El retroceso de 'Black Lives Matter': entre el desencanto político y la ofensiva ideológica de Trump
- Se cumplen cinco años del asesinato afroamericano George Floyd a manos de un policía en Minneapolis
- A pesar de la indignación global, el movimiento no logró cambios legislativos significativos
El asesinato del afroamericano George Floyd a manos del policía Derek Chauvin en 2020 desencadenó una de las mayores movilizaciones populares en la historia de Estados Unidos. La indignación por su muerte, ampliamente difundida en redes sociales, generó protestas masivas en todo el país —algunas derivando en disturbios— y puso en el centro del debate nacional a 'Black Lives Matter' (BLM), una red fundada en 2013 como respuesta a la violencia racial.
Sin embargo, cinco años después, el movimiento ha perdido impulso y el amplio consenso que logró en su momento, tanto desde la izquierda como desde ciertos sectores conservadores, se ha fragmentado. Actualmente, el 52% de los estadounidenses dice apoyarlo, una caída de 15 puntos respecto a junio de 2020.
Trump y su lucha contra el "adoctrinamiento ideológico"
En marzo de este año, el mural gigante de 'Black Lives Matter' pintado en una calle del centro de Washington fue destruido, un gesto simbólico del retroceso que vive. Muy cerca de allí, la Casa Blanca ha vuelto a estar bajo el liderazgo de Donald Trump, férreo opositor de las políticas de diversidad e inclusión, a las que denomina "adoctrinamiento ideológico".
Tras la muerte de Floyd, estallaron en el país las mayores protestas raciales en décadas. Las manifestaciones, en su mayoría pacíficas, se extendieron rápidamente por todo el país, aunque en muchos casos derivaron en disturbios, saqueos y enfrentamientos con la Policía. Más de 40 ciudades impusieron toques de queda y 15 estados activaron a la Guardia Nacional.
El entonces presidente Trump respondió con dureza, exigiendo a los gobernadores una reacción “dominante” y más agresiva contra los manifestantes. En una llamada filtrada, los calificó de "débiles" y criticó que no usaran a los militares para reprimir las protestas. Trump culpó a la "izquierda radical" de la violencia y defendió el uso de fuerza para restaurar el orden. Aunque la Constitución federal limita la capacidad del presidente para desplegar tropas a nivel nacional, en varios estados se utilizaron gases lacrimógenos, balas de goma y tácticas de desgaste contra los manifestantes.
Durante su actual mandato, el republicano ha impulsado una narrativa que cuestiona abiertamente el enfoque progresista sobre el racismo sistémico. Una de las primeras medidas de su nueva gestión fue poner fin a las investigaciones sobre derechos civiles iniciadas durante el gobierno de Joe Biden.
Esta decisión marca un giro en las prioridades del Departamento de Justicia y evidencia el desinterés por continuar con reformas estructurales. Incluso, algunos de sus seguidores han solicitado la amnistía para Derek Chauvin, condenado por el asesinato de George Floyd a 22 años y medio de prisión.
De la indignación al estancamiento político
A pesar de la indignación global que provocó la muerte de Floyd, 'Black Lives Matter' no logró transformar esa ola de apoyo en cambios legislativos significativos. El proyecto de ley George Floyd, que proponía reformas como la prohibición de maniobras de estrangulamiento por parte de la policía, fue bloqueado en el Congreso.
“La claridad moral de 2020 no se tradujo en suficiente coraje político”, lamenta el profesor de estudios afroamericanos y psicología en la Universidad de Yale, Phillip Solomon, a AFP. Para él, el asesinato fue un "linchamiento" que abrió una posibilidad real de transformación social, pero "esa oportunidad se desvaneció con rapidez".
El crimen de Floyd se inscribió en una larga cadena de episodios de violencia policial contra afroamericanos, muchos de ellos captados en video y viralizados en redes sociales. La presión pública derivó en respuestas locales: algunos estados comenzaron a restringir el uso de ciertas tácticas policiales y a desplegar agentes desarmados en intervenciones no violentas.
Paralelamente, se impulsaron acciones simbólicas como la retirada de estatuas confederadas y el cambio de nombres en escuelas y bases militares, en un intento por confrontar el legado del racismo estructural en Estados Unidos. Sin embargo, propuestas más polémicas, como la de retirar fondos a los cuerpos policiales, dividieron a la opinión pública y desataron un rechazo, especialmente en un contexto de creciente criminalidad urbana.
Los avances han sido "totalmente revertidos"
El profesor e impulsor de la Iniciativa por la Justicia Racial en la Universidad Saint Thomas, Yohuru Williams, considera que el mensaje del movimiento no siempre logró comunicar sus objetivos de forma efectiva. "Es muy fácil ponerse la camiseta, lanzar el eslogan, pero después uno se da cuenta de lo que pedían", señala a AFP, aludiendo a planteamientos que fueron vistos como extremos, por una parte, de la ciudadanía.
Quien fuera el primer jefe afroamericano de la Policía de Minneapolis y estaba en funciones cuando ocurrió el asesinato, Medaria Arradondo, advierte sobre la falta de avances concretos. “Espero, y rezo por ello, que nuestro país no esté caminando a ciegas hacia una nueva crisis”, expresa con preocupación al medio francés. No obstante, mantiene una visión esperanzadora: “La historia ha demostrado que el cambio llega poco a poco. Aún tenemos mucho trabajo por delante, pero creo que lo lograremos”.
Recientemente, el presidente de la National Urban League, Marc Morial, denunció que gran parte de los avances logrados en la lucha contra la discriminación racial han sido "totalmente revertidos”. Morial considera que las decisiones del actual Gobierno republicano refuerzan esta percepción, al desmantelar esfuerzos anteriores y adoptar una postura contraria a las políticas de inclusión como pilar ideológico.
"Perpetuar la memoria"
La familia de Floyd declaró el viernes a AFP en Minneapolis que desean que la gente continúe presionando por reformas a pesar del clima político adverso. Su tía, Angela Harrelson, afirmó: "No necesitamos un decreto para decir que las vidas negras importan". Por su parte, Paris Stevens, prima de Floyd, aseguró que "nadie puede callarnos ya".
Ese mismo día, familiares y unas cincuenta personas guardaron un minuto de silencio antes de depositar rosas amarillas en el lugar donde fue grabada la detención fatal, que luego se difundió en todo el mundo.
Miembros de la comunidad y familiares de Floyd se reunioeron el viernes en George Floyd Square para dejar rosas amarillas y fotos en su memoria. KEREM YUCEL / AFP
Sobre la conmemoración anual, Harrelson explicó que el lema de este año es "El pueblo ha hablado", sugerido por Nkosi, nieto de Nelson Mandela, tras visitar el sitio. "Este lema refleja cinco años de protestas. Aunque es agotador, seguimos adelante", añadió.
Jill Foster, una médica de 66 años de Minneapolis, destacó que honrar el legado de Floyd es una forma de resistencia política: "Trump y su Gobierno intentan reescribir todo y crear una nueva realidad. Debemos perpetuar la memoria y seguir difundiendo la verdad".