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El primer "grito" de Sheinbaum

  • La presidenta de México será la primera mujer en protagonizar el Grito de la Independencia de México
  • El Grito de Dolores o Grito de la Independencia nació hace 215 años
Claudia Sheinbaum se prepara para su primer Grito de la Independencia
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en rueda de prensa el jueves. EFE / MARIO GUZMÁN
JOSÉ ANTONIO GUARDIOLA (CORRESPONSAL EN MÉXICO)

Hace 215 años, un cura calvo y de nariz aguileña ordenó al campanero de la ciudad de Dolores –en la intendencia de Guanajuato- que tañera las campanas y convocara a sus feligreses. No ofició misa, eran las cinco de la madrugada. Lanzó un discurso sobre cuyo contenido siempre ha habido controversia, aunque parece que existe cierta unanimidad en, al menos, tres mensajes: "Viva América"; "muera el mal gobierno" y "viva Fernando VII" (otro engañado por la hipocresía del rey español). Esa plática, breve y emocionada, se conoce como el Grito de Dolores o Grito de Independencia.

Aún resonando las campanas, el sacerdote ensilló su caballo y, como empujado por el mismísimo diablo, cabalgó hasta San Miguel (hoy de Allende) empuñando un estandarte con un cuadro de la virgen de Guadalupe y convocando a próceres y pueblo llano a luchar por la independencia de España.

El cura es Miguel Hidalgo y, si se pregunta por él a cualquier niño mexicano, lo definirá, indefectiblemente, como "el padre de la patria".

El primer grito de una presidenta

Este lunes, entrada la noche, Claudia Sheinbaum tañerá por primera vez la campana del Palacio Nacional de la Ciudad de México y gritará algo así como: "Mexicanas… Mexicanos… Viva la Independencia". Será la primera mujer en hacerlo en la historia de México.

Después celebrará la decisión de Hidalgo y gritará su nombre y los de los otros conspiradores, los de Ignacio Allende, Juan Aldama o Josefa Ortiz, la corregidora de Querétaro. No es un discurso, es un grito de orgullo que cada presidente condimenta con algún mensaje político de su interés. El año pasado, el expresidente Andrés Manuel López Obrador coló entre vivas a la igualdad y la democracia una exaltación de la Cuarta Transformación, el movimiento creado por él mismo para acabar con el viejo sistema político mexicano.

Sheinbaum llega a su primer grito con casi un año de gobierno del que puede alardear de haber reducido la violencia (todavía insoportable) y contenido las iras de Donald Trump (a cambio de someterse con estudiado disimulo a gran parte de sus exigencias). De lo que no podrá presumir es de haberle soltado la mano al líder que la designó su heredera.