El ultranconservador Nawrocki gana las presidenciales en Polonia por la mínima frente al candidato europeísta
- Nawrocki obtiene un 50,89 % de los votos frente al 49,11 % de su rival, el liberal Rafał Trzaskowski
- La victoria del ultranacionalista podría frenar el programa progresista del Gobierno polaco
El ultranacionalista Karol Nawrocki, ha ganado las elecciones presidenciales en Polonia por una mínima diferencia frente a su rival, el alcalde de Varsovia y liberal Rafal Trzaskowski,. Nawrocki, que se presentaba como independiente aunque apoyado por el partido ultraderechista Ley y Justicia (PiS), ha obtenido el 50,89 % de los votos, frente al 49,11 % de Trzaskowski, aliado del primer ministro, Donald Tusk.
Nawrocki sucederá al presidente saliente, Andrzej Duda, que agota en agosto los dos mandatos consecutivos que permite la Constitución.
La victoria de Nawrocki dificultará la agenda progresista de Tusk, que se centra en deshacer las políticas iliberales del PiS, que gobernó Polonia durante casi una década, hasta las elecciones legislativas de 2023. Además podría reavivar las tensiones con la Unión Europea y afectar a las relaciones con Ucrania, debido a su rechazo a la adhesión ucraniana a la UE y la OTAN, además de su intención de reducir ayudas a refugiados.
La participación estimada en la segunda vuelta de este domingo fue, según Ipsos, del 71,7%, la más alta en unas elecciones presidenciales en Polonia desde 1990.
"Salvar" Polonia
Trzaskowski ha hablado de "día histórico para el país" al celebrar su victoria, y ha prometido ser "el presidente de todos los polacos". "Ya os dije que iba a ser ajustado, que cada voto contaría", ha dicho dirigiéndose a sus seguidores en el Museo Etnográfico de Varsovia, donde ha instalado su centro de prensa para la noche electoral.
Antes de conocer los resultados definitivos, Nawrocki se había mostrado igual de esperanzado. "Ganaremos y salvaremos a Polonia", ha dicho. El nacionalista aseguró que el recuento final le daría la razón y acabaría "con el Gobierno de Donald Tusk y su monopolio de poder maligno [...] que nos arrebata nuestros grandes sueños y aspiraciones".
Una campaña marcada por la controversia
Karol Nawrocki, historiador nacionalista de 42 años, cuenta con el respaldo del partido conservador Ley y Justicia (PiS) y del presidente estadounidense Donald Trump. Nawrocki, conocido por su lema “Polonia primero, los polacos primero”, ha adoptado una postura crítica hacia los refugiados ucranianos, así como hacia la UE.
Aunque ha prometido seguir apoyando a Ucrania frente a la invasión rusa, se opone a su ingreso en la OTAN y ha denunciado lo que considera una falta de gratitud de Kiev hacia Varsovia. También ha pedido controles fronterizos con Alemania y reparaciones de guerra por parte de Berlín.
Su campaña ha estado marcada por la controversia, incluyendo denuncias sobre la compra opaca de un apartamento y una investigación periodística que lo vincula con la introducción de trabajadoras sexuales en un hotel cuando trabajaba como guardia de seguridad hace 20 años. Unas acusaciones que él niega rotundamente.
Nawrocki también ha sido criticado por escribir un libro bajo el seudónimo de Tadeusz Batyr, fingiendo ser otra persona, lo que generó cuestionamientos sobre su integridad. A pesar de ser acusado de tener vínculos con neonazis y criminales, él asegura que nunca ha expresado simpatía por el nazismo y que esos contactos fueron limitados y profesionales.
Originario de Gdansk, Nawrocki fue boxeador y futbolista en su juventud antes de obtener un doctorado en historia. Fue director del Museo de la Segunda Guerra Mundial y actualmente encabeza el Instituto de la Memoria Nacional, dedicado a investigar crímenes nazis y comunistas. Sus investigaciones se centran en la oposición anticomunista, el crimen organizado y la historia del deporte. Moscú lo ha incluido en su lista de personas buscadas por su implicación en la demolición de monumentos soviéticos en Polonia.
Derecho de veto sobre las iniciativas legislativas
El presidente en Polonia tiene poderes limitados en comparación con otros países, pero tiene el derecho de veto sobre las iniciativas legislativas, aunque hayan sido aprobadas por el Parlamento, una prerrogativa que el actual jefe del Estado ha utilizado con frecuencia.
La coalición de Gobierno de Tusk, que llegó al poder en 2023 no cuenta con una mayoría parlamentaria suficiente de tres quintos para anular el veto presidencial.