La guerrilla con sandalias de caucho que tomó Saigón hace 50 años: "EE.UU. nunca entendió a los vietnamitas"
- El 30 de abril de 1975 el Frente de Liberación Nacional tomó el Palacio Presidencial de Saigón
- Después de 20 años, terminaba la guerra en Vietnam, la más larga del siglo XX y que supuso la primera derrota de EE.UU.
"De repente escuché un ruido muy fuerte. Miro a través de la puerta [que estaba abierta] y veo un tanque atravesando la verja [del Palacio Presidencial]. Y en la parte de atrás del tanque, la bandera roja y azul con la estrella amarilla del Frente de Liberación Nacional (FLN). Y pensé '¡dios mío, ya están aquí!'. El periodista indio Nayan Chanda recuerda el caos del 30 de abril de 1975, cuando vio cómo el último helicóptero despegaba desde el techo de la embajada estadounidense, evacuando a los últimos extranjeros en Vietnam.
Recuerda también la indignación de los vietnamitas, a los que dejaron atrás. Volvió a la oficina de la agencia de noticias Reuters: necesitaba usar el télex para enviar a su medio de comunicación, la revista Far Eastern Economic Review, el artículo que explicaba lo que estaba sucediendo. Entonces presenció ese momento histórico. "Hoy, a las 11.25 horas, la guerra de Vietnam ha terminado", escribió.
Aquel día, después de 20 años de conflicto, las bombas dejaron de sonar en Vietnam. La guerra más larga del siglo XX fue una guerra que legalmente no existe porque nunca nadie la declaró por escrito. Y fue la primera derrota del Ejército de Estados Unidos. Más de dos millones de civiles fueron asesinados y 58.000 soldados estadounidenses no volvieron a sus casas.
Un helicóptero estadounidense evacúa a los últimos extranjeros en Saigón desde la azotea de un edificio, el 29 de abril de 1975 Bettmann / Getty Images
Washington lanzó sobre las selvas de este país asiático alrededor de 7,8 millones de toneladas de explosivos, casi el doble que el bando aliado durante la Segunda Guerra Mundial.
"Cuando los tanques llegaron, las calles estaban vacías. Algunos soldados del régimen [de Vietnam del Sur] se quitaron sus uniformes en la calle y tiraron sus armas. La gente desde sus balcones les tiraba pantalones y camisetas para que no anduvieran por ahí en ropa interior", cuenta a RTVE.es Chanda. Recuerda que los soldados del FLN eran "muy jóvenes, niños de aldeas". "Estaban asombrados por el tamaño de la ciudad de Saigón. No creo que nunca hubiesen visto edificios de más de dos plantas. Eran muy disciplinados, se quedaron sentados en las calles de Saigón y la gente hablaba con ellos, les preguntaban si conocían a familiares de una u otra aldea [de Vietnam del Norte]. De repente, el ambiente se volvió muy amable. La gente estaba aliviada de que la guerra hubiese terminado y de que nadie más fuese a morir", recuerda.
La primera derrota estadounidense
En plena Guerra Fría y en un pulso continuo con la Unión Soviética, Estados Unidos entró en Vietnam. Miles de soldados de entre 18 y 20 años volaron a un país que muchos ni siquiera sabían localizar en un mapa. El objetivo: parar el comunismo.
"El trasfondo de todo esto es la victoria del comunismo en China. [Estados Unidos] pensó de verdad que se extendería desde China a través de todo el sudeste asiático y hasta Indonesia. Incluso Hawái también", explica a RTVE.es la periodista estadounidense Frances FitzGerald, que cubrió durante varios años la guerra de Vietnam.
"A la gente [de Vietnam del Sur] no le gustaba el comunismo. Querían una vida libre, pero a la vez sabían que no lo eran en Vietnam del Sur porque el Gobierno era muy represivo y extremadamente corrupto", explica Chanda. Estados Unidos movilizó a cientos de miles de soldados para liberar a Vietnam del Sur, para darles esa libertad. Pero, según sostiene FitzGerald, "EE.UU. nunca entendió a los vietnamitas en absoluto". "No entendían lo dedicados que estaban Vietnam del Norte y el Viet Cong en lograr sus objetivos. No comprendían que en realidad lo que había era un bando no comunista, no un bando anticomunista", reflexiona FitzGerald.
El Ejército de Estados Unidos se enfrentaba a algo desconocido en un terreno que no era común para ellos y el miedo siempre estuvo presente. "Fue una guerra sin líneas de frente. Una guerra de guerrillas. En cualquier momento te podían tender una emboscada", cuenta Chanda.
La mayoría de los periodistas y soldados que estuvieron en Vietnam recuerdan esa ubicuidad del Viet Cong, la guerrilla comunista que se enfrentó a Vietnam del Sur y Estados Unidos. El reportero gráfico de TVE José Luis Márquez recuerda de sus días allí esa "sensación continua de peligro". "Estuvimos 11 días con una patrulla [del Ejército de EE.UU.] por la selva y en 11 días no pasó nada. Pero sientes el peligro ahí al lado, aunque no veas nada. Algunas veces si había un gallo por ahí cantando, te decían 'al suelo'. Y tú preguntabas qué pasaba y te decían: 'Es el Viet Cong. Nosotros llevamos la comida en latas, pero ellos la llevan viva'", relata a RTVE.es.
