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Educación financiera: la asignatura pendiente de los adolescentes

  • ¿Qué sabemos de dinero cuando aún no nos hemos enfrentado a nuestro primer trabajo y a nuestro primer sueldo?
  • El experto Daniel Montes habla en Economía de bolsillo de las claves de las finanzas personales para adolescentes
"¿Cómo ganar dinero?" o "¿dónde voy a ganar más?" son algunas de las preguntas más comunes entre adolescentes cuando hablan de dinero.
"¿Cómo ganar dinero?" o "¿dónde voy a ganar más?" son algunas de las preguntas más comunes entre adolescentes cuando hablan de dinero. ISTOCK
RTVE.es

Saben enumerar de carrerilla la lista de los reyes godos, pero no explicar cómo se paga una hipoteca o qué impuestos se aplican a un sueldo. Podrían recitar al dedillo cualquier poema, pero no las diferencias entre una tarjeta de crédito y una de débito. Memorizan fórmulas, fechas, estructuras y definiciones. Se saben los contenidos curriculares y los libros de texto de principio a fin, pero la mayoría de adolescentes llega a la edad adulta sin conocer cómo funciona el dinero. Ni cómo gestionarlo. Ni cómo evitar caer en ciertos errores que, con la información adecuada, podrían haberse esquivado.

Y, sin embargo, es uno de los temas que más les preocupa. Daniel Montes, voluntario en el programa de Educación Financiera y Emprendedora impulsado por el Instituto de Estudios Financieros de Cataluña lo ve cada semana en las aulas: "Los chicos de 15, 16, 17 años me preguntan siempre lo mismo: ¿Cómo gano dinero? ¿Dónde voy a ganar más? ¿Es fácil? ¿Es difícil? Piensan que todo es dinero olvidándose de la parte impositiva. Creen que todo será muy bonito y dejan de lado aquello que se encontrarán el día de mañana", señala el experto en Economía de bolsillo de RNE.

Para Montes, hablar de finanzas personales con los adolescentes no solo es útil, sino imprescindible. Muchos de ellos ya recibe pagas. La inmensa mayoría, además, usa Bizum. Casi todos disponen de móviles así como redes sociales y, sobre todo, tienen curiosidad. Muchísima curiosidad. Necesitan respuestas.

Porque, en contra de lo que tradicionalmente se repite, los adolescentes sí tienen interés. Escuchan. Preguntan. Se preocupan. Aprenden. "Me sorprendió ver que en una clase de 20 niños y niñas me prestaban atención. Incluso le pidieron al profesor más charlas como la mía. Les gustó conocer conceptos que dicen que les servirán en el futuro y de los que nadie más les habla", reconoce Montes.

Quieren saber. Sea como sea. Y si no encuentran respuestas en el colegio o en casa, las buscarán por su cuenta. Y ahí, señala Montes, aparece uno de los principales peligros: la desinformación. "Es fácil caer en la mala información y gastarse dinero en cursos milagrosos", advierte el experto.

En un mundo en el que los que los gurús de la inversión exprés bombardean con promesas de riqueza inmediata e infinita, saber separar la realidad del humo es más necesario que nunca. "El desconocimiento hace que la vida sea más cara, tanto en tiempo como en dinero", subraya Montes.

"El marketing de este tipo de cursos es buenísimo. Los hace atractivos para estos chicos y chicas", apunta. "Tanto –añade– que son muchos los que terminan convencidos de que serán el siguiente Warren Buffett. Pero realmente no es tan sencillo". Y si lo fuera, nadie lo enseñaría. ¿Por qué regalar tu propia gallina de los huevos de oro?

"Algo que dé una rentabilidad elevada sin riesgo nunca va a existir. De lo contrario ninguno de nosotros estaríamos trabajando", remata Montes. Por eso, antes de entrar en materia, siempre insiste en lo mismo: no hay fórmulas mágicas ni atajos. "Tienen que saber que no hay nada sencillo que les permita ganar mucho en poco tiempo".

Con esa base clara, el siguiente paso es entender los conceptos esenciales. "Deben aprender qué es la Tasa Anual Equivalente (TAE) o cuando tienen que pedir o no pedir financiación", apunta Montes. También que si no pueden permitirse unas vacaciones, no deben financiarlas.

Porque sí, señala Montes, "no todo es dinero", pero tampoco todo es "vivir la vida y viajar". La clave es encontrar un término medio.

Bajo el paraguas parental, muchos adolescentes no tienen ni idea de cuánto cuesta llegar a fin de mes. Ni cuánto valen realmente las cosas. Y el hermetismo familiar sobre temas económicos no ayuda. "Hablar de dinero con los hijos y que sepan lo que hay en casa es lo más útil que puedes enseñarle como padre o madre. Si les cuentas tus errores y cómo manejarlos, puede que ellos no los repitan. O quizá, no caigan tan fácilmente", explica Montes.

Muchas veces, la franqueza es la lección más efectiva. Poner números y ejemplo reales sobre la mesa permite que los jóvenes comprendan la importancia de empezar a guardar desde su primer sueldo. "Que disfruten y que no se olviden de que hay vida más allá del trabajo, claro, pero que recuerden seguir la regla del 50/30/20 –50% de los ingresos netos a necesidades básicas, el 30% a deseos y el 20% a ahorro y/o pago de deudas– para equilibrar obligaciones, caprichos y hucha", aconseja Montes.

Porque saber gestionar tus propias finanzas no solo ahorra euros, también evita disgustos y pérdida de tiempo. Algo, matiza Montes, que al crecer se valora como si fuera oro. "Con los años entiendes que ganar un poco menos, pero tener una mejor conciliación laboral y más tiempo libre para ti mismo, puede valer mucho más que un extra en la nómina a fin de mes".