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El precio de la bombona de butano baja un 5% desde este martes, hasta los 16,27 euros como máximo

  • Es el segundo descenso consecutivo para esta alternativa de energía en retroceso en España
  • El descenso se debe a la bajada de las materias primas y la apreciación del euro frente al dólar
El precio de la bombona de butano baja
Tres bombonas de butano frente a la puerta de una casa, en una imagen de archivo GETTY
RTVE.es / AGENCIAS

El precio máximo de venta al público de la bombona de butano baja un 5% a partir de este martes, hasta los 16,27 euros, según la última resolución del Boletín Oficial del Estado publicada en la víspera.

Este descenso, el segundo consecutivo, se debe a la bajada en las cotizaciones de las materias primas (-1,6%) y a la apreciación del euro frente al dólar (+2,3%) que compensa el incremento de los fletes (+14,9%), según han señalado desde el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

El precio máximo de venta de la bombona de butano tradicional (bajo la etiqueta de gases licuados del petróleo envasados o GLP en envases de entre 8 y 20 kilogramos) no está liberalizado, sino que se revisa bimestralmente el tercer martes del mes por Resolución de la Dirección General de Política Energética y Minas.

El cálculo toma en cuenta el coste de la materia prima (propano y butano) en los mercados internacionales, así como del coste de los fletes (transporte) y la evolución del tipo de cambio euro-dólar.

En todo caso, la revisión del precio (a la baja como en esta ocasión) está limitada al 5%. El exceso se acumula para aplicarlo posteriormente.

Una alternativa de energía en retroceso

El gas licuado de petróleo (GLP) envasado es una mezcla de hidrocarburos, principalmente butano, que sirve como alternativa al gas natural para su consumo energético en envases a presión, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural.

En la actualidad, anualmente se consumen 64,5 millones de envases de GLP, un combustible en retroceso, cuyo consumo se redujo más del 25 % entre 2010 y 2021. De este modo, su uso persiste en unos 6 millones de hogares, según datos actualizados del Ministerio de Transición Ecológica.