Washington lanzó desde el cielo litros y litros de napalm y agente naranja, herbicidas que incendiaron las densas junglas de Vietnam. Querían que ardiese todo, que el Viet Cong no tuviese donde esconderse. Cientos de aldeas desaparecieron; sus habitantes también, como en la masacre de My Lai.
La primera guerra televisada
Cada mañana, los soldados estadounidenses se despertaban con la voz del militar y locutor de la emisora de radio American Forces Vietnam, Cramer Haas, al son del "goooooooood morning, Vietnam" (¡bueeeeeenos días, Vietnam!) sonando a través del transistor. Con sus armas, volaban hasta las densas junglas de Vietnam. Y en los helicópteros, junto a ellos, la prensa. "Estados Unidos siempre fue muy complaciente con la prensa. Los llevaban a donde querían. No a mí, pero sí a mis colegas hombres. [Ellos] iban en helicóptero a las bases de artillería. Nunca nadie les detuvo", cuenta FitzGerald. Márquez también recuerda esas facilidades por parte del Ejército de Estados Unidos: "Tú ibas a donde querías. Nadie te ponía problema. Te ayudaban en todo lo que podían".
Con la prensa al lado de los soldados, la información llegaba a casa. Las televisiones escupían las imágenes de la guerra en los salones estadounidenses y la gente se echó a las calles. Las madres suplicaban al Gobierno que trajera a sus hijos de vuelta y los jóvenes protestaban en manifestaciones alrededor de todo el país pidiendo que parasen la guerra. Aunque también se vieron carteles con mensajes como "bombardead Hanoi [capital de Vietnam del Norte]" o "mejor muertos que rojos". Pero las voces de los estadounidenses pidiendo el fin retumbaron más fuerte que las bombas que el presidente Lyndon B. Johnson mandó soltar sobre Vietnam.
El Ejército de EE.UU. salió de Vietnam en 1973 y la cobertura de conflictos nunca más fue igual. FitzGerlad cuenta que "los oficiales sintieron que la prensa tuvo demasiada libertad en Vietnam" y que esas facilidades "se terminaron en la siguiente guerra". La periodista Martha Gellhorn la describió como "la última guerra de los enviados especiales" y el español Vicente Romero, que cubrió el conflicto para el extinto diario Pueblo, ha comentado en varias ocasiones que "ya no se trabaja como pudimos trabajar en Vietnam". Márquez concuerda: "Hemos sentido en nuestras carnes el cambio tan radical que ha habido a la hora de querer moverte, porque ya no se fían de nada ni de nadie".
"Una resistencia continua contra los invasores extranjeros"
Han pasado 50 años, pero Chanda tiene un "recuerdo muy vivo" de ese día. Evoca de la rapidez y la tranquilidad con la que transcurrieron los acontecimientos. En especial, de ese joven soldado del FLN en el primer piso del Palacio Presidencial de Saigón: "Al subir la escalera había un altillo con una enorme alfombra roja con un dragón amarillo. El expresidente Nguyên Van Thieu solía recibir a los dignatarios extranjeros de pie en mitad de esa alfombra. Entonces veo a ese soldado, que obviamente no había visto una alfombra nunca antes, que se quita las sandalias y empieza a sentir la alfombra bajo sus pies, descalzo, como si fuera una especie de hierba roja y amarilla".
Una guerrilla salida de aldeas, que luchaba en sandalias de caucho, se alimentaba con saquitos de arroz guardados en el bolsillo y que se movía por túneles estrechos, bajitos, oscuros y asfixiantes, excavados a través de la jungla, venció al Ejército más poderoso del mundo. No lo hicieron militarmente, pero sí moralmente, según señalan muchos expertos. "La historia de Vietnam es una resistencia continua contra los invasores extranjeros", cuenta Chanda. "Los vietnamitas tienen una sensación de patriotismo muy fuerte. Un nacionalismo que se remonta a hace 2.000 años", añade. "Estados Unidos nunca pudo persuadir a los vietnamitas de nada. Por eso salió como salió", cuenta FitzGerald.
Fue una guerra que marcó a toda una generación. La periodista italiana Oriana Fallaci escribió en su libro Nada y así sea que, aunque también en otros lugares ardía el mundo, la tragedia de Vietnam se había convertido en un símbolo "y había penetrado en nuestra existencia cotidiana: se decía Vietnam por decir guerra, muerte. Pero no había penetrado en nuestra comprensión, esta era la cosa".
"Esto para nosotros ha terminado. Después de una mañana dramática vivida bajo una cantidad inmensa de disparos y bombas por todas partes, los americanos van a evacuar a los últimos extranjeros que estamos en Saigón". Así narraba el periodista de TVE Diego Carcedo el 29 de abril de 1975 desde las calles de la capital de Vietnam del Sur las horas previas a la caída de Saigón. El 30 de abril todo el equipo de televisión estaría en un barco de la marina estadounidense, fuera de Saigón.