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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, considera rotos los diálogos de paz con la guerrilla del ELN

  • El Gobierno colombiano afirma que el grupo paramilitar muestra "poca voluntad" al negarse a frenar sus ataques
  • Colombia vive un recrudecimiento de la violencia del crimen organizado en la frontera con Venezuela
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, considera rotos los diálogos de paz con la guerrilla del ELN
Un campamento improvisado de líderes campesinos protestan contra la violencia del ELN en la región del Catatumbo, en la Plaza de Bolívar en Bogotá MAURICIO DUEÑAS CASTAÑEDA
RTVE.es/AGENCIAS

El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha afirmado que las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) están rotas. El mandatario ha denunciado que el grupo ha llevado a cabo constantes acciones violentas en la región del Catatumbo y en otros lugares fronterizos con Venezuela, lo que ha terminado por paralizar las conversaciones.

"Ustedes, al atacar a sangre y fuego a civiles de manera sistemática en el Catatumbo, rompieron las conversaciones de paz con mi Gobierno", ha manifestado Petro en un mensaje en su cuenta oficial de X. El mandatario también ha asegurado que el ELN ha escogido el narcotráfico y el "camino de la guerra" con su Gobierno.

Colombia vive un recrudecimiento de la violencia desde principios de año en varias regiones al noreste del país. En enero, el ELN rompió un pacto tácito de no agresión contra los grupos paramilitares EMC y Frente33 en Catatumbo, territorio clave para el tráfico de cocaína hacia Venezuela. El ELN controla aproximadamente el 90% de la zona, y se niega a hacer concesiones para desarmarse.

Recientemente, el Frente de Guerra Oriental del ELN se atribuyó el martes el secuestro del subintendente de la Policía colombiana, Franki Esley Hoyos Murcia, y el patrullero Yordin Fabián Pérez Mendoza. Según el comunicado del grupo, ambos fueron "detenidos en acción de control territorial" en la carretera entre el municipio de Tame con la ciudad de Arauca, cuando supuestamente hacían labores de inteligencia.

Además de los secuestros y la violencia armada, el atentado contra el senador del partido Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay, en junio hizo saltar las alarmas en un país que llevaba décadas sin presenciar un acto de violencia contra un político en plena campaña electoral.

El Gobierno de Petro y el ELN iniciaron conversaciones de paz en noviembre de 2022 en Caracas, pero desde hace un meses esos diálogos están suspendidos por la poca voluntad de negociación de esa guerrilla. Algo que, en opinión del mandatario, "es una mala manera de terminar el ciclo de la insurgencia armada y revolucionaria de Colombia".

Con todo, no solo los grupos criminales han roto con las negociaciones. El pasado 6 de junio, el Ejército colombiano atacó a una de las disidencias de las extintas FARC en la vereda Puerto Pores de Cartagena de Chairá (centro-oeste del país) tras abandonar los contactos con las unidades del llamado Estado Mayor de Bloques y Frente, grupo que gobierna Calarcá.

Expresidente colombiano tacha la frontera como "entregada a la criminalidad"

El expresidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) también se ha pronunciado para rechazar el acuerdo firmado hace una semana entre Colombia y Venezuela para la creación de una zona económica binacional en la frontera común. Uribe ha calificado el pacto como una "entrega del país a la criminalidad internacional".

"Inaceptable la zona binacional acordada con la tiranía de Maduro. Allí domina la criminalidad financiada por el narcotráfico, auspiciada y protegida por Maduro", ha criticado Uribe en X.

La frontera entre Colombia y Venezuela, territorio codiciado por el crimen organizado

Los Gobiernos de Gustavo Petro y Nicolás Maduro firmaron la semana pasada en Caracas un memorando de entendimiento para establecer la primera zona económica compartida entre ambos países. Entre los acuerdos se incluyen medidas de cooperación en comercio, salud, educación, turismo y energía.

Petro ya adelantó en marzo su voluntad para firmar un acuerdo con su vecino durante un discurso en el municipio colombiano de Tibú, localidad fronteriza con Venezuela que también es parte de la región del Catatumbo. Allí, la violencia guerrillera dejó al menos 70 muertos y más de 55.000 desplazados a principios de 2025, lo que obligó a Bogotá a declarar el Estado de emergencia regional.