divorcio. Tres años más tarde, el ranking no parece haber cambiado demasiado.
La psicóloga María Bernardo lo sabe bien. Lo ve a diario en su consulta de terapia de pareja. "Los temas más recurrentes son: dinero, familia política, hijos y carga mental", asegura en Economía de Bolsillo, con Lourdes Castro. Y de todos ellos, "las discrepancias por dinero —explica— son uno de los conflictos más habituales porque forma parte de la base de la construcción de la pareja, de la rutina y del compromiso".
Aunque el dinero no sea el protagonista de la relación, siempre está presente. Aparece en cada escena. Recorre todas las etapas de la historia compartida.
"Las relaciones están compuestas de muchos elementos", recuerda Bernardo. Lo "romántico y pasional" son fundamentales, pero no los únicos. De hecho, para funcionen y se mantengan a medio y largo plazo, deben trabajarse todos los demás. Entre ellos y, sobre todo, los referentes a los acuerdos mutuos en materias "más prácticas".
"Tu pareja es la única persona con la que generas compromisos que afectan a tu vida. Es con quien te compras una casa, con la que formas una familia y con la que abres un fondo de pensiones", subraya Bernardo. De ahí que la "parte logística" signifique y pese tanto en la convivencia.
"El dinero no es simplemente dinero", incide la psicóloga. Va más allá de los números. Y, más aún, cuando llega la etapa en la que "la relación más romántica se convierte en algo más serio". "El dinero es decir: 'vamos a generar un proyecto común, ¿estamos preparados? ¿Me siento seguro o segura para abrir una cuenta de ahorros en conjunto?' Ese momento supone un punto de inflexión", avisa la experta.
Y ahí, la conversación es ineludible. Porque ahí el dinero es "empezar a hacer compromisos, plantearse si tu pareja es la persona indicada y resolver las dudas que surjan". Porque las habrá. En mayor o menor medida, pero las habrá. No existe una verdad absoluta ni una forma correcta o incorrecta de gestionar las cuentas. "Lo importante es entender que, si tu pareja tiene una visión diferente a la tuya, no es por fastidiarte. La tiene porque su historia de vida la ha llevado a ella", sostiene la psicóloga.
De este modo, advierte Bernardo, sin juzgar y con paciencia y compresión, es cómo se debe analizar "la viabilidad de la relación". Es un paso obligatorio. Todas, incluso las más idílicas en apariencia, deben pasar por el aro, "porque lo que no tiene sentido es rodar cuesta abajo y sin frenos, sin tratar temas relevantes y dejando que se hagan bola".
El dinero: un tema de conversación que debe ser rutinario
Por eso, recomienda, cuanto antes se aclaren las red flags económicas, mejor. ¿Qué pasa si quiero ayudar un mes a mi familia? ¿Se lo voy a contar a mi pareja? ¿Qué sucedería si quiero hacer un gasto grande y comprarme una moto, por ejemplo? ¿Usaría mi dinero?
Primero, cuantas más preguntas se formulen, más sano será el ambiente. "Si cada vez que sacas un tema, del tipo que sea, acaba en discusión y en reproches, mal punto de partida", avisa Bernardo. "Hay que generar un momento donde se pueda conversar sin esperar a que se dé un disparador que nos invite a abordarlo". Puede ser una vez a la semana, cada quince días o de manera mensual. Da igual. "Si os organizáis y lo convertís en rutina, al final tendréis un espacio seguro donde exponer los problemas sin esperar a que ya no sean sostenibles y estallen".
Segundo, cuantas más respuestas se puedan dar, más presente tendrá la relación. Y, cuanto más concretas resulten, más futuro. La capacidad de reacción crecerá. Será más sencillo esquivar la posible avalancha de problemas.
"Los gastos del día a día pueden estar más o menos controlados. De hecho, muchas parejas piensan que con tener eso acordado ya está, por lo que a largo plazo no se habla de los objetivos y se van acumulando situaciones que no contamos y que ocultamos deliberadamente", resumen Bernardo. O lo que es lo mismo, se comente lo que se conoce como "infidelidad financiera".
Infidelidad financiera o cómo perder la confianza en tu pareja
El daño ya está hecho y puede que la herida no cicatrice nunca. "Cuando se descubre una infidelidad financiera, se entra en una espiral", señala Bernardo. Cualquier movimiento albergará ahora la duda. "Es muy complicado restaurar la confianza", insiste.
Entre otros motivos, explica Bernardo, porque generalmente "conlleva conversaciones más profundas". Y dolorosas. "Cuando ocultamos algo a conciencia suele ser porque hay un problema detrás", insiste.
Así que es verdad: conversar sobre la economía de la pareja no es romántico, sin embargo, es básico para conservar el romanticismo. "Hablar de dinero no es romántico, pero la tranquilidad sí que es romántica", afirma María Bernardo. O como diría el refranero: "Salud, amor y hogar, traen el bienestar".
Economía de bolsillo