El índice del dólar cae un 8% en lo que llevamos de año: lo que los 'billetes verdes' cuentan de la política de Trump
- Algunos economistas advierten del "cambio de paradigma" si el dólar pierde su posición como moneda de reserva
- Si EE.UU. reduce las importaciones y se devalúa la moneda, la Administración puede tener problemas para financiar su deuda
En las últimas semanas de guerra comercial y sobreactuación política por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, algunos analistas se alejaban del ruido para reparar en la corriente de fondo. La evolución del dólar es menos exagerada que la de las Bolsas, pero resulta reveladora.
El índice dólar (que mide su valor vinculado a una canasta de monedas extranjeras) ha caído un 8% en lo que llevamos de año y más del 4% en el último mes. Hay otro dato que la Casa Blanca guardará en sus dosieres: el dólar ha pasado de representar el 70% de las reservas mundiales a principios del siglo XXI a algo menos del 58% a finales de 2024, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La moneda global por excelencia ha perdido poder y eso tiene implicaciones para la economía estadounidense y mundial tan importantes como los aranceles.
"Puede ser que estemos asistiendo al inicio de una erosión de pilares clave del sistema financiero global, como son el dólar estadounidense como moneda de reserva y la deuda pública estadounidense como activo libre de riesgo por excelencia", advirtió la semana pasada la investigadora principal en el Real Instituto Elcano Judith Arnal en La hora de la 1.
Recientemente, el presidente del Consejo de Asesores Económicos estadounidense, Steve Miran, ha hablado de sus reticencias al dólar como reserva, que considera que sirve para que otros países se "aprovechen" de su "sangre, sudor y lágrimas". Pero tampoco puede negar sus beneficios para las finanzas de EE.UU. y, por eso, le ponen un precio.
"Si otras naciones quieren beneficiarse del paraguas geopolítico y financiero estadounidense, deben hacer su parte y pagar la parte que les corresponde", afirmó el consejero. Ese 'precio' es ya conocido estos días: aceptar los aranceles, comprar más productos a Estados Unidos, aumentar el gasto en defensa, relocalizarse en el país y comprar deuda estadounidense.
Sin embargo, a menudo, los economistas expresan reticencias sobre los planteamientos estratégicos de Trump. "Muchas veces son contradictorios", valora el doctor en economía e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), Francisco Alcalá, en una conversación con RTVE.es. "Uno se lee algunos documentos y a veces parece que quieren que el dólar se aprecie y se mantenga con una moneda fuerte y dos páginas después que se deprecie. En fin, como soplar y sorber al mismo tiempo".
Los posibles efectos para EE.UU.
Uno de los objetivos declarados del presidente estadounidense es pasar de una balanza comercial deficitaria a una con superávit y para ello le son tan útiles los aranceles como la devaluación del dólar. ¿Por qué? Porque cuánto menos poder tiene una moneda, más caro resulta comprar fuera.
"El problema de Estados Unidos es que lleva tres décadas con unos déficits exteriores muy fuertes y eso crea inestabilidad y dependencia del exterior", apunta el economista Juan Francisco Martín Seco en el programa Fin de mes de RNE.
Quien fuera secretario general de Hacienda de Felipe González y coordinador de economía de la Izquierda Unida de Julio Anguita recuerda que esa vulnerabilidad fue una de las causas del crack de 2008 y que tampoco el expresidente Joe Biden corrigió los aranceles que introdujo Trump en su primera etapa, lo que le da un "puntito de razón" al magnate, pese a sus formas de "elefante en una cacharrería". "Pero si el dólar pierde ese papel de valor de reserva, es indudable que eso le puede dar problemas", añade Martín Seco. Y es que la receta viene con efectos secundarios.
"Choca con el objetivo de aumentar las inversiones y la entrada de capitales", aclara la doctora en Ciencias Económicas de la Universidad Complutense de Madrid, Mónica Melle, que encuentra también "contradictorio" el plan de Washington. Melle explica que la economía estadounidense se ha beneficiado todos estos años del "estatuto de excepcionalidad" que supone que el dólar sea la moneda de reserva, "el principal activo para la captación de ahorro del resto del mundo". De acuerdo con el Informe Letta, 300.000 millones de euros en inversiones europeas salen cada año hacia Estados Unidos.
"Si se produce efectivamente un saldo de superávit, el aumento de la competitividad de las exportaciones y la disminución de las importaciones van a debilitar el dólar", concluye. Entonces, ¿cómo captará ingresos que alivien, por otro lado, su deuda del 123% del producto interior bruto (PIB)?
