El Gobierno de Tusk se someterá a una moción de confianza el 11 de junio
- Donald Tusk se enfrentara a la votación parlamentaria tras la derrota de su candidato en las elecciones presidenciales
- El ultranconservador Nawrocki, apoyado por el partido de extrema derecha Ley y Justicia (PiS), obtuvo el 50,89% de los votos
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El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha anunciado este martes que la moción de confianza a la que se someterá tras la derrota de su candidato liberal en las presidenciales será el 11 de junio. Tusk pedirá un voto de confianza parlamentario para respaldar su Gobierno de coalición después de que su aliado y alcalde de Varsovia, Rafał Trzaskowski, perdiera las elecciones presidenciales del domingo. Con un 49,11% de los votos, Trzaskowski perdió ante su rival, el ultraconservador Karol Nawrocki, apoyado por el partido de extrema derecha Ley y Justicia (PiS).
Tusk ha presentado esta medida como "ofensiva, no defensiva". Según ha señalado, la moción de confianza representa una oportunidad para un "nuevo impulso ofensivo" para toda la coalición.
El lunes, el primer ministro anunció que daba este paso a fin de demostrar la "unidad y el coraje" de toda la coalición centro-liberal para seguir implementando su agenda reformista pese a la elección de un presidente ultraconservador que promete seguir la estela del actual jefe de Estado, Andrzej Duda.
La moción irá seguida de una "evaluación periódica" al Gobierno
Donald Tusk ha indicado que la votación será seguida por una "evaluación periódica de las labores del Gobierno y de los ministerios de manera individual" a partir del mes de julio. Esta evaluación, según ha explicado el primer ministro, buscará "identificar áreas de mejora" y podría derivar en cambios en el gabinete, aunque ha asegurado que "los que han trabajado bien no tienen nada que temer".
El líder polaco declaró el lunes en la televisión polaca que su coalición de centro-liberal "no está dispuesta a retroceder ni un paso", y ha reconocido la posibilidad de una "cohabitación difícil" con el nuevo presidente.
Tusk aseguró tener un "plan de emergencia" para gobernar incluso si Nawrocki intenta bloquear a partir del 6 de agosto, cuando asumirá la Presidencia, "los cambios beneficiosos" que integran su programa. Además, el primer ministro enfatizó que su objetivo es "que todos, tanto dentro como fuera del país, comprendan la gravedad del momento".
Tensiones dentro de la coalición
Sin embargo, la iniciativa de Tusk no ha sido bien recibida por todos sus aliados de coalición, formada por partidos con posturas políticas que van desde el centro-izquierda hasta el centro-derecha.
El presidente de la Cámara Baja y líder de Polonia 2050 —uno de los principales partidos de la coalición y de ideología democristiana—, Szymon Hołownia, calificó el lunes la idea del voto de confianza como una "mala idea" y un "gesto teatral".
Hołownia argumentó que el Gobierno ya posee una mayoría en la Cámara Baja y que, en lugar de un voto de confianza, deberían "buscar una nueva apertura y presentar al pueblo un plan de trabajo".
El Gobierno sobrevivirá hasta las elecciones parlamentarias de 2027, señaló, porque no hay ninguna alternativa, pero abogó por mostrar al país "un nuevo comienzo" tras la tarjeta amarilla recibida en las elecciones presidenciales.
Hołownia también manifestó su disposición a cooperar con Nawrocki y enfatizó la necesidad de estabilidad. El mismo mensaje transmitió Tusk el lunes por la noche, aunque el primer ministro también advirtió de la posibilidad de una "cohabitación difícil" con el nuevo presidente.
Derecho de veto legislativo
En Polonia, el presidente polaco tiene el derecho de veto sobre las iniciativas legislativas, puede enviar leyes al Tribunal Constitucional (cuyos miembros fueron nombrados en su mayoría por parlamentos dominados por el PiS) y debe aprobar todos los nombramientos importantes. Además, representa al país en el exterior y es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
La coalición de Gobierno de Tusk, que llegó al poder en 2023, no cuenta con una mayoría parlamentaria suficiente de tres quintos para anular el veto presidencial.