"Otra de las promesas de Trump es que va a reducir los impuestos a los norteamericanos. Pero con el déficit enorme que tiene Estados Unidos, eso es dificilísimo de cuadrar. Está al límite de que pueda haber problemas financieros graves en los mercados internacionales debido a la gran deuda que ya hay emitida y que todavía sigue emitiendo", reflexiona Alcalá, del Ivie.
Para que salgan las cuentas, Trump confía en recaudar con los aranceles, sin embargo, la devaluación del dólar no tienen ningún efecto recaudatorio. "Yo no creo que [la depreciación de la moneda] ahora se deba a una estrategia específica. Creo que se debe a una pérdida de confianza en la economía norteamericana y sus dirigentes", opina el catedrático, que advierte que si los países tenedores de deuda comienzan a reducir los bonos estadounidenses de sus carteras, aumentará el tipo de interés para Estados Unidos.
Todo ello se suma a los efectos directos de los aranceles, como una elevación de los costes para la industria estadounidense y las pérdidas provocadas por la incertidumbre en los mercados. "Ya hay analistas y servicios de estudios que alertan de una posible estanflación, es decir, a la vez inflación y recesión", recalca Melle.
Malo para Latinoamérica, una "oportunidad" para la UE
Aunque todavía no puede saberse si el giro de Trump es definitivo o un pulso en su estrategia de negociación, un hipotético cambio en la política estadounidense afectará también a otros países. Las primeras perjudicadas de una devaluación del dólar serían las economías latinoamericanas, especialmente dependientes del ‘billete verde’.
En cambio, "a la Unión Europea nos puede favorecer en la cuestión de los capitales. Puede hacer que sea más interesante que ese ahorro se quede en Europa, si somos capaces de ofrecer inversiones atractivas a inversores y también de generar un mercado de capitales europeo que tenga la liquidez y flexibilidad que tienen ahora mismo los mercados de capitales de Estados Unidos", opina Melle, de la UCM, y pide "derribar barreras" en el mercado único para facilitarlo.
Judith Arnal, del Real Instituto Elcano, ve también la pérdida de confianza en el dólar y los bonos estadounidenses como una "oportunidad" para la UE. "Puede ayudarnos a que nuestros activos y, sobre todo, a que la deuda pública alemana aún coja más fuerza como activo libre de riesgo. Y también puede ayudar a reforzar el papel internacional del euro en el sistema financiero global", explicó la economista en TVE.
Por su parte, Francisco Alcalá, del Ivie, señala que una devaluación abarataría las compras de los productos nominados en dólares como el petróleo, lo que puede tener un efecto también positivo para la inflación de la UE, aunque el índice general de precios subirá si se acaban imponiendo aranceles. Como el resto de analistas, considera que la respuesta de los Veintisiete debe ser cauta y unitaria.
¿Nos acercamos a un "cambio de paradigma"?
Si estas caídas en el valor del dólar y en la confianza en los bonos estadounidenses se profundizan, los economistas hablan de un "cambio de paradigma" en el sistema financiero global, pero encuentran muchos matices. Melle recuerda que aún podemos asistir a más giros de guion por parte de Trump y que el motivo no es otro que la disputa por la hegemonía con China. Alcalá no espera tampoco "cambios radicales", sino un deslizamiento hacia otra forma de organizar los movimientos y pagos internacionales.
En cambio, el economista y político griego Yanis Varoufakis es más tajante. En un artículo publicado en febrero de 2025 en su blog, previno del "plan maestro" de Trump, en su opinión, más ambicioso y calculado de los que sus "críticos centristas" quieren ver.
"Con los aranceles, por un lado, y la amenaza de retirar el escudo de seguridad de Estados Unidos (o desplegarlo contra ellos) por el otro, [Trump] cree que puede conseguir que la mayoría de los países acepten. ¿El qué? Una apreciación sustancial de su moneda sin liquidar sus tenencias de dólares a largo plazo", aventura Varoufakis.
Para el autor, el magnate busca a la larga un nuevo mundo bipolar, dando la puntilla al multilateralismo: "un bando protegido por la seguridad estadounidense a costa de una moneda apreciada, la pérdida de plantas de fabricación y la compra forzosa de exportaciones estadounidenses, incluidas las armas", y otro, "estratégicamente más cerca quizás de China y Rusia", pero que proporcione ingresos arancelarios regulares a Estados Unidos.
Eso resuena con las palabras del asesor jefe de Trump recogidas al inicio de este artículo: "Si otras naciones quieren beneficiarse del paraguas geopolítico y financiero estadounidense, deben hacer su parte y pagar la parte que les corresponde". La pregunta está en si la estrategia de Washington tendrá éxito o se encontrará con las crisis que amenaza el mercado. Falta también saber cómo responderá China.